💖 NOVELA EN EMISIÓN--NOVELA EN EMISIÓN💖
David Montés un hombre que perdió a sus padres en su adolescencia, el junto a sus hermanos lograron salir adelante gracias a una gran mujer que nunca los dejo solos y ahora es su segunda madre.
Los años pasaron y con ellos David Montés se convirtió en Teniente de la fuerza aérea de los EEUU forjando una gran carrera a base de esfuerzo y dedicación, un hombre honesto y transparente, aunque en un principio se vio motivado a unirse a la fuerza aérea por amor, Brittany Williams fue un amor imposible, ella nunca lo aceptó y al contrario cuando podía lo humillaba, hasta que finalmente se rindió, Pero su amor por los aviones no.
(Saga de la novela: LOS HIJOS QUE ME DIO LA VIDA)
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CAPITULO DIECIOCHO
David Montés
Mi primera vez fue más que soñada, aunque estoy convaleciente pude disfrutar mucho, no tengo dudas que Leah fue hecha para mí y quiero ser parte de su vida.
Después de hacer el amor un par de veces, nos quedamos dormidos desnudos, la sensación es fenomenal, la etapa de dormir así, les recomiendo no saltársela, sentir su piel cálida y suave rozando tu cuerpo es muy especial.
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A la mañana siguiente estábamos profundamente dormidos, de un momento a otro la sensación de ser observado invadió mi ser y la ansiedad se posó en mi pecho, desperté de golpe y para mi sorpresa Leah lo hizo a la vez conmigo, ambos giramos en dirección a la puerta.
-¡MAMÁ! ¿Qué haces aquí?- pregunté tratando de cubrir a Leah.
Mi madre estaba notablemente avergonzada, incluso la descubrimos cuando intentaba salir del cuarto.
Ella cubrió sus ojos para responder a mi pregunta-- lo siento hijo, no pensé que ustedes, no pensé que estarían, bueno... pensé que estabas solo y como no contestaste el celular, entré a revisar si todo estaba bien, vinimos con tu padre a acompañarte a la cita de hoy-- dijo.
Mierda, la cita, lo había olvidado -- pero se supone que Roger me llevaría, por eso no los esperaba -- respondí.
- Lo sé, pero ayer llamamos a tu amigo, le dijimos que vendríamos nosotros, lo siento mucho, debí haberles avisado, yo..yo los dejo solos, los espero en la sala- dijo y terminó de cerrar la puerta.
Voltee a ver a Leah y para mi sorpresa estaba aguantando la risa.
- ¿qué es lo que te causa tanta gracia?-
Leah soltó la risa que tenía represada en una sonora carcajada, estoy seguro de que hasta mi madre la escucho.
- lo siento, es que fue muy gracioso, no me imagino la cara de tu mamá cuando nos vio dormidos, además que pensara de mí- dijo.
- que te aprovechaste de su bebé que está convaleciente, seguro eso pensó - le dije en burla.
- ¡¡ay siii!! Pobre bebé, tendré que pedir tu mano.... No te preocupes, me haré responsable de ti - dijo agregando dramatismo.
- está bien, eso es lo mínimo que puedes hacer, tomaste mi virtud - ambos reímos.
Luego nos levantamos y fuimos al baño para asearnos, después nos vestimos, yo fui a la sala primero mientras Leah organizaba la habitación.
-hola mamá, hola papá - me acerqué y les di un abrazo a cada uno.
- Hola hijo, no te pregunto cómo amaneciste por qué la respuesta es obvia ¿no campeón?- preguntó papá.
- muy gracioso, voy a tener que quitarle sus llaves, no me puedo arriesgar a pasar otra situación como la de hoy- dije.
- Ay hijo, no seas tan rígido, eso hasta los pajaritos lo hacen, así que no sé cuál es el drama- recalcó mi madre.
- ¿tan rígido? ¿Acaso es normal que tus padres vean tu intimidad? Mamá, eso es vergonzoso-
- Lo siento hijo, es que la verdad pensé de todo menos que estabas así, yo sé que te compré condones, pero no imaginé que los fueras a usar tan rápido y menos así, no has terminado tu recuperación, espero que no te hayas lastimado - dijo mi madre, pero cuando iba a responder Leah habló.
- no se preocupen, tuve mucho cuidado - respondió riendo.
Abrí mis ojos por la sorpresa, no pensé que de su boca fuera a salir esa respuesta, mis padres compartieron su mirada y rieron.
- eso me alegra mucho, eres una chica responsable -
- Mamá, cómo puedes decir esas cosas, paren por favor, y tú Leah-- giré hacia ella-- ¿como vas a decir una cosa así?, pensé que estabas avergonzada--
-lo estaba, pero favorablemente solo nos vio durmiendo en paños menores, la vergüenza sería muy grande si nos hubiese visto haciendo otra cosa- yo sonreí por su respuesta.
- Ella tiene toda la razón, hijo, deberías ser menos psicorrigido, tienes que ver el lado positivo de las cosas -
- bueno, mejor cambiemos de tema, ¿a qué hora es la cita?- dije.
- a las 10 de la mañana - dijo mi mamá.
-pero son las seis de la mañana- dije.
- ¿las seis?-- pregunto Leah-- lo siento, yo me tengo que ir ya, voy a ponerme el uniforme, discúlpenme que no los pueda acompañar más- dijo y salió corriendo hacia el cuarto, a los 5 minutos ya estaba lista.
