Al morir y regresar, después de saber su destino; decide dejar todo por lo que siempre se esforzó y tratar de sobrevivir, sin importar lo que el resto de la gente a su alrededor, diga.
En su camino encuentra a la persona que la ayudará y será su apoyo en un futuro, al menos eso cree.
Para ello tendrá que casarse con aquel desconocido.
¿Será verdad?
¿Un contrato puede ser cumplido o se tendrá que romper?
¿El amor puede surgir a pesar de no conocerse?
Historia de Johana y Donatello, el principio de su vida...
NovelToon tiene autorización de LúNam para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
¿Cambio?
De pronto un bullicio se escuchó, varias personas sentadas en el comedor, no estaban de acuerdo con lo dicho por Licia.
—Tu no te vas a casar nunca— gritó Lucien, el hermano mayor.
—Cierto peque, te quedarás soltera para siempre— ahora habló Gerard, un joven de cabellos café marrón.
—¿Acaso les estoy pidiendo su permiso?, soy una señorita hermosa y me casaré cuando crezca, eso es seguro— respondió a sus gritos.
—Padre diga algo, esta niña no puede estar pensando en casarse— se quejó uno más de los hermanos.
—A ustedes nadie les prohibió contraer nupcias, su hermana no será la excepción, algún día se casará, pero nunca dejará de ser mi preciado tesoro— el rostro del hombre, brilló al hablar de su pequeña hija, era más que obvio su amor por ella.
—Se lo agradezco padre. Te lo digo hermosa Johana, porque madre me ha educado para eso, de modales y etiqueta se suficiente, pero nadie me ha querido enseñar a hacer cosas fuera de lo normal, ni siquiera Sia me ha querido enseñar algo— se mostraba lamentable.
—Ya le dije que no puedo hacerlo, lo único que se hacer, es cosechar y plantar, usted sabe que fui una campesina antes de casarme con su hermano—
Aquello sorprendió a Johana, era improbable que un noble aceptara que alguno de sus hijos, desposara a un plebeyo.
—Se muchas cosas, aunque no se si contaré con el permiso de sus padres para enseñarle— se estaba divirtiendo mucho con las ocurrencias de la pequeña, por eso quería agradecerle de alguna manera, por ella ya no sentía nervios.
—Siempre y cuando no corra riesgo su vida, ella puede aprender lo que tu le quieras enseñar— dio el permiso su padre.
Aunque con mucha plática, el desayuno terminó y todos pasaron a una sala grande, ahí platicarían, sin embargo, Johana fue llevada a una sala privada por los padres de Donatello. Él sabía de lo que se trataba, pero tenía prohibido decirle algo a la joven, pues era una promesa que había hecho a sus padres.
—Por favor perdóname— dejó salir un suspiro.
—Todo va a salir bien, ella es muy agradable y buena persona, mucho mejor que otras— Licia se quedó mirando nuevamente a una de sus cuñadas, al parecer su relación no era tan buena.
—Señorita Chian, dígame, ¿cuánto necesita para que deje en paz a mi hijo?, me refiero a que usted es hija de un barón simplemente, ¿qué le podría ofrecer a un duque como él?—
Aquella mujer amable y sonriente, se había transformado en alguien totalmente diferente, su mirada no reflejaba nada, pero hacía temblar a Johana con sus palabras.
—Lo siento, no alcanzo a comprender, el porque de sus preguntas— estaba realmente confundida, si anteriormente hablaron con ella en el comedor y sus palabras no parecían ser mentira.
—Está con él por interés, ¿no es cierto?—
—Se equivoca señora, si bien es cierto que no amo al duque, aún. Eso no significa que yo esté con él por su estatus social o económico, debería de investigar mejor las cosas, antes de acusarme. Ustedes no saben todo lo que he tenido que pasar y que me juzguen de esta manera, pudo haber sido la gota que derramara mi vaso de agua, aunque gracias al duque, estoy más que segura qué no me dejaría ir de su vida, incluso si yo así lo quisiera— estaba ofendida y dolida, pero también orgullosa de lo que le había demostrado aquel hombre que le pidió ser su esposa.
—Entonces, ¿por qué no habla de su familia?, ¿usted se lo prohibió a mi hijo?— les parecía raro que no los dejaran indagar en la vida de la joven.
—Mi madre murió cuando era una niña, viví bajo la tutela de mi padre y su esposa, pasé por golpes, castigos, días sin comer. Cuando cumplí 16 años, me comprometieron con un joven marqués, solo como moneda de cambio, pero hace no mucho tiempo, decidieron que las cosas iban a cambiar y como ya no era necesaria para mí familia, pensaron que lo mejor era deshacerse de mi, por eso planeaban asesinarme. Fue en ese momento que escapé de casa para salvar mi vida, en el camino me encontré con el duque y bueno, aquí estamos—
Los recuerdos no le dolían, aunque si le molestaba que la hicieran recordar cuando ella ya no quería hacerlo.
—Yo lo siento, no sabía— ambos se veían afligidos.
—Por eso el duque trata de protegerme, ¿cómo iban a saberlo?. Entiendo que quieran saber quién es la mujer con la que su hijo piensa casarse, pero me parece injusto que me obliguen a recordar cosas que quiero dejar en el pasado. Si lo que quieren es que me aleje de su hijo, perfecto, lo haré, a cambio no quiero ni un solo centavo, creo que su amor no está a la venta. Con permiso—
No sabía lo que su corazón y mente estaban sintiendo en ese momento, simplemente quería salir y tomar un poco de aire, también necesitaba saber que no estaba sola, que no la obligarían a dejar lo más bonito que había encontrado después de mucho tiempo.
—¡Johana!— gritó su nombre cuando la vio salir muy rápido. —¿Qué le dijeron?— se dirigió a sus padres.
—No queríamos lastimarla, solo debíamos saber su historia— cabizbaja, habló su madre.
—Les pedí que no hablaran del tema con ella, es algo sensible que quisiera olvidara lo más pronto posible— su enojo era muy real.
—Lo sabemos hijo, habla con ella. Dijo que así como se lo pedimos, ella te dejaría— palabras que quizás debieron quedarse sin decir. Todos estaban impactados por lo que habían dicho.
—Les prometo que si ella se va de mi lado, aunque sea su decisión, ustedes habrán perdido a un hijo— era obvio a quien elegiría si tenía que hacerlo.
Corrió a la salida y junto a una pequeña fuente, vio a Johana sentada en el pasto.
—Lo siento, yo sabía que harían esto— se veía realmente apenado.
—Lo se, siendo quienes son, supuse que tendría que pasar un tipo de pruebas y eso no me molesta, es solo que— dejó salir un pesado suspiro. —Puedo aceptar lo que sea, porque son sus padres, pero no puedo soportar que me pidan alejarme de usted, eso de verdad me partiría el corazón— de sus ojos, ya comenzaban a salir algunas lágrimas.
gracias por escribir