Liora reencarna en un mundo mágico con una nueva oportunidad para vivir y solo busca ser feliz.
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El mundo mágico tiene muchas historias, todas conectadas pero independientes.
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Despedida
El último día de Liora en el castillo llegó demasiado rápido.
Demasiado pronto para quienes la querían.
Y demasiado pronto para el Rey, que aún no conseguía imaginar el castillo sin ella.
Liora llegó al patio con un vestido sencillo, el cabello suelto y su sonrisa más luminosa.. todos le hicieron una hermosa despedida..
Guardias, espías y magos se acercaban uno por uno..
- Liora, ¡gracias por todo! ¡Eres una inspiración!
- ¡Vuelve pronto! Y mándanos cartas, ¡no nos dejes con la intriga!
- Lo que hiciste por Mercia quedará registrado. Eres una leyenda.
Liora: Gracias… de verdad. Son más familia de la que tuve nunca.
El Rey estaba en la entrada del patio.
[Ella… no me ve.]
Cada sonrisa de Liora se clavaba como un recordatorio.
[Ella ya es feliz sin mí.]
Eamon se acercó un momento al Rey, notándolo apartado.
Eamon (en voz baja):
Majestad… ¿no piensa despedirse?
El Rey mantuvo la vista fija en ella.
Rey: No quiero interrumpir.
Eamon: Si no habla ahora, será más difícil después.
Rey: Lo sé.
Casi una hora despues, el Rey regresó a su habitación sin decir una sola palabra a Liora.
[Todo es mi culpa, porque yo no la elegí. No fui valiente. No le di razones para quedarse.]
El Rey seguía sentado en su habitación, con los ojos ardidos por emociones que llevaba semanas conteniendo.
Las palabras de Liora volvían a él una y otra vez. Como una flecha que no deja de clavarse.
[“Solo quiero ser feliz.” “Quizás con alguien más.” “Quiero que me elijan.”]
Frases que él habia escuchado y aunque no se las habia dicho a él directamente le dolían.. como nunca pensó que lo harían..
El Rey cerró los ojos.
Y entonces pensó.. él podía darle eso.
Podía darle felicidad.
Podía darle amor verdadero.
Podía darle un futuro.
La imaginó sin querer.
Una imagen tan dulce, tan perfecta, tan íntima que le apretó el corazón.
la imaginó despertando a su lado… el cabello de ella desordenado sobre la almohada, su sonrisa soñolienta, su voz ronca diciendo “buenos días”.
La imaginó despertándose debajo de ella, porque Liora era así, atrevida y encantadora, capaz de arrojarse sobre él a mitad de la noche y quedarse dormida allí.
se rio por primera vez en días.
[Dioses… la quiero. La quiero en todas sus formas. Arriba. Debajo. Al lado. En mi cama. En mi vida.]
La imaginó caminando por el castillo con niños a su alrededor, niños con ojos celestes como los de ella, o con el cabello oscuro como el suyo.
La imaginó riendo en el jardín.
Cocinando desastrosamente (porque ella seguro quemaría algo).
Quejándose de los nobles.
Robándole su capa cuando tuviera frío.
La imaginó suya.
Y el corazón se le desbordó.
[Puedo hacerla feliz. puedo protegerla. Puedo amarla. Puedo darle una vida que ella merece.]
Y entonces… se levantó de golpe.
Con una determinación que jamás había sentido.
La silla cayó hacia atrás con un golpe seco.
[No la voy a perder. No otra vez. No por miedo. No por cobardía.]
Caminó hacia la puerta.
La abrió tan rápido que los guardias afuera casi retrocedieron.
Guardia: ¿Majestad? ¿Necesita..?
Rey: ¡Mi caballo! ¡Ahora!
Los guardias parpadearon, confundidos.
Guardia: ¿Va a salir del castillo, Majestad?
Rey: ¡Sí! ¡Trae mi caballo!
Los hombres corrieron.
El Rey bajó las escaleras casi saltando, moviéndose con una urgencia que nadie había visto en él.
Mientras avanzaba por los pasillos, la emoción le brotó tan pura que lo obligó a reírse entre dientes.
[Voy a buscarla. Voy a confesarme. Voy a pedirle que se quede. No… que venga conmigo. Que sea mía. Que sea mi reina.]
y se rió otra vez, sacudiendo la cabeza..
[Que demonios… seremos jodidamente felices.]
Ya no había duda.
Ya no había miedo.
Ya no había barreras.
Solo una certeza ardiente..
Liora era su futuro.
Y no pensaba dejar que se fuera sin luchar por ella.
El caballo fue llevado a la entrada principal.
El Rey lo montó sin esperar ayuda o ceremonia.
Guardias: ¿Majestad, quiere escolta?
Rey: No. Voy solo. Y no vuelvo sin ella.
Y con un tirón firme de las riendas… galopó hacia el pueblo
Hacia los caminos.
Hacia Liora.
Hacia la mujer que por fin estaba dispuesto a elegir.
Ojalá en el ducado encuentre alguien de otro reino que la invite a conocerlo 😏
😂🤣😂🤣😂 Estos dos hombres ya tienen canas verdes /Grievance//Grievance/