Grace renació como la pobre chica extra que murió injustamente, pero ella no esta dispuesta a morir, por eso, no será como esa extra que murió, cambiará su destino y se vengara de quienes le causaron la muerte.
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capítulo 6- regaño
Debido a las acusaciones de Celia, Rachel fue llamada y ahora estaba en la oficina del archiduque, parada frente al escritorio de este mientras que Celia estaba parada cerca de su padre, sonriente pues lo que más desea es un gran regaño para Rachel.
- me han dicho que fuiste muy grosera con el príncipe cuando fue a visitarte, sabes bien que es importante cuidar la imagen de la familia.
Por la sonrisa de Celia, ella debió ser quien acuso aunque no sabría eso si el príncipe no se lo hubiese dicho.
- no se quien habrá dicho eso, pero yo nunca fui grosera, lo recibí amablemente pese a que estaba cansada por el entrenamiento.
- padre, no le crea, fue el mismo príncipe quien me dijo que ella lo echó de su habitación.
- aun cuando soy una niña, se puede mal interpretar que un joven este a solas en mi habitación, eso dañaría la imagen de la familia y no quiero que mi padre pase por algo así.
Rachel puso una expresión firme en su rostro, una que demostraba seguridad antes sus palabras, las cuales el Archiduque parecía comprender, pues no hay nada más importante en su familia que la disciplina y la buena imagen que deben dar.
- padre, no puede dejarlo pasar, hay maneras más amables de decir las cosas y no ser grosera con el príncipe.
- ¿y que sabes tú? Si todo el tiempo te la pasas colgada del brazo de mi futuro prometido ¿no es eso vulgar y una falta de respeto a esta casa?
Por supuesto al escuchar aquello, el Archiduque muestra molestia en su expresión dirigida hacía Celia, hacer tal cosa es sin duda considerado una mala imagen para una chica. El archiduque ordena que se retire Rachel, mientras que Celia debe quedarse, apenas sale, puede escuchar las suplicas de Celia ante los regaños de su padre, bien merecido se lo tiene por querer molestar.
Mientras camina de regreso, el príncipe la alcanza.
- señorita Rachel, es bueno verla mejor.
- se lo agradezco alteza, pero si me disculpa, yo debo ir a mis clases.
- de acuerdo, pero me gustaría acompañarla, al menos hasta que llegue a su salón.
Rachel se detiene y voltea, enseguida el príncipe nota su mirada de molestia.
- no quiero su compañía, soy una niña, no necesita estar pensando en quien se va casar conmigo, así que me da igual.
El príncipe se queda en silencio por las palabras de Rachel, pero, asume que tiene razón, al ser una niña, no tiene interés en esas cosas aún. La ve marcharse mientras que él se va de regreso al pasillo principal, debe ir con el archiduque para hablar de cosas importantes que su padre le encargo.
Por otro lado, Celia esta en su habitación llorando, con la mejilla roja, su madre supo del porque el Archiduque la regaño y la mujer termino por golpearla, al decir que era humillante que su hija andará colgándose de un chico, pues ese príncipe no es nada.
- si quieres seducir a un hombre, que sea el príncipe heredero.
- madre, el príncipe heredero tiene una prometida y es mucho mayor que yo.
- mi niña, no importa la edad. Pronto cumplirás quince, a esa edad puedes ya casarte.
- ¿que sugiere? ¿Que busque casarme con el príncipe heredero?
- por supuesto, el asistirá a la fiesta de tu cumpleaños, eres la hija legítima, es un evento importante y debes llamar su atención.
La mujer ya le coloca un toalla húmeda en la mejilla, aun cuando fue ella quien le había dado el golpe. Celia deja de llorar y escucha atentamente a su madre, si ella logra lo que le piden, podrá ser reina y entonces, puede hacer lo que sea, empezando por arruinar a Rachel.
- en cuanto a esa niña, yo me haré cargo de ella, no te preocupes mi niña, nadie te molestará de nuevo.
- madre, muchas gracias.
Celia sonríe mientras abraza a su madre, confía en que ella le hará pagar a Rachel por causar que sea regañada. La Duquesa, por supuesto, no soporta esa niña, porque sabe, que su madre, fue la mujer favorita del Archiduque, pero por suerte tuvo una niña y no pudo cambiar al sucesor, aun así no deja de odiar a su descendencia. Mientras tanto, Rachel ha salido de sus clases, aunque lleva consigo un libro, se lo pidió al profesor para informarse de cada familia real de los distintos países.
- el emperador de Artica, se describía como un hombre joven y atractivo, aunque por ahora debe ser un chico de la edad del segundo príncipe.
Como siempre habla para si misma, mientras revisa el libro, según su profesor es el libro más actual y tiene los retratos de las familias, se usa mayormente para que los puedan distinguir en una reunión donde nunca se han visto y así evitar cualquier inconveniente o confusión. Busco hasta dar con el retrato que buscaba, en efecto, era un chico casi de la edad que el segundo príncipe, pero pese a eso, se podía decir que mucho más guapo que Jasper, Rachel sonríe mientras pasa su mano sobre el rostro del chico.
- es bueno que seas atractivo, así no será incómodo estar contigo...
Rachel deja salir una risilla, sea como sea, debe conseguir la atención de ese chico, es su única oportunidad de sobrevivir y evitar su matrimonio forzado, después de todo, no importa que tan amable sea el príncipe ahora, en el futuro será un hombre detestable que hará de Celia su amante y por desecharla, es Rachel quien termina pagando las consecuencias, y en la novela, nunca se menciona que haya sentido remordimiento alguno, por haber matado a una inocente, incluso no mencionan que hayan descubierto la injusticia por la que Rachel paso y eso es suficiente para saber que no debe sentir afecto por ninguno de los que la rodean, nisiquiera de su padre, pues tampoco hizo nada para intentar salvarla.