Soy "Jessica Sinclair" , ese es mi nombre a diferencia de lo que todos creen, no soy la hija mimada , ni la princesa de papá , es todo lo contrario, a pesar de ser la hija biológica parezco más la adoptada y en esta trama no sólo soy yo, también está él, Edward Jones y no menos importante ,Sara Sinclair _mi pequeña hermana adoptada.
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Verdadera familia
Ese gesto de Ethan, más el guiño casi imperceptible que me dio después, me hizo tener una sensación extraña.
Era como si hubiera reconocido algo en mí ,su mirada intensa me dejó algo sonrojada, sentí como si le divirtiera la pompa de la escena.
Su padre, Skylar, también lo notó; la mirada penetrante que me dirigió no se apartó, evaluándome como si yo fuera la clave de la nueva ecuación que su hijo acababa de plantear.
Me sentí expuesta, pero por primera vez, no me importó.
El Abuelo Jones, Liam, ajeno a esta guerra silenciosa de miradas, hizo un esfuerzo visible en ponerse de pie. Sus pasos hacia Skylar eran lentos, pero firmes. El brillo en su mirada, esa intensa luz acuosa, me demostró las lágrimas que estaba conteniendo. Era una emoción cruda, un torrente de arrepentimiento y amor paternal que no había visto dirigido a Matthew, ni a Edward.
El Abuelo Liam llegó frente a Skylar, y por un momento, la etiqueta se rompió. En lugar de un apretón de manos formal, el anciano extendió sus brazos y abrazó a Skylar con fuerza, en un gesto desesperado.
—Hijo... —murmuró Liam, su voz rota por una emoción profunda que resonaba en la biblioteca.
Skylar, por su parte, se mantuvo firme, devolviendo el abrazo con una reserva que evidenciaba años de dolor y separación. El silencio fue total. Edward se quedó petrificado, incapaz de procesar el significado de esa palabra. La historia de su vida, aquella que solo remarcaba que el era el legítimo heredero de la única línea Jones, se estaba desmoronando ante sus ojos.
Los recuerdos me golpearon de un momento a otro, un torrente de información que se mantenía intacto en mi como si fuera el ahora , Aun recuerdo aquel incidente en el que había escuchado o mejor dicho me entere de la verdadera historia de Mathew.
Era la pieza que faltaba en el rompecabezas de mi muerte y la razón por la que Edward necesitaba un hijo mío con tanta desesperación.
Recordé una acalorada discusión, apenas unas semanas antes de mi "accidente".
—¡Papá!—la voz de Matthew (el padre de Edward) resonaba, cargada de maldición, después de que yo había hablado ingenuamente con el abuelo sobre querer separarme de Edward.
—¡No la escuches! Esta muchacha es demasiado hormonal, por eso nunca sabe lo que quiere —había espetado Matthew, intentando encubrir mi sinceridad.
Pero el Abuelo Liam, entonces, en un raro ataque de furia, había revelado la verdad, una verdad que la antigua yo no había comprendido completamente.
—¡Cállate idiota!—había gritado Liam, con los ojos inyectados en sangre—. ¡Te di a ti y a tu hijo el poder, dejando de lado a mi verdadera familia ! Al aceptarte a tí, jamás imaginé que mi hijo [Skylar] se alejaría de mí. ¡Y no sabes cuánto me arrepiento! De no ser por esa maldita mujer, jamás habría hecho algo fuera de las normas con las que fui criado. Tú madre me drogo y le hizo daño a mi esposa legítima. Aun así, te di la oportunidad, Mathew, porque pensé que eras inocente, que no tenías culpa del pecado de tu madre. ¡Pero ahora me arrepiento! Tú y tu hijo lo llevan en la sangre. Ustedes son mi maldición.
El recuerdo se disolvió, dejándome con el corazón helado y una claridad implacable. Entendí que mi venganza no solo terminaría con Sarah; a veces e imaginado que me estoy convirtiendo en alguien cruel, pero luego reprimo ese pensamiento al pensar, quien paga la injusticia que cometieron conmigo , había sido lentamente envenenado por la fastuosa familia Jones, y de la cual yo, Jessica, había sido la víctima final.
Matthew no era el hijo de una aventura, era el hijo de una manipulación. La madre de Matthew (la amante), al igual que él y Edward, eran seres oscuros que operaban fuera de las reglas. Usaron la culpa y el arrepentimiento del Abuelo Liam para cimentar su poder.
El Abuelo Liam se separó de Skylar, limpiándose una lágrima furtiva. Se volvió hacia Edward con una expresión de dolor y decepción.
—Edward —su voz era ahora firme, cortando el silencio—. El Señor Skylar no es solo un socio. Es mi hijo. Es... tu tío. Y Ethan es tu primo.
Al oír aquellas palabras de la boca de Liam ,Edward parpadeó. El color había huido de su rostro, dejándolo pálido, con la boca abierta.
Le habían hecho creer que la herencia estaba asegurada con el y el simple acto de casarse y tener un hijo "legítimo", para demostrar compromiso, todo CEO debe tener una esposa al lado, pero con lo que no contó fue que La ambición de Mathew Jones, estaba basada en su propia mentira, su verdadera historia como el bastardo de los Jones.
