Estoy a punto de casarme con un hombre cruel y sin sentimientos y todo por pagar una deuda familiar, mi nombre es Sofía Gómez y el hombre que me compro se llama Adrik Ivanov, su nombre lo define a la perfección, ya que el es un hombre cuya oscuridad y frialdad te abraza con solo una mirada.
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Capitulo XVI Nos los considero mi familia
La decisión de Adrik de pedir la expulsión de Alina del país no fue tomada con gracia por los padres de Sofía, como Mario Gómez aún estaba algo delicado de salud no pudo ir a defender a su hija mayor, en su lugar fue Mirian la mamá de ambas jóvenes.
Sofía se encontraba en la sala leyendo un libro, mientras que Adrik trabajaba desde su computador.
— Si tienes mucho trabajo, ve a la oficina. — comento Sofía.
— Lo que tengo por hacer lo puedo hacer desde aquí. — respondió Adrik amablemente.
Sofía dejo el libro a un lado y se acercó a su esposo.
— Gracias. — dijo ella.
— Por qué me das las gracias?.
— Por no permitir que esa gente me siguiera lastimando.
Adrik dejo su portátil a un lado y le dio un suave beso en los labios a su esposa.
— No se qué me hicistes, pero me estás cambiando niña, y no me alcanzara la vida para resarcir todo el daño que te hice en nuestros primeros días de casados.
— Sofía sonrió y está vez ella tomó la iniciativa de besar a su esposo, está acción le agradó mucho a Adrik, así que busco intensificar el beso.
— Señores, disculpen que los interrumpa. — dijo una de las empleadas al entrar en la sala.
Adrik puso cara de molestia y respondió bruscamente.
— Qué quiere?, no ve que estoy con mi esposa?.
— Lo siento señor, pero la mamá de la señora lo busca. — dijo la empleada temblando de miedo.
— Gracias Luna, puedes retirarte. — dijo Sofía sonriéndole a la muchacha.
— Eres tan gruñón!, mejor vamos a ver qué quiere mi mamá. — dijo Sofía tranquilamente.
Sofía no sabía la decisión que había tomado su esposo de mandar a sacar a Alina del país, Adrik no se lo había dicho, ya que quería que su esposa no se preocupara por nada, pero como nunca falta quien quiera incomodar su tranquilidad.
— Amor!, quiero que sepas que todo lo que hice lo he hecho por ti. — dijo Adrik.
— Me has llamado amor. — dijo Sofía sonriendo.
— Te molesta?. — pregunto curioso.
— No, me gustó como sonó. — respondió ella.
Caminaron hasta la sala principal, Sofía iba pensando en que había hecho su esposo, si Mirian había venido hasta aquí, era porque algo grave estaba pasando.
— Buenos días, mamá. — saludo Sofía feliz.
— Los serán para ti, veo que no te está yendo tan mal en este matrimonio que tanto había despreciado. — respondió la señora con sarcasmo.
— Señora cuidé sus palabras. — respondió Adrik molesto.
— Ya veo que mi descarada hija ya te envolvió con sus encantos, nunca pensé que ella fuera tan buena en la cama. — grito Mirian.
Sofía estaba aterrada por la manera tan cruel en la que su mamá se dirigía a ella.
— Nunca pensé que un hombre como tú Adrik Ivanov, que pretendía ser tan cruel se dejará engatusar por una mocosa sin principios.
— Le dije que ya basta!, no le voy a permitir que le hable así a mi esposa y si solo vino a eso le voy a pedir que se retire. —
— Ustedes dos saben bien a lo que vine, como se atrevieron a hacer que a mí Alina la sacaran del país.
Sofía estaba tan impresionada por cada palabra que botaba su madre que cuando escucho lo de Alina una sonrisa se dibujó en su rostro, pero no era una sonrisa de felicidad, más bien era de decepción.
— Como ya su posición está clara y usted solo considera a Alina su hija, entonces no tiene nada que hacer en mi casa. —
— Eres una mal agradecida, después de todo lo que hicimos por ti.
— Ja, ja, ja no me haga reír, que fue lo que hicieron por mí?. Acaso se detuvieron a preguntarse si de verdad yo hice todo de lo que me acusaron...
Sofía hizo una pausa para pensar con cabeza fría.
— Las personas que debían protegerme me dejaron a merced de una sociedad de mierda que solo me humillaba y de paso me pusieron precio.
— Cariño cálmate, recuerda tu salud. — le dijo Adrik.
— No puedo tranquilizarme, desde ahora no los considero familia y lo que decidas hacer con ellos por mí está bien.
Sofía salió de aquella sala con la frente en alto, no miro hacia atrás, ya no estaba dispuesta a que la siguieran humillando.
— Señora por favor retírese y no vuelva nunca más a esta casa y en cuanto a su hija mi decisión fue tomada, den gracias que no la envíe a prisión por intento de asesinato.
Adrik fue tras su esposa, él sabía que esto la había afectado gravemente, al fin y al cabo Mirian era su mamá y que la tratara así, no era nada agradable.
— Princesa no llores. — dijo Adrik secando sus lágrimas con el pulgar.
— Se supone que ella es mi madre, como una madre puede tratar así a su hijo, aún y cuando esté sea malo. — respondió Sofía entre sollozos.
— Tú no eres mala, ellos simplemente están equivocados. — consoló Adrik.
— Yo nunca había estado con un hombre antes de ti, ni siquiera había tenido un novio, mis sueños eran estudiar y graduarme de la universidad.
Sofía no podía dejar de llorar, sentía su corazón romperse una vez más por su cruel familia.
— Sé que nada de lo que dicen de ti es cierto, eres una mujer íntegra y de buen corazón y algún día ellos se darán cuenta de eso.
— De verdad crees en mí?
— Por supuesto que sí, y no sabes lo mal que me siento por haberte quitado tu primera vez de manera tan brusca, siempre me voy a arrepentir de eso.
— Tú solo creíste en las mentiras de los demás y al igual que yo estaba obligado a amarrarte a una persona que no conocías.
— Eso no me justifica, yo debí darme cuenta de lo maravillosa que eres desde un principio, lo siento mucho!, vida mía.
Los dos se quedaron abrazados, sumergidos en ese sentimiento que estaba naciendo entre ambos y aunque en este momento Sofía estaba muy triste, el abrazo de Adrik la llenaba de fuerzas para seguir adelante.