La Pianista

Capítulo 22

Alejandra llevaba casi toda la noche caminando por las calles de Niza, se sentía tan molesta con Jacob. Era un sentimiento nuevo para ella, estaba celosa. Además la mujer se presentó muy arrogante y marcando territorio eso es peor.

Al diablo que se quede con él, pensaba ella; Dicen que los celos son malos consejeros, pero esa actitud de él dejó mucho de que hablar. Ni si quiera me dio mi lugar, maldita sea. Era tan feliz cuando no tenía sentimientos por nadie.

Ella se pensaba que voy hacer ahora. Cómo saldría de ahí, ademas donde estaba. Por un momento comenzó a reírse de la situación, llegó hasta una playa y ahí se sentó a pensar. Sentía tanta paz nada importaba, el mar estaba tranquilo y la noche llena de estrellas, ella no quería quedarse al lado de Jacob entre ellos había demasiada diferencia. Como el agua y el aceite que no se pueden mezclar. Miraba el anillo que él le regalo, pensó buscar una joyería venderlo y desaparecer. Se acosto en la arena a contemplar las estrellas y sin darse cuenta se quedó dormida.

Jacob y su chofer buscaban por todas las calles, la policía igual. Ningún rastro de ella.

Al parecer su esposa, es buena para esconderse y escapar.-chofer

Si, pero me preocupa. No conoce a nadie aquí; bueno eso creo yo. Si le pasa algo jamás podré perdonármelo.-Jacob

Alejandra es despertada por unos delincuentes.

Donnez-nous tout ce que vous avez de valeur. Si vous ne voulez pas que nous vous blessions.(Entréganos todo lo de valor que tengas. Si no quieres que te hagamos daño).-delincuentes

Lo siento no los entiendo.-Alejandra

Femme stupide, donnez-nous vos bijoux. Et puis vous vous amuserez avec nous.(Mujer estupida, danos tus joyas. Y después te divertirás con nosotros).-delincuentes.

Ella corrió por instinto, era difícil correr por la arena. Alejandra logró llegar a la avenida y corre, sufre una torcedura de tobillo. Los delincuentes la alcanzan.

Se escuchan detonaciones de un arma de fuego, ella cierra sus ojos tirada en el asfalto. No me lastimen.

Los delincuentes huyen.

Señorita se encuentra usted bien?

Levanta el rostro, era un hombre alto y bien parecido.

-Le ayudó a levantarse, que hace aquí sola? Necesita que llame a la policía?. Oh! perdón me llamo Nicolas iba de paso y vi que corrían detrás de ti.

-Gracias por ayudarme, me llamo Alejandra y no conozco estoy perdida.

-Aquí cerca tengo mi coche, no tema soy de fiar. Si gusta puedo prestarle mi celular y que llame a alguien o quiere que la lleve algún lugar. Si esta herida puedo llevarla a un hospital.

-Escape de una fiesta y camine sin rumbo hasta llegar a la playa. Me quede dormida sobre la arena, no tengo como irme de aquí.

Nicolás no podía dejarla a su suerte, así que insistió.

-Confié en mi vamos a mi casa, y si gusta me cuenta que pasa y créame le ayudaré.

-está bien, iré contigo.

Alejandra sentía algo extraño como podía confiar en aquel muchacho, después de todo el le había salvado la vida,!no sabía que hubiera podido pasar si él no hubiera estado en ese lugar. Alejandra comenzó a hacerle plática.

-hablas muy bien el castellano, aquí todos hablan francés. Vives aquí?.

-vengó de vacaciones, a inspirarme. Soy fotógrafo y pintor vivo en Sevilla España por eso hablo castellano. La casa es herencia de mi madre, mi madre era francesa. Así que vengo de vez en cuando a pasar unos días o hasta meses, y tu?

-Yo vine al cumpleaños de alguien importante, pero no encajo en esa sociedad y decidí irme. Soy pianista y vivo en Madrid.

-Somos vecinos, eso es genial. Pero vienes sola y escapas de una fiesta, traes un vestido elegante y fino. Y un anillo por el cual casi te quitan la vida.

-necesito escapar de mi esposo y su familia. No soy adecuada para él. Yo soy una simple pianista.

-hay que ser claros, cuando dos personas unen su vida es para adaptarse. Y más si hay amor de por medio. No te juzgo, es que soy un romántico.

-Aunque va a sonar frívolo, me case por dinero. Lo necesitaba, pero creo que mis valores, amor propio y mi integridad. Eran más valioso. Me sentí tan insignificante, no soy nadie a comparación de él.

-claro que si eres alguien, eres una mujer fuerte, es de valientes traicionarse así mismo. A sus creencias, valores, cambiar tu libertad y felicidad por dinero. Ya no pienses en ello, créeme no hay contrato que no se pueda romper. Te ayudaré.

-Gracias, no tengo dinero pero si me ayudas vendiendo o empeñando este anillo te lo agradeceré.

-Tu esposo se va a enojar, se ve que es un anillo muy costoso.

Llegaron a casa de Nicolás, Alejandra quedó maravillada era una casa cálida y le transmitía tranquilidad.

-adelante señorita sea bienvenida, él le dio su mano para ayudarla a bajar del coche.

-Gracias, es hermosa.

-Mi casa, es su casa.

-es muy bella.

-Era de mis abuelos, siempre a pertenecido a mi familia. Y ahora yo soy el dueño. Hay una habitación que es de mi hermana, puedes ducharte en el baño hay toallas y puedes tomar ropa de su closet y zapatos. Yo pienso que si te queda. Si no me dices y aquí al lado está una amiga mía y puedo pedirle Ropa para ti. Quieres algo de cenar o más bien de desayunar?

-si, pero primero tomaré un baño. Esta bien?

-perfecto mientras preparo algo delicioso. Siéntete en confianza todo lo qué hay aquí puedes utilizarlo.

-Gracias por salvarme, eres un ángel.

Le dio una sonrisa y Él sonrió. ella entró a la recámara. Era una recámara bien acomodada con todo lo necesario. Comenzó a buscar en el closet ropa y zapatos sin duda alguna era de su talla. También encontró un estuche de violín en el closet. Tenía ya tiempo que no se sentía en paz.

Él preparaba pan francés, café y un poco de fruta. Y pensaba cómo ayudarla, él ya había pasado por algo casi similar con su hermana. Él sabía cómo hacer que una persona dejara su identidad eh iniciara en otro lugar una nueva vida.

Bajo Alejandra a la cocina, estaba amaneciendo.

-Nicolás

-Te quedó bien la ropa de mi hermana, que bueno puedes conservarla. Ven desayunemos y platicaremos que es lo que quieres hacer.

-en serio puedes ayudarme, no quiero ocasionarte problemas.

-no te preocupes, soy un alma libre y me gusta ayudar a que todos tengan libertad.

Mientras desayunaban, Nicolás y Alejandra platicaban y entre la platica Salían pequeñas bromas. Alejandra tenía mucho que no reía así, Nicolás era demasiado ocurrente. Era sensible y a la vez despreocupado contagiaba su buena vibra. Aún así Alejandra no dejaba de pensar en su esposo, y que él la estaría buscando por cielo,tierra y mar. Comenzaba a sentir miedo, cuál sería su reacción si la encontraba.