Skylar Adams es un omega consentido por su familia y cercanos, toda su vida se ha preparado para ser el omega ideal para el alfa con el que pasará el resto de su vida.
Decepciones, traiciones y desencuentros lo llevarán a plantearse su lugar en el mundo.
."¿Qué debo hacer cuando ya ni siquiera sé quién soy?".
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Capítulo 3
Kelly tomó la mano de su mejor amigo y tiró suavemente de él, al romper el contacto entre Skylar y Carter, este reaccionó cerrándoles el paso.
- Esta actitud tuya de superioridad habla mal de ti, pensé que tenías más confianza en ti mismo, pero puedo ver a través de tus inseguridades. - La voz del alfa sonaba irritada y cada palabra iba cargada de molestia.
- Bajale dos rayitas a tu intensidad, Sky no hizo nada malo. De hecho no dijo nada malo y no hubo ningún mensaje de superioridad, creo que quién se sintió ofendida y esta causando lástima es otra, Skylar es tu novio y todos en este instituto lo saben, por lo mismo están expectantes a como reacciona o qué dice y tú lo sabes, si realmente te importara Skylar JAMÁS lo pondrías en una situación donde pudieran cuestionarlo.- La voz cantarina de Kelly replicó en los oídos de Carter, la fulmino con la mirada.
-No te entrometas en lo que no te importa.- Volteo su vista hacia Skylar que se encontraba paralizado en ese instante no quería un enfrentamiento entre las dos personas que más le importaban y antes de poder decir algo Carter siguió hablando. - Hablaremos durante el receso, estaré esperándote donde siempre, ven solo no quiero lidiar con tu mascota.- Esto último lo dijo con ironía, antes de que siguiera replicando Skylar miró con ojos suplicantes a Kelly para detenerla.
Carter se marchó sin mirar atrás dejando al par de omegas sin poder replicar, Kelly tomó con delicadeza la mano de su amigo y lo guió hacia los baños.
Skylar sabía la rutina, cuando no podía más se encerraba en un cubículo a gritar en silencio, nadie más podía verlo así. Era la única forma de poder sobrevivir el día sin colapsar, odiaba con toda el alma que Carter no le diera su lugar.
Odiaba aun más el no poder enfrentarlo, tener que callar cada vez que él hacia algo que lo lastimaba. La única vez que se permitió abrir un poco su corazón con su madre y decirle que a veces dudaba que Carter sintiera algo real por él, ella lo observó como si fuera un insecto desagradable.
- Sky, bebé. - Su mirada se hizo más intensa y una ligera arruga se plantó en su frente - Debes recordar siempre que al final del día solo importa que tú eres el novio oficial de Carter y más adelante su prometido, no hay dudas en ello. Este es tu destino, así como el mio fue casarme con tu padre. No importa cuantos omegas de mala vida se crucen en frente, ni todo lo que pretendan, jamás podrán evitar lo inevitable. Tú serás el omega de la familia Williams, si crees que tu alfa puede estar en medio de un pequeño desliz debes cuestionarte qué estas haciendo mal y cortarlo de raíz. Pero jamás perderás tu dignidad, la elegancia y sobre todo la clase. Clase, eso es algo que tienes de sobra, así que debes entender que a veces los alfas pueden confundirse un poco, pero siempre vuelven a dónde pertenecen. Ése es nuestro deber, permanecer perfectos, intachables y sobre todo mantener siempre nuestro lugar con compostura. - El tono de voz de la mujer sonó más duró de lo que esperaba, pero la realidad es que la vida de un omega de cuna dorada era así, mantenerse perfectos, hermosos y sobre todo callados. No lamentaba el futuro de su hijo, sino la duda y falta de voluntad en mantener la tradición.
Skylar entendió que jamás debería conversar de este tema con ella, lo peor de todo es que su madre y la madre de Carter eran amigas desde la cuna, ambas eran omegas tradicionales que amaban las cosas elegantes y refinadas, cada una como un hermoso accesorio del brazo de sus esposos alfas.
Carter era hijo único, la adoración de Corine, al igual que Skylar era la adoración de su madre.
El orgullo de tener un hijo ideal que se preparara para seguir sus pasos, jamás instó a Skylar a seguir estudiando o tener una carrera, ella no la tenía y no la había necesitado.
Saber como manejar una casa, tener cenas y recepciones perfectas, criar a sus hijos, esperar a su esposo diligentemente todos los días era aquello que había aprendido de su propia madre y esta de la suya.
Skylar había tomado cursos de costura, cocina, danza, interpretación y miles más, todos para prepararlo para tener un futuro alentador como el futuro esposo trofeo del hijo de su mejor amiga.
De esta forma ambas familias podrían sellar un pacto beneficioso para ambas familias, las más importantes de aquel país.
Sería la boda del siglo y así lo esperaba. No dejaría que las dudas del pequeño omega empañaran su grandioso destino, ni el de ella.
Skylar salió del cubículo y se lavó la cara con agua fría, Kelly le paso mucho papel para que se secara bien y no dejó de observarlo todo el tiempo.
Había aprendido a guardar silencio, al principio despotricaba en contra de Carter y su forma de tratarlo, pero veía que en vez de aliviar en algo a Skylar esto lo hacía sentir más miserable así que dejó de hacerlo, era una compañía silenciosa cuando lo necesitaba y en algunas otras ocasiones enfrentaba al idiota aunque Skylar terminara cediendo.
