La seducción femenina es un arte que he dominado con gracia y precisión. Mi nombre es Ela West, y soy una mujer que inspira deseo y envidia en igual medida. Mi belleza es mi arma más poderosa, y la uso con sabiduría.
Mi vida estaba siendo perfecta, hasta el momento en que el socio de mi padre decide jubilarse y dejar en su lugar a su hijo mayor, quien me hizo la vida imposible siendo una niña, ahora es mi momento de hacerle la vida imposible a él.
Pero no esperaba que mis sentimientos por él volvieran a arder con tanta intensidad. Pensé que había logrado apagar las llamas de la pasión y el amor, pero parece que solo estaban dormidas, esperando el momento adecuado para renacer de las cenizas.
La memoria de nuestros momentos juntos comenzó a regresar, y con ella, el dolor y la nostalgia. La llama del amor que creí extinguida volvió a encenderse, y ahora me encuentro en una encrucijada. ¿Podremos estar juntos esta vez?
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Señor y señora
Mi cabeza quiere explotar de tanto que pienso y pienso. Parezco una adolescente con las hormonas revueltas y las primeras experiencias con un hombre a flor de piel. He tenido algunos novios y he estado con mas de un hombre, entonces lo que viví con Dante no debería alterarme cómo lo hace. Solo fue sexo lo que tuvimos, no es como que nos hayamos comprometido de por vida.
Tan pronto el auto se detuvo, me bajé de este y entré al hotel. No quería estar un segundo más cerca de lo que me causa ese hombre, todo de una manera que no logro comprender. Me acerqué a la recepción y le pedí la llave de mi habitación a la chica, pero ella me respondió que no había ninguna reservación a mi nombre.
—Vuelve a revisar por favor— le dije, señalando mi nombre en la identificación que se encontraba extendida en el recibidor.
Veo que la chica vuelve a revisar y negó nuevamente, giró la pantalla del computador hacia mí, para que yo pudiera observar que no hay ninguna reservación a mi nombre.
—Lo siento mucho, señorita El, pero no hay reservación a su nombre. ¿Está segura de que la hicieron bien?—
—Por supuesto que sí— saqué mi teléfono y marqué el número de mi asistente. —De igual déjame verificar un momento—
—De acuerdo— las chicas sonrió de esa oreja y rodé los ojos al sentir el aroma de Dante detrás de mí. —Buen día. ¿Se registró usted con anterioridad o ya tiene una reservación?—
—Buen día, ya tengo una reservación a nombre de Dante Cooper—
Me hice a un lado en lo que Naty tomaba mi llamada y Dante hablaba a gusto con la recepcionista. No cabe duda de que los hombres no pierden el tiempo.
—Señorita West, ¿Hay algún inconveniente?—dice Naty al otro lado de la línea.
—¿A nombre de quién dejaste la reservación?—pregunté —La recepcionista me dice que no hay ninguna a mi nombre—
—Oh, bueno es que...—
—¿Que pasa Nati?—
—Lo que pasa es que su padre me dijo que ya había hecho la reservación, es por ello que no llamé al hotel—
—Aquí está, una reservación para el señor y la señora Cooper— en cuanto y lo que dijo la recepcionista, la miré. —Oh, ya entiendo. Viene con su esposa—
Miré a Dante con el corazón en la mano y la sangre bombeando a mí en mis venas, deseando reto ser el cuello de mi padre y del señor Cooper, sabiendo perfectamente que esto es obra de esos dos.
—Así es, he venido con mi esposa— sonrío, rodeando mi cintura con su brazo. —¿Cierto, mi amor?—
—Por supuesto que no—traté de apartarme de él, pero me acercó aún más, sosteniéndome con firmeza. —Suéltame Dante—
—No seas tan terca, mi amor. Recuerda lo que dice mi madre, aun así estés enojada conmigo, nunca debemos acostarnos a dormir por separados y discutiendo— con la misma fuerza con la que me tenía sujetada me tomó del mentón y me acercó a su boca, paralizándome por completo. —¿No crees que mi madre tiene razón? A mi parecer, Sí. Y tampoco quiero dormir lejos de ti, cuando se siente tan cómodo y cálido dormir abrazado a ti—
Si antes mi corazón se encontraba acelerado por su atrevimiento, qué dijera esas palabras provocó que los latidos fuesen de una manera tan violenta que cree que en cualquier momento mi corazón se saldría de mi pecho. ¿Por qué me dice eso? ¿Y por qué juega conmigo de esa manera también y descarada?
