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Terapia De Pareja, Para Dejar A Tu Pareja.

Terapia De Pareja, Para Dejar A Tu Pareja.

Status: Terminada
Genre:Romance / Comedia / Completas / Maltrato Emocional / Autosuperación / Pretendiendo ser otra persona / Mujeriego enamorado
Popularitas:1M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Marines bacadare

Cuando Sophie Dubois, una joven de 25 años con dependencia emocional, comienza a sospechar la infidelidad de su esposo, Ricardo Conti, su mundo se desmorona. Sophie hace de todo por mantener su matrimonio, preparando cenas a las que su esposo no llega. En vez de eso, él se dedica a recalcar que Sophie ha desmejorado su aspecto.

Decidida a salvar su matrimonio, Sophie acude a una terapia de pareja aconsejada por su mejor amiga. Sin embargo, el terapeuta que la recibe no es quien dice ser.

Lorenzo Moretti, un mujeriego y adinerado empresario de 30 años adicto al trabajo, se hace pasar por su hermano, el terapeuta, cuando este no llega. Desde el momento en que ve a Sophie, él se siente atraído por ella.

A través de las falsas terapias, él intenta que Sophie aprenda a amarse a sí misma y deje la dependencia que tiene hacia Ricardo. Entre risas, lágrimas y situaciones inesperadas, Sophie deberá decidir si vale la pena luchar por un amor que la ha traicionado o es momento de volver a amar

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Cita Agendada

Sophie Dubois salió de la ducha, dejando que el vapor caliente disipara sus preocupaciones momentáneamente. Se secó rápidamente y se puso su vestido favorito, uno que siempre le daba confianza. Con el cabello aún húmedo, se dirigió a su habitación, donde su teléfono descansaba sobre la mesita de noche. Lo tomó con manos temblorosas y marcó el número de su mejor amiga, Isabella.

—Isa, puedes concretar la cita cuando quieras, Ricardo aceptó —dijo Sophie, su voz vibrando de emoción.

Del otro lado de la línea, Isabella dejó escapar un grito de alegría.

—¡Qué emoción, amiga! Ya mismo me pongo en eso. Tu tranquila, ya verás que todo va a mejorar —respondió Isabella, compartiendo la euforia de Sophie. Sabía lo importante que era este paso para su amiga, y estaba decidida a ayudarla a superar su dependencia emocional.

Al colgar, Isabella no perdió tiempo. Marcó el número que le habían dado cuando le recomendaron al especialista, Leonardo Moretti. La llamada fue atendida por una secretaria amable que, tras unos minutos, confirmó la cita, proporcionando la hora y la dirección del consultorio.

—¡Sí, pronto amiga, pronto serás libre de ese imbécil! —exclamó Isabella para sí misma, haciendo un pequeño baile de victoria en su sala de estar. Tomó su teléfono y envió los detalles de la cita a Sophie, segura de que Ricardo no se presentaría. Por eso, había decidido acompañarlos con la excusa de que, al haber hecho la cita, debía estar presente al menos en la recepción. En realidad, quería estar allí para apoyar a Sophie y hablar con el doctor sobre la situación de su amiga.

Todo había salido según lo planeado. La cita estaba asignada y Sophie estaba convencida. Solo faltaba que llegara el día y listo, pensaba Isabella, mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en su rostro.

En otro lugar, unas horas más tarde, dos hombres guapos enfundados en trajes hechos a medida tomaban un trago en un lujoso club del que eran socios Lorenzo Moretti y Alejandro Caruso.

La luz tenue del lugar se reflejaba en los cristales de sus copas, creando un ambiente de sofisticación y exclusividad. Ambos eran mejores amigos desde la infancia y socios en varios negocios, unidos por una amistad inquebrantable y una vida de lujos.

Alejandro Caruso, un empresario en la rama de construcción y diseño, dueño de una empresa de publicidad, entre otras propiedades, era el primero en destacar. Con 29 años, soltero y viviendo en Milán, Alejandro era un hombre alto, de metro ochenta; un cuerpo atlético, aunque no tan grande como el de Lorenzo, era el deseo de cualquier mujer; sus hermosos ojos grises y cabello castaño oscuro contrastaban con su piel clara. Solo tenía que llegar a un lugar y sentarse a recibir las miradas de todas las damas presentes.

