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ERICK

ERICK

Status: Terminada
Genre:Completas / Intrigante / Policial / Casos sin resolver
Popularitas:1.8k
Nilai: 5
nombre de autor: JH NOVEL

Erick un antiguo detective retirado es una persona obsecionada con un caso de desapricion del pasado resibe una misteriosa llamada anonima que lo llevara a volver al caso, el inicio que comenzo con esta llamada lo metera a los planes de una organizacion que nos dice que el secuestro de laura no es tan simple como parece

La historia está hecha para que te preguntes si hubieras seguido las decisiones que Erick toma a lo largo de la historia

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¿Confias en maria?

La voz de María al otro lado de la línea, aunque distante, contiene un dejo de familiaridad reconfortante. Compartes con ella fragmentos de tu investigación, cuidadosamente seleccionados, omitiendo detalles que podrían comprometerla o a ti mismo. Hablas de los códigos, de las pistas olfativas, de la mujer muerta, pero te abstienes de mencionar la señal de socorro en el medallón o la escritura desconocida en la placa metálica. La confianza, ese vínculo inquebrantable que aún perdura entre ustedes a pesar de todo, se convierte en tu brújula en este mar tormentoso. Ella escucha atentamente, su silencio ocasional interrumpido por preguntas precisas, demostrando una agudeza mental que no ha perdido a pesar de los años. Su experiencia como policía, su conocimiento de los procedimientos y las redes de corrupción en vuestro antiguo departamento, es invaluable. Aunque hay un dejo de preocupación en su voz, también percibes una chispa de excitación profesional; el reto de un caso complejo, de un enigma que desafía la lógica, la atrae.

La conversación concluye con un acuerdo tácito: te reunirás con ella en persona. El lugar y la hora, elegidos con cautela para evitar ser observados, se acuerdan con precisión quirúrgica. Mientras cuelgas el teléfono, la tensión se disipa ligeramente, reemplazada por un vago optimismo. Por primera vez desde que iniciaste la investigación, sientes que no estás solo. María, a pesar de la distancia que ha creado el tiempo y las circunstancias, sigue siendo tu ancla en la tormenta. Sin embargo, la sensación de peligro persiste. Sabes que esta nueva alianza conlleva riesgos, que al involucrarla estás poniendo en juego su vida y carrera. El peso de la responsabilidad recae sobre tus hombros con más fuerza que antes. El silencio de tu apartamento, ahora más profundo, te recuerda que aún te esperan noches largas y decisiones difíciles.

***

El sol de la tarde se filtra a través de las cortinas, pintando franjas doradas en el polvo que danza en el aire. La noche te ha consumido, una maraña de insomnio y obsesión que solo la promesa de la reunión con María ha logrado disipar, aunque sea parcialmente. El apartamento, meticulosamente ordenado tras horas de compulsiva limpieza – una necesidad imperiosa que surge en momentos de estrés – te observa en silencio, testigo de tu preparación. Revisas por enésima vez tu abrigo, alisando las arrugas con dedos nerviosos. El encuentro con María no es solo una cuestión de trabajo; es un reencuentro con una parte de ti mismo que creíste perdida.

El café, amargo y fuerte como tu determinación, te ayuda a mantener a raya el temblor en tus manos. Te diriges hacia la puerta, la llave fría entre tus dedos, un contraste con el calor que sientes al pensar en María. El encuentro se producirá en un pequeño café, casi escondido en un callejón entre edificios antiguos, un lugar discreto y silencioso como te gusta a ti. Un lugar perfecto para hablar en voz baja, para compartir secretos sin que el viento los arrebate.

Al llegar al café, el aroma a café recién molido y a pan caliente se mezcla con la humedad del asfalto, creando una atmósfera que, aunque extraña, no resulta del todo desagradable. Buscas a María con la mirada, encontrándola en una mesa discreta en un rincón, su rostro familiar, aunque marcado por el paso del tiempo, emite una aura de tranquilidad que te reconforta.

María levanta la vista al sentir tu presencia y te sonríe, una sonrisa que contiene la familiaridad del pasado junto con una pizca de preocupación por el hombre que ves ante ella. Te sientas frente a ella, el silencio entre ustedes lleno de un entendimiento tácito. No necesitas palabras para expresar la intensidad de la situación, la gravedad del misterio que los une.

"¿Cómo te encuentras?", te pregunta María, su voz suave rompiendo la tensión del momento. Su mirada, penetrante y observadora, analiza tu rostro, buscando respuestas que quizás ni tú mismo puedes articular.

Comienzas a narrar lo acontecido, describiendo cada pista, cada hallazgo, con la precisión clínica que la caracteriza. Le muestras el pergamino con la escritura desconocida, la placa metálica con la mariposa, detallando la textura del remache y la manera en que la aguja reveló la cinta de papel. Le cuentas sobre la señal de socorro en código Morse y la inscripciones enigmáticas del medallón. La miras, esperando su reacción, pendiente de cada movimiento sutil, de cada cambio en su expresión. La experiencia de María, su agudo análisis, es tu esperanza, tu mejor oportunidad en la resolución de este terrible misterio. El peso de diez años de culpa se aligera, aunque sea un poco, mientras esperas su opinión.

Sacas el medallón de tu bolsillo interior, la pequeña caja de terciopelo todavía conserva el aroma a lavanda que impregnaba la cámara subterránea. Lo abres con cuidado, revelando el medallón de oro bajo la tenue luz del café. El brillo del metal antiguo captura la luz, y María se inclina hacia adelante, sus ojos oscuros examinando la pieza con detenimiento. La inscripción "L.M. 12/08/1994" está grabada con precisión, inconfundible.

Su expresión es seria, concentrada. Observas cómo sus dedos trazan las líneas sinuosas del sutil grabado que rodea la fecha, un código que todavía no habéis logrado descifrar. Un silencio expectante se cierne entre ustedes, interrumpido solo por el susurro del café y el distante sonido del tráfico. María, después de un tiempo de estudio, toma una pequeña lupa de su bolso, que parece formar parte de su atuendo casi como una extensión de sí misma. Con delicadeza, examina con la lupa los detalles más sutiles del medallón, como si buscara algo oculto a simple vista.

Su silencio se hace más profundo, más intenso, mientras sus labios se mueven con lentitud, como si murmurara algo para sí misma. Finalmente, alza la mirada, sus ojos reflejando una mezcla de asombro y comprensión. El aire se carga de una tensión palpable. El enigma de Laura Miller parece estar a punto de revelar un nuevo y sorprendente capítulo.

1
María auxiliadora Hernández
Muy malo
María auxiliadora Hernández
Normal
Grasiz Venegas Beroiza
Uf! Todo lo que he leído hasta aquí, me ha dejado con un exquisito sabor a misterio policial. Muy parecido a esas series de los años ochenta, cuando el detective está en el meollo del asunto, y nos íbamos a comerciales. Sinceramente, me encanta. Realmente me atrapó este relato. Sigo leyendo, para saber hasta donde lo llevan las percepciones latentes de esa cámara misteriosa e intrigante. Espero y no se intoxique con el persistente aroma a almendras amargas... 😱😱😱
JOSEPH HILL: gracias, pero mas adelante la historia escala muy rapidamente a eacalas mayores asi que no se si sera de tu gusto, solo espero que lea la historia hasta el final
total 1 replies
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