Rindiendome A Tu Piel

Ella sonrió y dijo.

—calma *mi amo*, confía, sólo confía.

Will al escuchar que lo llamo "mi amo" su cuerpo reaccionó, pero su mente lo traicionó y sin pensar ni darse cuenta de lo que dijo, lo hizo en voz alta.

—Para mí, no eres mi sumisa," eres mi reina", perdición de mí ser, dueña de mi oscuro deseo y mi amargo pasado.

Will dijo esas palabras y pensó que ella no logró escucharlo, pero se equivocó, fueron escuchadas cada una de sus palabras.

Vannesa, se sentía en el cielo, aunque el amargo de lo último dicho la tambaleó, aun así con lo que estaba sucediendo, sentía estar soñando, detuvo sus movimientos de cadera, lo miró, besándolo apasionadamente, se separó del beso, se bajó de la cama, se dirigió a su armario en busca de otras esposas. Regresó y Will observó lo que traía en la mano, la quedó mirando con intriga de ¿qué pensaba a hacer?

Se sentía vulnerable, pero sabía: ¡quién era Vannesa! Y que nunca traspasaría los límites de la confianza que él ponía en ella.

Lo que si experimentaba era ansiedad de no saber que iba a hacer ahora con él, ella se acercó tomó la mano que no estaba esposada la subió igual a la cabecera de la cama y la esposo dejándolo ahí viéndola como ella pasaba sus manos por su piel desnuda acariciando sus mismos pechos.

Will la observó y era él, el que quería realizar tal acto y se iba desesperando por querer hacer su voluntad y no poder.

Vannesa, meneando sus caderas salió de la habitación, llegó al pequeño bar que tenía en la sala, riendo sola de lo que sucedía, sirvió dos tragos de whisky, se tomó el de ella de un solo sorbo, tenía que sacar valentía para realizar lo que quería hacer, cuando iba de camino a la habitación con el vaso de whisky de él, se le cruzó una idea, regresó fue a la cocina, agarró un vaso con hielo y unas fresas acomodando todo en una bandeja y regresó a la habitación.

Cuando entró el volteo y la miró serio, ya estaba desesperado de estar ahí amarrado, ella le regaló una sonrisa que lo relajó al instante, puso la bandeja en la mesita de noche agarro una fresa y se la comió, bajo su atenta mirada.

Él solo pensaba en lo sexi que se veía, su hombría empezó a reaccionar de nuevo. Terminando ella de comer las fresas agarró el vaso de whisky se lo llevó a la boca agarrando un buen trago se acercó a la boca de él dándole desde la boca de ella, él lo recibió trago y saboreo su labio, ella se dirigió a un mueble y colocó una canción sensual y empezó a bailar.

Desesperado, Will solo maldecía por haberse dejado esposar y no poder tocarla mientras ella bailaba y lo provocaba, cuando la canción terminó ella se dirigió a la gaveta de la mesita de noche la abrió y sacó un vibrador y se acercó a él, se sentó abierta de piernas hacia él, dejándolo tener la mejor vista.

Sosteniendo el vibrador, lo encendió, ganándose una mirada de advertencia de su amordazado hombre, ella sonrió con picardía.

Will, observando lo que pretendía hacer, con tono ronco y amenazante, dijo:

—¡Vanne!.

Vannesa, sonrió Ignorando el llamado, colocó el vibrador en su punto más sensible, sobando con el mismo.

Will con impotencia e impaciente miraba, queriendo ser él quien lo hiciera.

Ella fue deslizando el vibrador mientras arqueaba su espalda del placer.

Will ya no soportando más jaló de las esposas, ocasionando que con su acto se apretaran más.

Vannesa no demorando mucho con su acto, sacó el vibrador y lo dejó a un lado, ya que sentía que la tortura era más para ella que para él.

Se subió encima de él y empezó a besar todo su cuerpo, menos la boca, ocasionando que Will, bufara de la frustración de sentir como ella jugaba con él. Se encontraba super excitado. Ella llegó a su amigo, lo agarró y acarició. Él pensó que por fin iba a hacer algo con el problema que lo estaba enloqueciendo.

Vannesa lo llevó a su boca. Will, al sentir lo caliente, gruñó y ella empezó a sacarlo y luego llevarlo a lo más profundo. El acto hecho lo hacía gruñir Will.

Cuando sintió qué se venía dijo.

—¡Para! No aguantó más.

Su voz salió entre cortada, eso la llenó de felicidad de lo que estaba ocasionando en él; sin embargo, en vez de obedecer y parar, se acomodó y siguió su acto. Unas lágrimas salieron de sus ojos al ejercer la presión.

Con su vista alzada mirando el rostro de satisfacción de su hombre aceleró el acto sintiendo como palpitaba. y no aguantando más el líquido esperado empezó a salir.

Se arrodilló en la cama con una espléndida sonrisa.

Él se encontraba agitado mirándola, era perfecta.

ella sonrió y se acercó, subió encima de él, en el proceso él se empaló y una estocada que a él lo sorprendió, ella no le dio chance ni de que se recuperará empezó a cabalgarlo dando movimientos circulares hasta el punto de agarrarse de sus propias caderas para profundizar y afincarse más a él. se movía maravillosamente ofreciéndole un espectáculo a su hombre. Se acomodó donde quedara en una perfecta posición para que él pudiera deleitar sus puntos rosados y aprovechó para soltarlo de las esposas.

Cuando se sintió libre, la agarró a su gusto, tomando el control el resto de la madrugada y mañana, la hizo suya de todas las maneras ávidas y deseadas. Llegando las once del día, se fueron durmiendo, agotados, extasiados y felices.

Will despertó buscando donde se encontraba, observó dándose cuenta que no era un sueño, viendo su reloj encontrándose que ya eran las nueve de la noche, el deseo los llevo a olvidar que existía el resto del mundo, ni tiempo de comer algo les dio, acarició la espalda de la desnuda mujer, haciendo un camino hasta su brazo.

Recuerdos de todo lo que pasó la noche anterior, empezaron a venir a el, pero no fueron sus únicos recuerdos, un sentimiento de culpabilidad lo invadió recordando todo lo que el papá de él, le había hecho a la mujer que se encontraba al lado de suyo en ese instante.

Flashback.