Esta Villana Está Loca...

Debido a lo sucedido han tenido que detenerse a descansar en otro pueblo antes de llegar al portal, ahí, Amira aprovecha para explicarles más sobre los gamad, insectos que nacen en el mundo de los demonios, estos pueden ser invocados por medio de un sello, pero esto solo lo pueden hacer magos de magia oscura, los cuales no suelen ser comunes, aunque también son usados como mascotas de ataque por demonios, pero estos solo salen por medio de un contratista, tal como ella esta con Sigrid.

Lo cual significa, que es probable que alguien hubiera estado controlando a los gamad.

{durante la pelea había alguien oculto en las sombras, lo que no me explico, es el porque los atacaría.} Explica Amira.

— probablemente se trata de un mago que tiene rencores contra la torre mágica o no le gusta la idea que la torre sea dirigida por una mujer, lo cual tendría más lógica.— menciona Charlotte.

— no comprendo ese pensamiento tan absurdo del resto de hombres.— agrega Sigrid.

Charlotte sonríe brevemente por sus palabras, una razón más para mantenerlo a su lado y apoyarlo para ascender al trono.

— no importa quien sea, no tendré piedad de él o ella.—

Si ataco esta vez, seguramente lo hará de nuevo, así que Charlotte le pide a Amira que este atenta por si esa persona aparece de nuevo.

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En el palacio del reino, Nidia y Rogelia han llegado donde la reina les espera, ambas hacen una reverencia y se pasan a tomar asiento, Nidia no demora en halagar el lugar y la vestimenta de la reina.

— madam Leroux, por favor, deje eso, sus halagos no le ayudarán esta vez.—

— ¡oh! No, no hago esto para conseguir algo, solo digo la verdad.— ríe nerviosa.

— bien.— la reina deja un par de hojas en la mesa.— esta es la disolución del compromiso entre el segundo príncipe y lady Rogelia.—

—¿que? ¿Como puede decir eso? — Rogelia golpea las manos en la mesa.

— ¿se atreve a levantarme la voz? —

— no, yo...lo siento...pero, ¿por qué rompería el compromiso?—

— es verdad majestad, no comprendo.— agrega Nidia.

— lady Rogelia lleva cinco años estudiando, pero sus notas son pésimas, no cumple con los estándares que se necesitan para ser una princesa, como sabrá, el segundo príncipe podría ascender a príncipe heredero y necesitan una mujer inteligente, audaz y capaz de llevar las responsabilidades del palacio, algo que lady Rogelia jamás podría.—

— ¿que? Eso no es justo, yo hice bien la prueba...majestad no puede romper el compromiso.—

— majestad, mi hija será la burla de la sociedad, significa que nadie querrá casarse con ella.— explica Nidia.

— lo sé, por eso, le buscaré un prometido que coincida con sus capacidades.— agrega la reina.

— ¡no! Yo quiero casarme con su alteza Hugo, no es justo que me hagan esto, yo soy lo suficientemente capaz.—

—¡silencio! Las pruebas dicen lo contrario y se bien que usas tu posición de prometida del príncipe para intimidar a otras señoritas, una princesa jamás actúa de esa manera, si te casas con mi hijo solo arruinaras su reputación.— reclama la reina.

De inmediato le ordena de manera firme a Nidia que firme la disolución, ahí mismo en el documento viene la compensación monetaria por la ruptura, le deja llevarse el documento, para que el Marqués también lo firme y deben devolverlo a más tardar en dos días, de lo contrario será tomado como una rebelión ante la familia real.

Nidia y Rogelia salieron furiosas del lugar, pero en la mansión, Rogelia recibe una dura cachetada de parte del Marqués.

— ni para retener a tu prometido sirves, insolente, todo lo que te he dado y me pagas de esta manera.— reclama el Marqués.

— cariño, no es su culpa, la reina solo esta en su contra.— trata de excusarse Nidia.

