Hola mi nombre es Nergis segunda entre tres hermanas, Lucí la mayor y Dará la menor soy graduada como maestra pero aún no he podido ejercer mi profesión, mi madre dueña de un pequeño restaurante ubicado en el centro de la ciudad, donde mis hermanas y yo trabajamos juntas.
Aunque ya yo no quería ir ya que mi madre me recordaba a diario que era el momento de que buscará una pareja, que debía casarme y formar una familia para poderle dar nietos, ya que mi hermana mayor había dejado en claro que ella no quería tener una familia y la menor aún era muy joven para esto.
Yo también había intentado decirle a mamá que no quería formar una familia que quería ejercer mi carrera, pero esto se debía a una relación anterior fallida y a qué no quería repetir la historia de mi madre con papá.
Aunque lo que no sabía era que mi vida tomaría un giro de 360°
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CAPITULO XX
Pov Nergis:
Yo no quería que mi madre me casara con otra persona, no quería ir mi vida atada a alguien que no quiero; para eso preferiría mejor casarme con el padre de mi hijo. Además, él me estaba dando una excelente oferta: él no me quería y yo a él tampoco, así que no nos veríamos involucrados sentimentalmente, simplemente un contrato de mutuo acuerdo.
Veo mi celular y decido escribirle para vernos. Decido aceptar su propuesta, pero también pondré mis condiciones.
Mensaje: "Nicolás, buenos días, ¿podemos vernos?"
Espero con ansias alguna respuesta después de unos minutos.
Mensaje: "Hola, Nergis, buen día. ¿Cómo está el bebé? Claro que sí, ¿te parece el mismo café de la vez pasada?
Mensaje: Muy bien, gracias a Dios. ¡Claro, nos vemos a las 4!
Sentí una sensación extraña al leer su mensaje preguntando por el bebé. No es que no haya preguntado por mí porque no es su deber, pero por cortesía, pienso; no le doy más mente al asunto, sacudo mi cabeza y empiezo a hacer todos los quehaceres de la casa. Antes de salir, le dije a mi mamá que no me sentía muy bien esta mañana para así poder no ir al restaurante y escribirle a Nicolás.
Ya va siendo hora de encontrarme con Nicol, así que decido arreglarme. Me pongo unos jeans azul oscuro, una blusa blanca y unos tenis. Aún mi barriga no se notaba y aún me quedaba mucha ropa; con el tiempo sé que me tocará cambiar. Me hago unas pequeñas ondas en mi cabello y me maquillo totalmente sencillo. Decido salir de la casa y llego al café. Al llegar, Nicolás se encontraba ahí.
—Buenas, disculpa la tardanza.
—Tranquila, no tengo mucho de haber llegado. ¿Quieres tomar algo?
La verdad, quería muchas cosas; últimamente tenía muchos antojos, pero no podía demostrarle eso a él.
—Un café está bien, gracias.
En ese instante, él llama a una de las meseras que llevaba un trozo de pastel de limón en sus manos.
—Me regalas dos cafés, por favor —escuchó decir.
Por más que quise no pedir nada, algo dentro de mí, un impulso, habló por mí.
Nicolás, discúlpame
_ si dime !
Es que se me antoja un poco de pastel de limón.
Noto cómo sonríe y no puedo evitar pensar lo sexy que se ve haciéndolo.
—No hay problema, señorita, me regalas un trozo de pastel de limón. ¿Algo más, Nergis?
—¡Es una malteada de vainilla! —digo un poco nerviosa.
Listo, sería un trozo de papel de limón, una malteada de vainilla y un café, por favor.
La chica se retira después de tomar la orden, ella muy sonriente con Nicolás; no entiendo cómo hay mujeres tan insinuantes.
Nergis Watson:
Pov Nicolás:
Hoy había sido una buena mañana. Salí a correr un poco y ya me encontraba listo para dirigirme directamente a la compañía. Tenía unas cosas por hacer y luego ya podría devolverme a casa. Tenía que pensar cómo hacer para convencerla de que firme el contrato. Anoche, mi mamá me comentó que en la cena familiar la imprudente de mi tía le contó a mi abuela todo lo que estaba sucediendo y sé que mi abuela se me va a presentar en cualquier momento y necesitar hablar conmigo. Necesito solucionar esto antes de que ella vaya a buscarme. Me estoy arreglando la camisa cuando me llega un mensaje a mi celular.
