En una sociedad machista nuestra protagonista, Johanna Mendieta deberá elegir entre el amor y cumplir las expectativas de la sociedad. Conocerá a un hombre que le demostrará qué para el amor no hay edad.
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Capítulo 3
Johanna se queda pensando por varios minutos que hacer. No está segura de qué es lo que debe de contestar.
Desde que se separó de Enrique no se ha relacionado con ningún hombre y tiene muy claro que aún no está divorciada.
Se niega a hacer algo que después pueda salirse de su control y le traiga algún problema.
Han pasado casi veinte minutos desde que recibió el mensaje. Por fin decide darle respuesta.
📩 Hola, Antonio. Buenas noches. Por qué necesitabas mi número?
De inmediato llega la respuesta.
📩 Daniela me ha hablado mucho de ti y tenía mucha curiosidad por conocerte, hoy que por fin sucedió esa curiosidad creció aún más. Eres una mujer muy guapa y perdón por el atrevimiento, pero me gustaría que me dieras la oportunidad de conocerte mejor.
He quedado asombrada con esa respuesta, no la esperaba y de nuevo no sé qué contestar.
📩 No sé qué te habrá contado Daniela, pero aunque estoy separada sigo siendo una mujer casada y esto no me parece apropiado.
📩 Tener amigos no me parece algo inapropiado.
En eso tiene razón y no es algo que pueda debatir.
📩 Ok, si lo que buscas es una amistad y ya eres amigo de Daniela es muy probable que podamos ser amigos. Pasa buena noche.
📩 Buenas noches, descansa.
Esta vez Daniela me las va a pagar, ya repuesta de la sorpresa llamo a su celular.
📲 Hola, amiga. ¿Aún sigues molesta?
📲 ¡Estoy furiosa Daniela! ¿Cómo te atreviste a darle mi número a Antonio?
📲 ¿De verdad estás molesta por eso? Deberías agradecerme, Antonio es un papacito.
📲 No tienes vergüenza, Daniela. Me acaba de mandar un mensaje y me tomó por sorpresa.
📲 Eso no hubiese sucedido si me hubieras dejado hablar en el gimnasio. Te habría advertido que le había dado tu número y que además está muy interesado en conocerte.
📲 Tú sabes que sigo casada con Enrique.
📲 Y tú sabes que eso terminó mucho antes de que se separaran y sé muy bien que tú ya no amas. No entiendo porque no han dado el siguiente paso.
Me quedo en silencio porque tiene razón, ya no amo a Enrique y estoy segura de que él tampoco me ama a mí. Hemos postergado demasiado el divorcio.
📲 ¿Sigues ahí, Johanna?
📲 Aquí estoy.
📲 Ha llegado el momento de que finalices esto. No puedes seguir viviendo en pausa. Eres una mujer joven y mereces ser feliz y no estoy hablando de que vuelvas a casarte.
📲 No sé como tocar el tema con Enrique y me preocupan los niños.
📲 Deja de poner excusas, tanto Mariela como Luisito estarán bien. Ustedes llevan separados muchos años y Enrique ha sido un buen padre. El divorcio es un mero trámite.
📲 Tienes razón, buscaré el momento para hablarlo con él.
📲 Bien. Ahora dime, ¿qué te parece Antonio?
📲 Qué te puedo decir, es más que evidente que es un hombre muy atractivo.
📲 ¿Vas a darte la oportunidad de conocerlo?
📲 Es más joven que yo Dani.
📲 Otra vez tus tontos prejuicios.
📲 No son prejuicios. Dime la verdad, ¿cuántos años tiene?
📲 Tiene 32, son solo 6 años de diferencia.
📲 ¡¿Te parece poco?!
📲 Para mí la edad nunca ha sido un problema.
📲 Porque eres una descarada amiga.
📲 Pues te urge un poco de mi descaro.
📲 No creo que entre nosotros pueda haber algo más que una amistad.
📲 Deja que el tiempo decida eso.
📲 Jamás ganaré esta discusión contigo.
📲 No y que bueno que lo admites.
📲 Hablamos mañana, me voy a la cama. Buenas noches.
📲 Descansa amiga.
Esta noche no creo poder conciliar el sueño, tengo demasiadas ideas rondando en mi cabeza.
Daniela tiene razón en cuanto al tema del divorcio, necesito hablarlo con Enrique. Este fin de semana los niños estarán con él y quiero aprovechar cuando venga a recogerlos para tocar el tema.
Suena mi alarma, dormí muy poco. Antes de entrar en la ducha despierto a mis hijos.
Ya en la cocina me sirvo un café y me pierdo en mis pensamientos.
- ¡Mamá!- exclama Mariela.
- Sí, cariño. Dime.
- Estás muy distraída, te preguntaba si hoy puedo ir a casa de Regina.
- Por mí no hay problema, platicalo con tu papá. Hoy van a comer con él. Solo asegúrate de hacer la tarea.
- Gracias, mamá.
- Mami- habla Luisito- ¿puedo preguntarte algo?
- Claro, cariño.
- ¿Papá y tú volverán a vivir juntos algún día?
Me quedo sin palabras y Mariela habla antes de que yo pueda formular una respuesta.
- Ay, Luisito. Qué pregunta. Es obvio que no. Mamá ya no quiere a papá. Porque si fuese por papá, él jamás se hubiese ido. Él si la quiere.
- ¿Por qué dices eso, hija?
- No soy tonta mamá. Cuando yo era pequeña ustedes eran muy cariñosos el uno con el otro y después no lo fueron más.
- Mariela tiene razón, yo tampoco los veo ser cariñosos hace mucho tiempo.
- Nuestra relación cambió niños. Siempre nos va a unir un cariño muy especial, pero no de la misma manera. Es por eso que decidimos separarnos.
- Pero no se han divorciado y mientras eso sea así siempre tendremos la esperanza de que te vuelvas a enamorar de papá y lo dejes volver a la casa- asegura mi hija.
- Hijos, esos son temas de adultos. Siempre los vamos a amar y son lo más importante de nuestras vidas y no necesitamos estar juntos para que eso sea así. Vayan a lavarse los dientes que se nos hace tarde.
La conversación con mis hijos me deja con más dudas. Desconocía lo que pensaban acerca de mi relación con su papá. Supuse que habían asimilado bien la separación y no es así.
Llego corriendo a la cafetería, Romina y Karla ya me esperan.
- Hoy se te pegaron las sábanas- dice Karla.
- No pase una buena noche, deberemos apresurarnos y abrir.
Entre las tres preparamos todo en tiempo récord para abrir puntuales. La gente comienza a llegar y eso ayuda a distraer mi mente. Un leve codazo de Karla me hace dirigir mi atención a la puerta y ahí está él, mirándome fijamente, sus labios se curvan en una sonrisa que me parece de lo más seductora.
Ojalá se separe de Antonio porque la verdad no lo merece