Le di una de las hamburguesas que había quedado de ayer para que comiera de camino, ella la tomó, se despidió de mis padres, yo la acompañe a la puerta.
- tú y yo tenemos una conversación pendiente - dije.
- está bien, ¿te parece está noche? Yo también tengo que hablar contigo sobre algo - me respondió, luego asentí, nos dimos un beso y se fué corriendo.
Regresé con mis padres a la sala.
- bueno, tenemos mucho tiempo antes de la cita, ¿tienen planes para el desayuno? o pido a domicilio- les ofrecí.
- vamos a un restaurante, tu padre está antojado de unos hotcakes con tocino y huevo - dijo mamá.
- amaneciste muy americano querido padre, y a qué se deben esos antojos, ¿embarazaste a mamá de nuevo?- pregunté.
- no, no nada de eso, es que tu mamá me tiene en una dieta estricta y como no contestaste, ayer apostamos algo y gané, así que me dejara comer lo que yo quiera - respondió mi papá.
- ¿y puedo saber que apostaron? No sé por qué tengo el leve presentimiento de que se trata de mí- los mire inquisitivamente y mamá comenzó a reír, eso confirmo mi sospecha.
- Tu madre es muy mala para ocultar las cosas, y si, la apuesta fue sobre ti, tu mamá estaba segura de que ibas a llegar a tus treinta virgen, pero cuando conocí a Leah sabía que eso no iba a ser así y cuando no respondiste tu teléfono tuve la corazonada que había llegado tu hora, además se ve la atracción que hay entre ustedes, y bueno el ganador comerá hotcakes hoy-- dijo mi papá alzando sus brazos en señal de victoria.
Me reí porque parecían niños chiquitos, pero me hizo pensar lo que puede ocasionar un tema tan personal como lo es tu primera vez, no pensé que eso fuera a causar tanta relevancia para ellos.
Me puse ropa para salir y nos fuimos a buscar ese restaurante que iba a calmar los antojos de papá, cuando por fin los encontramos entramos y cada uno pidió a su gusto.
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- ¡Aaah! mi mejor desayuno en mucho tiempo - dijo mi papá mientras acariciaba su estómago.
- espero que no te haga daño por tanta miel que le pusiste a tus hotcakes - le recriminó mi mamá.
- déjalo mamá, parece haberlo disfrutado, además no lo va a comer todos los días - le dije y ella asintió sonriendo.
Nos subimos al auto y fuimos directo al hospital, ya eran las nueve de la mañana, íbamos bien de tiempo.
Cuando llegamos el doctor me hizo pasar, reviso las cicatrices y todo estaba perfecto, después fuimos con el ortopedista, el retiró el yeso para ver el avance y cambiar el vendaje.
Todo se veía bien, mi brazo tenía buena simetría, se notaba una pequeña desviación, pero era mínima, muy imperceptible, después de revisarlo bien, me puso nuevamente el yeso.
- puedes venir dentro de tres semanas, te vamos a retirar el yeso, vas muy bien con la recuperación, después iniciarás con la terapia, es un proceso largo, pero si eres juicioso vas a quedar con secuelas mínimas- dijo el ortopedista.
El doctor que me revisó la cabeza envió la orden para que me hiciera un tac cerebral, necesitaba ver los resultados para asegurarse que todo estuviera sanando correctamente.
Solicitamos las citas ahí mismo en el hospital, nos agendaron y nos fuimos a casa, de camino mi mamá compró ingredientes para preparar el almuerzo.
Cuando llegamos había un paquete en la puerta, yo lo recogí y entramos.
- ¿qué es eso hijo?-- preguntó mi mamá.
- no lo sé, apenas lo voy a abrir -
- ¿seguro que es para ti?- indagó mi papá.
- supongo que si, aquí dice mi nombre- le dije señalando el papel que tenía mis datos a un lado de la caja.
Abrí con cuidado la caja, no era muy grande y estaba muy liviana.
Cuando por fin la logré destapar, adentro había un sobre y decía "no es la mujer que tú crees, ella te engaña" yo arrugue el entrecejo, no comprendí la referencia, entonces abrí el sobre y allí había fotos de Leah con otro hombre, enseguida me di cuenta que eran fotos viejas, su cabello estaba más corto, además sus curvas estaban menos pronunciadas, incluso se veía muy delgada, comencé a reír, mi madre me miro consternada por mi actitud, así que tomó la foto que tenía en la mano y la vio.
-¿quién fue el idiota que te mandó esto?- preguntó.
- supongo que el idiota que está con Leah en la foto, no lo sé- respondí.
-se nota que no la supera, a simple vista se ve que fue una foto tomada hace mucho tiempo -
- por eso me río, Leah me contó la historia de su exnovio, es un cretino, estaba casado, la hizo pasar por la peor humillación de su vida y ella no estaba enterada de nada- dije.
-Maldito cretino, pero como consejo te recomiendo que hables con Leah, no sabes que intenciones tenga esa persona, además es muy raro que aparezca así de repente - me aconsejó papá.
- lo sé, hoy vamos a hablar, tengo un tema pendiente con ella-
- me parece muy bien, la comunicación es muy importante, tú tienes tu pasado, ella el suyo y eso hace parte de su historia, no tiene nada que ver con su presente, pero es importante conocer todos estos aspectos por si sucede algo- agregó mi mamá.
solo a ella le pasan esas cosas