Mensaje: "Nicolás, buenos días, ¿podemos vernos?"
Era Nergis. Me había escrito después de lo que había pasado en el café; quizás había cambiado de opinión.
Mensaje: "Hola, Nergis, buen día. ¿Cómo está el bebé? Claro que sí, ¿te parece el mismo café de la vez pasada?
Después de haber enviado el mensaje, me di cuenta de que solo pregunté cómo estaba el bebé; fue mi inconsciente. Aún no asimilo todo esto, incluso no asimilo que vaya a ser padre.
Mensaje: Muy bien, gracias a Dios. ¡Claro, nos vemos a las 4!
Ya la tarde la tenía ocupada; el día de hoy me vería con Nergis, así que hago todos los quehaceres que necesito en la compañía. Solo era firmar algunos papeles de una que otra construcción nueva que se va a hacer y listo para poder estar desocupado. Miro el reloj y ya se va haciendo hora para verme con Nergis, así que decido salir temprano para poder estar a tiempo, ya que la vez pasada llegué un poco retrasado.
Le digo a Samet que me lleve a la cafetería; en un instante nos encontramos allá. Él espera fuera de esta mientras que yo espero adentro en una de las mesas. Después de unos 10 minutos aproximadamente llega esa chica. Ella es tan sencilla, pero es totalmente hermosa; su cabello lacio y en las puntas unas ondas que se le veían muy bonitas.
—Buenas, disculpa la tardanza.
—Dice ella, disculpándose por haber llegado tarde.
—Tranquila, no tengo mucho de haber llegado. ¿Quieres tomar algo?
Le pregunto para romper el hielo, ya que su presencia me pone un poco nervioso y no sabría el porqué.
—Un café está bien, gracias.
En ese instante, llamó la atención de una de las meseras para que se acercara a nuestra mesa; esa traía en sus manos un trozo de pastel de limón.
—Me regalas dos cafés, por favor —le digo.
Puedo notar a Nergis un poco nerviosa.
—Nicolás, discúlpame —le escucho decir.
_ si dime !
Es que se me antoja un poco de pastel de limón.
Esto me causa un poco de ternura y me hace sonreír; esta chica sí que sabe cómo se tiene, parece una niña pequeña.
—No hay problema, señorita, me regalas un trozo de pastel de limón. ¿Algo más, Nergis?
—¡Haz una malteada de vainilla! —dice un poco nerviosa.
Listo, sería un trozo de papel de limón, una malteada de vainilla y un café, por favor.
Era imposible no quedarse viendo su inocencia; su ternura la hacía ver como una niña perdida. Poco después, la mesera trae nuestro pedido y es Nergis la que rompe estos momentos, el hielo entre nosotros.
Nicolás, necesitamos hablar acerca del contrato.
Te escucho, le digo con mucha atención.
—Mi madre quiere casarme, sea contigo o con otra persona; la verdad, yo no me quiero casar con nadie. No veo mi vida al lado de una persona a la que no amo, pero prefiero casarme contigo, que eres el padre de mi hijo, a tener que casarme con una persona que no conozco y que tampoco tiene que ver nada con mi hijo. Estuve pensando acerca de lo que me dijiste del contrato; sé que solo sería por los meses que hacen falta del embarazo y luego de estos seis meses más. Sé que estás enamorado de otra persona y por eso sé que no va a haber ningún vínculo amoroso entre nosotros dos, solamente un contrato, así que por eso te he llamado; he decidido firmar el contrato.
Sus palabras parecían tan sinceras y en su momento solo pensaba en que ya había solucionado una parte del problema, así que le extiendo la carpeta nuevamente; a lo que ella firma, la veo como se levanta rápidamente de la mesa y se va sin de despedirse.
Yo no le presté mucha atención; para mí ya había solucionado una parte de mi gran problema. Al salir de la cafetería, veo mucha gente amontonada a un lado y escucho decir
"Por favor, una ambulancia para la chica".
Esto llama mi atención y decido acercarme, cuando me doy cuenta que es Nergis. Mi corazón da un brinco, la tomo entre mis brazos y le hago señales a Samet. Este abre la puerta del auto y la llevo directamente al hospital.