— aquí dice que la estúpida no aprendió nada en cinco años, parece que eche a la calle a la hija equivocada, Charlotte ahora es la reina hechicera y tu, no puedes ni mantener tu compromiso.—

El Marqués las saca de su estudio y ordena que Rogelia sea castigada, no tendrá mesada, no saldrá y debe estudiar arduas horas, porque le buscará un prometido y espera que ahora si lo retenga. Rogelia estaba hecha un mar de lágrimas, pero furiosa por haber sido comparada con Charlotte, pero lo peor es que ha perdido el compromiso con el príncipe, ahora la burla de todas las jóvenes y jamás conseguirá un buen esposo, pues mujeres que son dejadas por sus prometidos, no son buen prospecto ante los ojos de los hombres.

El la torre mágica, Charlotte y Sigrid han llegado, lo primero que hace Charlotte es informar al consejo de magia sobre el ataque de aquellos seres llamados gamad y de donde provienen, informando que podría tratarse de algún mago oscuro rebelde, lo cual no sería extraño, hay magos que prefieren no registrarse en la torre mágica y actuar como mercenarios para hacerse de dinero.

Los ancianos del consejo estaban preocupados por la situación, pues si se trata de un ataque usando demonios y además atacaron directamente a la líder, significa que aquel mago sin duda debe tener algo en contra de la torre.

— se reforzará la guardia y las trampas mágicas, debemos estar atentos.— menciona Sigrid.

— si, haga eso joven duque.— responde uno de los ancianos.

Sigrid ha logrado ganarse el apoyo de ese consejo y le han permitido que pueda asistir al consejo en reuniones importantes. Tras acordar en investigar lo sucedido y en reforzar la seguridad, la junta se dio por terminada.

Al salir de la sala de conferencias, un joven mago se acerca a decirle que le llego una carta del marquesado Leroux, la cual le entrega; Charlotte nota que se trata de una carta del Marqués.

— ¿y ahora que quiere? Seguramente desea recuperar el tiempo perdido con su hija ahora que es exitosa.— Sigrid sonríe burloso.

— probablemente...—

Charlotte camina hasta una sala privada, para abrir la carta, en ella el Marqués le pide verla, diciendo que lamenta todo lo que hizo y que desearía que la situación entre ellos mejore, que regrese a la mansión, que tendrá todo lo que merece, pues son su familia y que deben estar unidos. Charlotte solo ríe ante cada palabra escrita por el Marqués, sin duda un hombre bastante predecible, ahora que la única que le queda es Rogelia y quien no tarda en perder su compromiso o quizás ya lo perdió y por eso el Marqués la busca. Sigrid agarra la carta y también esboza una sonrisa de burla, que hombre más ridículo.

《Si ella fuese una niña común, seguramente a este paso estaría muerta, que hombre más ridículo.》piensa Sigrid.

Es absurdo lo que ese hombre pide, seguramente busca un beneficio al saber que Charlotte ahora es la reina hechicera y que tiene a todos los magos bajo su mandato.

— ¿irás a ver a tu amoroso padre?—

— no, enviaré un mensajero, que diga que aquí no hay nadie que sea su hija.— tomo hoja y pluma para comenzar a escribir.

~ estimado Marqués, he recibido su carta, lamentablemente, en la torre mágica no existe ninguna chica a la que usted pueda llamar, hija, soy la reina hechicera y soy huérfana, mi única familia, es mi abuela, la baronesa Leroux, quien me dio el apellido y mi padre adoptivo es el ex rey de la torre, quien cumplió con las verdaderas funciones de un padre. Espero no tenga esta confusión.

Atte: la reina hechicera.~

Tras recibir esta carta, el Marqués la arruga, estaba furioso por el desaire de Charlotte, pero no piensa quedarse así, ella sigue siendo su hija y aún puede exigir su derecho de padre, aún tiene el control sobre ella, pues no se ha casado y según la ley del reino, mientras los hijos no se hayan casado, los padres siguen siendo quienes mandan, dicha ley, es aplicada solo para las mujeres, por lo tanto, hará que la ley obligue a Charlotte a volver a casa y deberá obedecer o podría encerrarla si así lo desea.

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