Josefina Valle, venía del mundo de copas y pooldance, bailaba en un antro de la ciudad. Fue testigo de un asesinato y debió esconderse en un convento.
Gustavo Singer, empresario, viudo, nunca pudo recomponerse del accidente que hizo perder a su mujer, y esto lo llevó a no hacerse cargo de su hija Emilia.
Por esas cosas de la vida, y a través de una mentira, Josefina será su niñera y nadie sabe que pasará cuando esa mentira salga a la luz. Pero será solo la mentira de Josefina?, o también la mentira de Gustavo que harán de Josefina ser una prisionera de ellas...
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capítulo 14
*Josefina
No me puedo dormir, todavía siento como una especie de ahogo al pensar que debo esperar 3 años para volver a mi hogar y estar con mi familia.
También, me voy tranquilizando de a muy poco, pensando en Emilia y estos 4 años que se sintió tan sola, en algo el señor Gustavo tiene razón, y es que para ella sería difícil volver a sentirse cómoda con otra niñera, más con el vínculo que estamos teniendo entre ambas.
Con respecto al señor Gustavo, no sé que pensar, es un hombre muy buen mozo, hasta agradable cuando sé lo propone, por suerte lo veo interesado por el bien de su hija, me había hecho crear muchas malas ideas con respecto a él, creía que Emilia no le interesaba, pero por suerte no es así, es una lástima, que el dolor no sanado por la muerte de su esposa, no le permita ser feliz.
Mañana será mi día libre, iré a ese lago que Manuela me recomendó, bien temprano, debo pensar bien lo que ocurrió y en cómo decírselo a mi familia.
* Gustavo
Luego de un par de tragos, decidimos ir a dormir, así que Damián y yo subimos al cuarto de invitados, nos desvestimos y los acostamos.
- Gus, estás despierto?
- sí, tengo mis pensamientos desorientados.
- yo también, de solo pensar que a mis 38 años, termino un sábado a la noche, durmiendo con un hombre.
- jajajajajaja, amigo, sinceramente, no sé que haría sin vos.
Finalmente, nos dormimos.
*Josefina
Me despierto temprano, y voy a la cocina. Ya estaba levantada Manuela, había hecho el desayuno, aprovecho para tomarlo.
- y que vas a hacer en tu día libre?
- iré al lago que me recomendaste.
- espérame, que te prepararé una vianda.
- gracias Manuela, sos muy buena. ¿Porque no viniste anoche al jardín?
- no, me senti decepcionada, Leandro solo te invito a vos.
- la idea era empezar a involucrarte.
- lo sé y te agradezco, pero quiero que sea todo naturalmente.
- a veces se necesita de un empujón.
- si lo sé, quizá más adelante. Aquí tenés, un par de sándwich y jugo.
- gracias
Tomo todo, salgo de la mansión, por lo que me dijo Manuela, tenía que caminar 10 cuadras, hacia el frente, y allí encontraría el lago. Luego de unos minutos llegó, y es hermoso, no hay nada más que árboles, el ruido de pájaros y del agua moverse.
Me siento allí, y empiezo a disfrutar de todo, también de mis recuerdos, de los cuales llegan mi familia, su humildad, la forma de amarnos y colaborar todos, para todos. Las reuniones los fines de semana, los juegos con mis sobrinos, las caminatas de los domingos por la tarde junto a Sabrína, mi mejor amiga.
Después, mis reproches, por haber seguido a Diego con sus delirios de que viviríamos mejor, si no lo hubiese seguido, hoy estaría feliz al lado de mi familia.
*Gustavo.
Me despierto, todavía me siento raro, despertando aquí y no en mi departamento, miro a Damián y duerme como un oso, lo dejo descansar unas horas más. Bajo y voy directo a la cocina.
- buenos días a ambas.
- buenos días, señor, ya le servimos el desayuno.
- ok, esperaré en el comedor.
Me siento y viene Susana con la bandeja.
- a que hora se levanta Emilia?
- en realidad, ya voy a subir a despertarla.