Edward se recompuso rápidamente, su ego herido superando el shock.
—Abuelo, me tomas por sorpresa, no sabía...De la relación con nuestros parientes.Pero yo soy el nieto que siempre ha estado aquí, trabajando contigo. Yo y Jessica...
—El trabajo se evalúa por la capacidad, Edward, no por la presencia —lo interrumpió Ethan, su voz tranquila, sin esfuerzo, pero con el peso de millones de dólares a sus espaldas.
El joven me miró por un instante, y sentí que estaba disfrutando cada segundo del pánico de su primo. Mi sonrisa interna creció.
Me di cuenta de que mi papel en la familia Jones no era solo ser la prometida. Era ser quizas la única aliada de la familia Jones que había sido perjudicada por Mathew y Edward.
Si el Abuelo Liam se arrepentía de haber alejado a su verdadero hijo, yo, Jessica, era la prueba viva de la maldición que Matthew había traído.
Edward, buscando apoyo, se acercó a mí con desesperación.
—Jess, tienes que decirle al abuelo que estamos bien, que...
Puse mi mano en su brazo, no por afecto, sino para detenerlo, y le di una mirada que solo él podía ver: Cállate y solo sígueme el juego.
—Abuelo Liam —intervine, dando un paso adelante, atrayendo la atención de todos, especialmente de Skylar y Ethan—. Es una sorpresa maravillosa. He oído mucho sobre el Señor Skylar en el mundo empresarial. Es un honor conocer a "su verdadera familia". Edward y yo estamos encantados.
La palabra "Verdadera" fue clave. La dije con una dulzura engañosa, pero el significado no se perdió en nadie. Era un golpe sutil, apoyando implícitamente a Skylar y Ethan, y condenando la línea de Matthew.
Skylar me dedicó una mirada de respeto recién adquirido. Ethan, por su parte, me miró con algo que se parecía a una admiración intelectual. Tal parecía que ante sus ojos no era la chica dramática de la que hablaban todos.
El Abuelo Jones suspiró, aliviado por mi intervención, que había aliviado la tensión con un toque de gracia.
—Gracias, querida. Sabía que tú entenderías. Edward, toma nota de la actitud de Jessica.
Edward apretó los dientes. Le había dado una palmadita en la cabeza como si fuera un niño. La humillación era dulce para mí.
Mientras los hombres se sentaban para discutir los asuntos de negocios, que ahora giraban incómodamente en torno a la legitimidad y la competencia, mi plan se consolidó.
Mi objetivo principal era crear una fisura permanente entre Edward/Matthew y el Abuelo Liam, asegurando que el poder se transfiera única y exclusivamente a Skylar y Ethan.
La información sobre la manipulación de Matthew y mi papel como víctima, la única persona a la que el Abuelo Liam apreciaba fuera de su verdadera línea de sangre.
Ethan se sentó frente a mí, y aunque su atención se centraba en su padre y el Abuelo Liam, su postura me decía que estaba consciente de mi presencia. Lo vi sacar su teléfono para revisar una gráfica; era una pantalla de análisis financiero, la mente brillante siempre activa.
Decidí probar las aguas, no con Edward, sino con el hombre frente a mi, así que endereze mi postura y hable.
—Señor Ethan —dije, con un tono bajo que no interrumpió la conversación principal—. No pude evitar notar el análisis que está mirando. ¿Es sobre la compra de acciones de Aethelred Tech?
Ethan detuvo el movimiento de sus dedos. Sus ojos de hielo se levantaron y me miraron. Edward, que estaba a mi lado, parecía a punto de sufrir un aneurisma por mi audacia.
—Sí —respondió Ethan, sin ninguna expresión, evaluando si debía dignarse a hablar conmigo.
—Es una estrategia arriesgada. La valoración actual ignora la deuda oculta en los holdings de la matriz —continué, usando el conocimiento que había adquirido en mi vida anterior como prometida de un CEO.
El efecto fue inmediato. No solo en Ethan, sino tambien en Skylar, que detuvo su conversación con su padre. El desinterés se había ido, reemplazado por una curiosidad y cautela profesional.
—¿Deuda oculta? —preguntó Skylar, intrigado.
—La filial de Singapur utilizó una garantía cruzada que no se registró en el balance trimestral. Es un riesgo que la prensa aún no ha olido —dije, con una sonrisa fría.
Ethan Jones me miró fijamente. Su expresión era ahora de una verdadera fascinación. El guion había cambiado por completo. Ya no era la prometida aburrida; me habia convertido en una mujer util para ambos hombres.
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—Edward, ¿sabías de esta información? —preguntó el Abuelo Liam, su voz severa.
Edward balbuceó, incapaz de responder.
—No, abuelo. Edward solo se enfoca en las relaciones públicas —intervine con rapidez, salvando el momento para hundir más a Edward
—. Yo leo los informes completos.
Ethan, en un gesto que selló mi éxito temporal, inclinó ligeramente la cabeza con una chispa de curiosidad.
—Interesante, Jessica. Parece que tienes más visión de lo que tu posición sugiere.
La sonrisa que le dediqué esta vez no fue de actriz; fue de una jugadora que acababa de mover una pieza clave. La venganza no solo se serviría con puñaladas por la espalda, sino con poder intelectual.