Alejandro había estudiado en las mejores universidades junto a su mejor amigo. Eran el terror de las mujeres, siempre rompiendo corazones pero hablándoles de frente. Alejandro era relajado, divertido y muy extrovertido, siempre con una sonrisa en el rostro y una broma lista para romper el hielo.

Alejandro Caruso.

—¿Te has fijado en la morena de la barra? —dijo Alejandro, señalando discretamente con su copa.

Lorenzo Moretti, su amigo y socio, era otro rompe corazones. Alto, con cabello negro, ojos azules y un cuerpo de Adonis, Lorenzo tenía una presencia imponente. Su personalidad era más seria; no era de hacer bromas como Alejandro.

A sus 30 años se dedicaba a sus muchas empresas y, desde que se le encargaron las más grandes compañías de su familia, no había dejado de hacerlas crecer y crear sucursales. Venía de una familia de dinero conocida por su apellido, aunque él no era muy farandulero.

Lorenzo Moretti

—Siempre estás en modo caza, ¿verdad? —respondió Lorenzo con una sonrisa leve, tomando un sorbo de su whisky.

Alejandro se rio, un sonido cálido y contagioso que hizo que varias cabezas se giraran en su dirección.

—La vida es corta, amigo. Hay que disfrutarla —dijo, levantando su copa en un brindis.

Lorenzo evitaba ser captado ante las cámaras. Todas sus entrevistas eran por revistas y sin fotos. También procuraba no estar en polémicas y chismes. Para eso, siempre que salía, lo hacía en lugares exclusivos y asegurándose de que sus conquistas de una noche guardaran silencio. Aunque no era del tipo que daba flores y chocolates, daba dinero, y mucho, pues le sobraba.

Las mujeres siempre quedaban prendadas de él, pero Lorenzo no está para dramas ni relaciones, el haber crecido en una familia disfuncional lo hizo no creer en esas cursilerías, sus padres se amaban solo frente a las personas hasta que un día ambos se cansaron de esa farsa ahora sí madre tiene un buen hombre que los ha sabido querer a todos aun así sigue sin creer en el matrimonio.

—Brindemos por eso —dijo Lorenzo, chocando su copa con la de Alejandro.

Para la suerte y tranquilidad de Lorenzo su familia no recurrió al chantaje de hacerlo casarse para darle el control de las empresas, pues sabían qué era capaz de pagar una esposa y seguir en sus andadas además, sus hermanos no querían el control de las empresas al menos no las de construcción y diseños.

Lorenzo era el mayor de cuatro hermanos, luego le seguía el Psicólogo Clínico y Terapeuta de Pareja y familia Leonardo Moretti de 28 años, él no se encargaría de la empresa porque adoraba manejar las clínicas de la familia y eran muchas también amaba ayudar a personas así no pudieran pagarlo era todo lo contrario a Lorenzo que era menos crédulo en las personas y los sentimientos.

Leonardo Moretti.

Después le seguía Leandro Moretti de 24 años, corredor profesional de motos y autos y encargado de Moretti Motori, era un hombre divertido, guapo y relajado, también amante de la velocidad y muy sociable, pero no quería las empresas de construcción ni la responsabilidad de las demás propiedades.

Leandro Moretti.

Y por último venía la pequeña Bianca Moretti ella es artista y diseñadora con especialidad en bellas artes, tiene su propia línea de ropa y accesorios, también le apasiona la pintura y hasta tiene gallerías llenas de sus trabajos, es dulce, cariñosa y de espíritu libre.

Tiene una naturaleza artística que la hace ver belleza en todo lo que la rodea. A pesar de su carácter amable, no duda en poner en su lugar a sus hermanos cuando es necesario, demostrando una fortaleza interior que sorprende a muchos. Es la “princesa” de la familia, no solo por ser la menor, sino también por su belleza clásica italiana: rubia, con ojos verdes y una elegancia natural, ella tampoco desea encerrarse en cuatro paredes a dirigir un imperio, esto deja a Leandro al mando de todo.

