Alejandra, una chica que tuvo la mala suerte, de ser echada de su casa, por su propio padre. Por cancelar su boda, con su prometido un día antes, al encontrarlo con su amante.
Esa misma noche ella va a un club, donde se le pasan las copas y termina acostándose con un desconocido.
Años más tarde se convierte, en la mejor abogada de la ciudad. Sin que ella sospeche acude a una cita de trabajo, ella creé que se trata de un nuevo caso, donde es chantajeada, por un magnate multimillonario. Tendrá que tomar la decisión más difícil de su vida. Aceptar o perder todo, lo qué a logrado con su esfuerzo.
Acompañame en está nueva historia, a descubrir que pasa al rededor de la vida de está abogada y, como será el reencuentro con su pasado.
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Sorpresa bebé en camino
El jefe de los guardaespaldas de Dylan, después de ve los vídeos sé da a la tarea de buscar algunos datos de la chica.
Mientras que Alejandra es echada a la calle por su padre, solo lleva con ella su bolso de mano.
Pues su padre no la dejo sacar nada de su casa, por suerte ella solo cuenta con algunos ahorros, que no son mucho pero le serán suficiente, para irse de ciudad Carolina.
Va al aeropuerto, compra su boleto, sin mirar atrás, Alejandra a decidido irse, y no volver al lugar donde su padre la trató de la peor manera.
Después de esperar por más de una hora por fin anuncian su vuelo, mientras que por otro lado, más de una caravana de autos se movilizan por toda la ciudad, pero nadie le da informes sobre la chica.
Cuando por fin dan la casa Alejandra, su padre les dice que ella no vive ahí, que la a corrido de la casa.
Que la busquen en otro lado, pues ella ya no pertenece a su familia, sin dar más explicaciones el padre de la Alejandra les cierra la puerta en la cara, al jefe de los guardaespaldas.
Cuando el jefe de sus guardaespaldas le dice, que dio con la casa de la chica, pero que el padre, les dijo que la había echado a la calle, y que por más que la han buscado no han podido dar con su paradero.
Dylan tiene que dejar de buscarla pues tiene que volver, su padre le pide que vuelva, tiene algunos asuntos pendientes en Seattle que debe a tender con urgencia.
Cuando Alejandra llega Seattle, lo primero que hace es buscar un lugar para quedarse, pero todos los lugares que a visitado son mucho más caro de lo que ella se había imaginado.
Piensa si lo paga se quedará sin dinero, no tendrá para comer, recorre varias calles en busca de un lugar que sea un poco más barato, mientras lo hace también aprovecha para buscar un trabajo, pero no la contratan, pues el puesto que tienen es solo para los que tienen una carrera universitaria terminada.
Y pues ella no a terminado la universidad, cada vez se le hace más difícil, el poder encontrar un trabajo, así pasa todo el día sin poder encontrar nada.
Pero, no se da por vencida continúa con su búsqueda, hasta que llega aún paradero de bus, se sienta solo lleva con ella una botella de agua, es lo único que a tomado en todo el día.
Ahí permanece, durante por más de una hora, pensando que a caminado gran parte de la ciudad sin poder encontrar un trabajo, hasta que se le acerca un chica. - Hola. ¿Cómo te llamas? -
Alejandra voltea a ver a la chica respondiéndole. - Alejandra y tú. -
- Mariza, pero me dicen Mari. -
- Hola, Mari. -
- No eres de aquí verdad. - Le dice Mari sentándose a su lado.
- No, acabo de llegar y, estoy tratando de encontrar un trabajo, y un lugar donde me pueda quedar. Pero todos son muy caros y, no tengo mucho dinero. -
- Sí, quieres podemos compartir departamento, cuando ya estés establecida en un trabajo, me ayudas con la mitad del alquiler. Que te parece. -
- ¡¡Es en serio Mari.!! -
Claro que es en serio, cuando llegue a esta ciudad también me fue difícil, dormi en la calle durante casi un mes. Así que ya te debes imaginar.