Cuándo se disponían a salir del lugar un par de chicas entraron y fingieron no verlos, una un poco más avezada, susurro de manera audible "Santurrón" para luego reírse a la par con su amiga.
Skylar y Kelly prefirieron ignorarlas y salir de una vez del lugar para dirigirse a la sala de clases.
La clase fue sumamente aburrida y aunque no lo fuera Skylar rara vez tomaba apuntes, lo académico no era lo suyo y había logrado aprobar los cursos con la nota mínima. Sabía que el resto del instituto se burlaba de sus notas, pero nadie se atrevía a decirle algo porque daban por hecho de que no necesitaba ser un genio si al final terminaría casándose con Carter Williams, estaba claro que él sería un omega de casa.
Tenía su futuro asegurado el omega dorado se casaría con el alfa de oro, era tan claro como el agua misma. Para Skylar terminar el instituto era meramente un trámite, lo que realmente lo emocionaba era pensar en su compromiso y aunque Carter no había dicho nada aún, sabía que la fecha se acercaba pronto y eso hacia que su corazón revoloteara como una avecilla en su pecho.
Al terminar la clase Skylar fue el primero en salir del salón, se dirigió hacia el jardín posterior del instituto. Bajo un árbol se encontraba sentado Carter, apoyado contra el tronco del árbol, tenía los ojos cerrados y el rostro relajado.
Si cabello negro caía suave sobre su rostro dándole un aspecto varonil, la mirada de Skylar se quedó absorta en los detalles de su rostro, admitiendo qué jamás se aburriría de verlo.
¡Es tan apuesto!, su corazón dio un vuelco cuando abrió sus ojos y las pupilas de tono carmesí se fijaron en él.
- Acércate, pareces un acosador mirándome desde allá. - Apenas si movió los labios para pronunciar la frase.
Skylar se acercó obediente y se sentó frente a él, intentó ocultar su creciente nerviosismo mientras se acomodaba y le dirigía una sonrisa amable.
Carter lo observó durante un momento largo y no pudo evitar sentirse conmovido por la apariencia frágil del omega, sus pestañas temblaban ligeramente y los mechones rubios de su cabello caían sobre su rostro dándole una imagen vulnerable, él sabía que Skylar no había actuado de mala fe y no había dicho nada tan grave; sin embargo, ese aire enjuiciador que había creado lo irritan de sobremanera.
No podía negar que tenía sentimientos profundos por Skylar, se conocían desde pequeños y habían pasado toda su infancia juntos y sus madres alimentaban la idea de casarlos, era frustrante darse cuenta de que toda su vida ya estaba decidida y él no tenía voluntad sobre ella.
Sus amigos decían que no podía quejarse Skylar era realmente hermoso, elegante y a todas luces perfecto. El perfecto omega para el perfecto alfa, pero los años habían pasado y ahora que estaba a punto de graduarse se cuestionaba todo, realmente no quería lastimar a Skylar, pero no se sentía seguro con lo que venía.
Teniéndolo sentado frente a él con esa apariencia tan frágil, con esa belleza etérea todas sus armaduras cayeron y solo pudo sentir ganas de cuidar y proteger a aquel omega.
- Sky, lamento haberte hablado así. No fue mi intención usar ese tono contigo.- Las palabras simplemente se escaparon de su boca y no las pudo detener.
Su boca se secó al ver como los ojos opacos del omega ahora brillaban con pureza, el azul cristalino de sus ojos parecían dos pequeñas luces titilando y era imposible no perderse en ellos.
- Yo también lamento haber causado una mala impresión, Carter tú sabes que yo te respeto por sobre todas las cosas.- La voz del omega sonaba suave y cantarina, como una melodía.
Al escuchar su respuesta Carter sintió una punzada en el estómago, Skylar era tan perfecto hasta que abría la boca. Habría preferido escuchar algún reclamo, que le dijera que estaba enojado o algo que le hiciera sentir que estaba con una persona real, no con un muñeco vacío.
-Yo... Le pedí al chófer que me venga a buscar media hora más tarde, lo hice porque quería pasar algo de tiempo contigo... Yo... Sé que estas realmente ocupado estos días y no, no es un reclamo ni nada, pero te extraño y si puedes, podemos... Vernos al salir aunque sea un rato. - Las palabras salían atropelladas de la boca del omega, Carter iba a rechazar la invitación, pero no pudo hacerlo.
El rostro levemente sonrojado, los ojos brillantes y aquellos labios que temblaban tímidamente eran una invitación que no podía rechazar.
- Esta bien, nos veremos aquí a la salida. - Terminó diciendo derrotado por la dulzura de Skylar.
El timbre sonó avisando el fin del receso y era hora de volver al salón de clases. Carter tomó de la mano a Skylar y caminaron juntos, lo dejó en el salón y luego se fue al suyo.
Mientras iba caminando no podía evitar pensar en por qué había aceptado la invitación de verse más tarde, realmente le gustaba Skylar, pero aunque jamás lo admitiría delante de él, odiaba las eternas sesiones de abrazos acartonados, besos tímidos y desabridos.
Skylar por fuera era perfecto, todos lo sabían. Pero había algo que solo él conocía sobre Skylar, le aterraba el contacto físico, por eso jamás le permitía llegar más allá de un beso tímido o un abrazo incómodo.
- Yo y mi gran bocota. - Se quejó mientras caminaba hacia su sala.