- cómo? ¿Y Josefina?
- oh, ella, esta en su día libre, salió más temprano.
- y a donde fue?
- al lago, Manuela le recomendó el lugar. ¿Algo más señor?
- no, termino aquí y saldré a caminar un rato.
- señor, perdón por el atrevimiento, pero necesito preguntarle algo.
- si Susana, con confianza, hace muchos años que nos conocemos.
- usted siente algo por Josefina?
- uh, bien directo, ¿es que tanto se me nota?.
- a decir verdad si, más que nada por los cambios en la actitud .
- entonces para que negarlo, sí, creo que me estoy enamorando de ella.
- me hace feliz saberlo, yo lo puedo ayudar. Usted y ella se merecen estar juntos. Emilia la ama, y ella es una muchacha muy noble, de familia humilde pero muy buena. Mi hermana pudo conocerla y por eso me la recomendó.
- y como podrías ayudarme?
- para que se enamore de usted, ella es de cumplir al pie de la letra las reglas, así sintiera algo por usted, jamás lo daría a conocer.
- está bien, podrías ayudarme y averiguar que va sintiendo. Pero ahora yo debo arreglar lo mal que la hice sentir con lo del contrato.
- entonces irá a buscarla.
- así es, necesito su disculpa, y empezar a tener su confianza.
Termino rápido, de desayunar y salgo hacia el lago. Mientras camino, me recuerdo cuando con Lorena, hacíamos este paseo cuando ella estaba embarazada. Empiezo a tener sentimientos encontrados, ya que su recuerdo todavía es vívido, pero a la vez, los sentimientos hacia Josefina me llenan de adrenalina.
- lo siento mi amor, creí que nunca más sentiría esto, no lo puedo manejar, surge en mí como un manantial que no puedo parar.
Voy llegando al lago, por suerte, Josefina me lo hizo fácil y ya la estoy divisado. Ella está sentada sobre el césped, con sus brazos entrelazando sus piernas y mirando el agua.
- buenos días, Josefina.
Veo como se sobresalta, evidentemente estaba pensando y mucho.
- señor!!, buenos días.
Noto que se iba a levantar.
- no se levante, yo me sentaré junto a usted, si es que me lo permite.
- está bien, no tengo ningún inconveniente.
Entonces, me siento a su lado, puedo ver muy de cerca su rostro, sus ojos que emanan paz, su cabello suelto, flameando con la brisa. Es todo lo que está bien, todo lo que cualquier hombre le gustaría tener.
- Josefina, usted se preguntará para que vine.
- sí, es verdad, acaso le paso algo a Emilia?
- no, tranquila, ella está perfecta, Susana está haciéndose cargo. En realidad vine a hacer lo que no pude anoche.
- no entiendo.
- primero, necesito pedirle disculpas, no era la manera que había pensado en firmar el contrato. Es que justo entró un llamado que me quito la tranquilidad y creo haber sido muy cortante con usted luego.
- no se disculpe, en un principio me sentí muy afectada, pero luego, en mi habitación, pude entender el porqué.
- pero la idea era hablarle y que se fuera de mi despacho, tranquila, entendiendo ese por qué sin necesidad de que la haya afectado.
- señor, le agradezco su intención, igual, usted como mi jefe, debe tener sus razones, y yo las entiendo.
- Josefina, o estamos en la mansión, podríamos, aunque sea, en este lugar, dejar el usted de lado y tratarnos como unos simples conocidos?
- me está diciendo que me olvide que usted es mi jefe?, no sé si pueda...
- yo pienso hacerlo, necesito hablar contigo y conocerte un poco más.
- y por qué?
- emm, sos la niñera de mi hija, he dejado todo lo que tengo en tus manos, necesito ganar toda la confianza y conocerte para estar tranquilo.
- esta bien, que necesitas conocer de mí?
- quien sos, que pensás, que sentís, tu historia.
- y luego, yo también puedo conocer lo mismo de vos?
- sería lo más justo.
-ok, comencemos...