- Sí, es difícil. -
- Bueno, entonces nos vamos. -
Sin imaginar Alejandra, había encontrado donde quedarse, por lo menos no pasaría que pasar la noche en la calle
Tendría donde donde dormir, ahora solo le quedaba encontrar un trabajo, de lo que fuera y rápido.
Con la ayuda de Mari, le fue más rápido encontrar trabajo, Mari le consiguió un trabajo en un restaurante de ayudante de cocina, Alejandra sabía un poco de cocina así que no le fue difícil, también atendía las mesas, donde se llevaba buenas propinas, Mari llego a su vida, como un ángel caído del cielo.
Para Alejandra iba todo de maravilla estaba planeado volver a la universidad, para asistir a clases, por las noches mientras que durante el día trabaja.
Una tarde comenzó a sentirse mal, los malestares no la dejaban, náuseas, mareos, pero sobre todo. " mucho sueño. "
Eso para ella era no era normal, pues nunca había sido de enfermarse y, mucho menos de tener mucho sueño.
- Hay amiga, esos malestares no serán que estás embarazada. -
- Como crees Mari, yo nunca he tenido nada que ver con nadie. - Pero en esos momentos Alejandra recordó lo que había pasado con el chico del club. - Demonios no puede ser, como lo pude olvidar. -
- ¡¡Que cosa Alex!! - Le dice Mari un poco sorprendida al ver a Alex que se quedó callada.
Tienes razón, amiga estuve con alguien y no me cuide.
Entonces tienes que decirle amiga. No puedes, tú sola la que se haga responde sable de todo.
Alejandra se encoje de hombros diciendo. - Es que la verdad no se quien es.
A Mari casi se le salen los ojos al escuchar a Alex decir que no sabía, quien era el hombre con el que había estado. - Como que no sabes amiga quien es. -
Sí, no sé quien sea, es una larga historia. Encontré a mi prometido con mi prima en la cama, a dos días antes de casarnos, después de que salí, de ahí camine no sé por cuanto tiempo, entre a un club.
Ahí lo conocí, creó que estaba, en la barra atendiendo. * No estoy segura. *
- Alex por lo menos dime que era guapo. -
No recuerdo bien su rostro.
Hay, amiga bueno mañana nos vamos para que te hagas unos estudios y, empezar a cuidarte.
El mundo no se acaba con hijo, pero es una responsabilidad.
- Tienes razón Mari. -
Esos momentos Alejandra no sabia si ponerse feliz, por la posibilidad de estar embarazada, o ponerse a llorar.
No estaba segura de estar embarazada, así que esperaría hacerse los estudios correspondientes, para estar segura.
Esto venia a cambiar un poco sus planes, pues aunque tuviera un trabajo, no era lo suficiente, para mantenerse ella y a su bebé. Tendría que esforzarse al doble, si quería llegar a realizar todos sus planes.
Al día siguiente Alejandra y su amiga salen para la clínica, quiere salir de dudas de una vez por todas.
Cuando el doctor le dice, que si efectivamente está embarazada, se queda en silencio por varios segundos.
Tratando de asimilar, lo que el doctor le acaba de confirmar. Después de una breve revisión y, algunas indicaciones por parte del doctor, Alejandra y su amiga salen de la clínica, Alejandra está más que en silencio, Mari solo la observa sin decirle nada.
Alejandra piensa, como una sola noche que apenas y recuerda, le a dejado un regalo que recordara toda su vida, si por lo menos supiera quien es el hombre con el que estuvo esa noche, o recordará claramente su rostro, pero ni siquiera eso.
No tiene ni la más mínima idea, de lo que va hacer de ahora en adelante, pero de algo si esta segura. Es que ahora tiene una gran responsabilidad, ya no se trata de solo ella, si no ahora de su bebé que depende de ella.