POV DANTE.
Quiero poder cumplir con mi palabra y darle el gusto a ella de estar lo más lejos posible de ella, Pero simplemente no puedo hacerlo. Su piel me llama a gritos, sus labios duplican los míos y su mirada me piden en medio del silencio y de una falta de indiferencia que solo la contemple a ella.
No tenía contemplado besarla, pero ahí me encontraba, en medio de una espaciosa recepción de hotel degustando una vez más sus dulces y aditivos labios. Es imposible que me resista su boca, si por años la he tenido en mis sueños y en mis más íntimos pensamientos. La he deseado como un maldito loco y ahora que tengo la dicha de tenerla, ¿Por qué debo alejarme de ella? ¿Por qué seguir perdiendo el tiempo si podemos darle inicio a lo que nunca se dio?
Ela me correspondió el beso con total locura y desenfreno, cerrando sus ojos para mayor satisfacción. El suave y frenético roce de nuestras bocas me tenía delirando y con la piel ardiendo. Sabía que debía detenerme antes de que cometiera una estupidez, mami sí vistes pero es que sus labios son tan exquisitos, una adicción en la cual deseo perderme en esta y en la otra vida. El fuego que se apoderaba de mí hacía que la estrechara más fuerte entre mis brazos.
Pero la magia duró muy poco, cuando Ela cayó en cuenta de lo que estábamos haciendo, me separó de ella con todas sus fuerzas y me aceptó una bofetada que hizo arder mi piel. Se veía tan linda con los labios rojos e hinchados y la mirada confusa.
—¿Qué te sucede? ¡No vuelvas a besarme Nunca más en tu vida!—gramo, dándose la vuelta.
—Definitivamente Dios le da pan al que no tiene dientes— dijo la chica de la recepción, haciéndome en la entrega de la llave de la habitación. —Hay mujeres que no saben aprovechar lo que tienen y yo que estoy deseando tener uno así como tu—
—Esa fiera es difícil de domar, Pero como me encanta su soberbia y falta de indiferencia. No creas en lo que ella está demostrando, porque ahí donde la ves, se fue deseosa de seguir disfrutando de mis besos—
La chica soltó una risita, negando con la cabeza y seguí los pasos de Ela. Esa mujer hará que pierda la cabeza en cualquier instante, sus constantes cambios de humor me vuelven loco.
La encontré medio de un pasillo, discutiendo con alguien por teléfono mientras hacía señas con una de sus manos. Se veía furiosa y alterada.
—¿Por qué hacen esto? ¿No les da vergüenza actuar de esta manera tan infantil?—la oí hacerle el reclamo a su padre y me detuve detrás de una columna. —¡Por supuesto que no! El no me interesa ni nomás mínimo. No sé qué sueños se están haciendo ustedes dos en la cabeza con nosotros, pero sea lo que sea, eso nunca va a suceder. Espero que tú y el señor Cooper se graben eso en la cabeza, que nunca en la vida, así sea el fin del mundo y no existan más hombres sobre esta tierra, jamás me involucraría en ningún aspecto con el. Así que te pido encarecidamente que no sigas insistiendo con este tema, papá ¿Entendido?—hubo un breve silencio. —Esta bien hablamos chao—
—Eres una vil y descarada mentirosa—dije en cuanto colgó la llamada. —¿Cómo se llama lo que sucedió entre nosotros hace tan solos una noche en tu apartamento?—
—Sexo—siguió de espaldas a mí, con medio cuerpo apoyado en la pared. —¿Que creías que era? Sucedió porque sí, pero no va a pasar nada más entre nosotros. Esto que nuestros pares están haciendo les va a salir muy caro—....