Lorenzo y Alejandro seguían sentados en el club, rodeado por la vibrante atmósfera de luces y música. Al lado de Lorenzo, una mujer de sonrisa encantadora intentaba captar su atención, pero él estaba absorto en su conversación con Alejandro sobre futuros negocios. Alejandro, sin embargo, apenas escuchaba, fascinado por la belleza de la mujer a su lado.

“Puedes dejar de hablar de trabajo y relajarte, necesitas disfrutar de los placeres de la vida” observó a la mujer que lo acompañaba.

“Si lo haré, pero eso no nos dará dinero” se defendió.

“Tampoco te vas a arruinar, así pierdas tres propiedades, y dime, ¿cómo te va con los de la cena que quiere preparar tu madre?”, pregunta Alejandro.

“Bueno, no he contestado sus llamadas, ella piensa que tenemos tiempo para visitas, debo hablar con Leonardo para ver si sabe de qué se trata, aunque querrá que lo visite a la clínica y...” empezó Lorenzo

“No tienes tiempo, ya me sé tu discurso de memoria” se ríe Leonardo.

“No te burles, es cierto, además él se empeña en querer usar su psicología conmigo, él se casó y es feliz, yo no quiero eso aún” habla y la mujer a su lado se incomoda aunque solo sonríe.

De repente, el teléfono de Lorenzo vibró en su bolsillo. Al ver el nombre de su hermano en la pantalla, suspiró y contestó.

“No te vas a morir, estaba hablando de ti,” dijo Lorenzo, con una mezcla de ironía y cariño.

“Ah, sí, qué bueno. Ven a mi consultorio, por favor, para hablar. Pero debe ser esta semana. ¿Qué te parece pasado mañana? Porque la otra semana podría estar de baja por el nacimiento de mi primogénito,” anunció Leonardo, con evidente alegría en su voz.

“De acuerdo, no tiene caso discutir contigo, pero no intentes psicoanalizarme,” respondió Lorenzo, resignado a la insistencia de su hermano.

“Prometido. Ve temprano, al terminar mi única cita ese día que no puedo posponer, hablamos. Además, te encanta mi sala de descanso,” se rio Leonardo, tratando de aligerar el tono.

“Adiós, nos vemos entonces,” dijo Lorenzo, colgando el teléfono. Alejandro, que había estado observando la conversación, sonrió y comentó, “Tu hermano siempre sabe cómo hacerte ir.”

Lorenzo asintió, mirando a su amigo. La noche en el club continuó algo movida para ambos.

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silvia beatriz magaña burelo
Excelente
Erica Godoy Silva
acaba de se revelar/Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Martha Elia Prado Santana
Excelente
Erica Godoy Silva
/Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Erica Godoy Silva
igualita a una prostituta...🤔
Erica Godoy Silva
que ego/Facepalm//Facepalm/
Erica Godoy Silva
/Facepalm//Facepalm//Facepalm/ esa soy yo cuando mi hija toda una artista me pide ver mi dibujo
Griselda Enrique
jajajajaja xq será que los esposos en ese momento se ponen bobo en de reaccionar en el momento /Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Dtorrescazares@gmail.com Magico
Me parece que alguien se puede quedar sin chamba.
Rosa María Corrales Pèrez
Me gusta mucho tú s historias de que escribes y bendiciones
Raquel Sanchez
Sophie parece un ángel, que preciosa
Erica Godoy Silva
/Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Erica Godoy Silva
no me diga que hasta cogita de ser padre?!/Facepalm//Smirk/
Erica Godoy Silva
/Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Erica Godoy Silva
si ya le gustó así, imagina cuando la terapia evoluciona para el toque /Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Erica Godoy Silva
tengo que admitir, parece una niña tierna...🥰
Erica Godoy Silva
confiar en ti he ... terapia experimental... ya me imagino lo que va experimentar /Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Erica Godoy Silva
va ayudar tanto que se le va quedar para el/Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Erica Godoy Silva
el perro se va a tumbar y rodar/Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Erica Godoy Silva
equivocada no está...y el responsable va ser el enemigo de su GPS descompuesto /Applaud//Grin//Grin/
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