En su nueva vida tras transmigrar a la novela, esta mujer, hija de un general y fallecida en batalla, se encuentra con una segunda oportunidad para perseguir sus sueños postergados.
Con determinación y valentía, decide usar su experiencia militar y su perspectiva única para no solo sobrevivir en este nuevo entorno, sino también para hacer un destino que refleje sus verdaderos anhelos y ambiciones.
Desafiando las expectativas impuestas por el guion original, y navegando por relaciones complejas con los personajes principales y secundarios, ella se embarca en un viaje de autodescubrimiento y redención, decidida a dejar una marca imborrable en la trama y en su propia vida.
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Capítulo 3
Grace le dio una gran sonrisa, con mucha dificultad.
"Mi bebé", Kattia acarició con mucho cariño la pequeña cabeza. Con nueve nietos, siempre había esperado una nieta. "¿Cómo te sientes?", le preguntó a su nuera.
Sarah le contestó con mucho entusiasmo: "¡Muy bien! No he sentido casi ninguna molestia y estoy emocionada por cómo va todo."
Ambas se miraron y sonrieron con complicidad.
George las vio sonreír, y él también se contagió, mostrando una gran sonrisa. "Ya es hora de su comida", caminó hacia su madre con la intención de tomar al bebé en sus brazos.
Kattia lo vio venir, pero en lugar de dársela a él, se la entregó a su nuera. No confiaba mucho en su hijo mayor. "Tu hermana tiene planeado organizar una fiesta para celebrar su primer mes. ¿Qué opinas?"
"No creo que sea seguro sacarla aún. Un mes es demasiado riesgo, ¿qué tal si se enferma? O..." hizo una mirada para recordarle lo ocurrido en el hospital. Se enteró de ese incidente después del parto "Será mejor celebrar la fiesta cuando cumpla cinco meses. Estaría más tranquilo." George sabía que su hermana tenía buenas intenciones, pero necesitaba poner los intereses de Grace en primer lugar.
Kattia recordó con angustia la persona que encontraron en el hospital, intentando hacerle daño a su nieta. Las pistas se rompieron y no pudieron encontrar al sospechoso, dejando a todos preocupados por la seguridad de Grace.
"Bueno... tienes razón, nada es más importante que la salud de mi pequeña nieta", le dio un beso de despedida a la pequeña. En su opinión, no se separaría de su nieta por nada del mundo. Sin embargo, sabía que debía darles su espacio a la pareja y no podía quedarse aunque quisiera. "Cuídenla mucho, si necesitan algo me avisan. Estaré pendiente de cualquier cosa."
Sarah una vez más sentía que tenía la mejor suegra del mundo. "Gracias, suegra", hizo un gesto con la mano en señal de despedida.
George acompaño a su madre hasta la puerta. "Namá......" no pudo terminar de hablar porque su madre lo interrumpió.
"Si algo le llegará a pasar a mi nieta... por tu culpa" lo señaló con un dedo "No vivirás para contarlo"
"Entiendo... eso no pasará", dijo con miedo evidente en su voz temblorosa. Todos en su familia conocían bien la furia de su madre cuando se enfurecía, y las consecuencias podían ser devastadoras.
Dentro de la habitación, Grace no tenía conciencia de que alguien amenazaba su vida, mientras su abuela, fuera de sí, amenazaba a su padre. La pequeña estaba ocupada alimentándose con tranquilidad y explorando curiosa su entorno.
"Esta habitación es totalmente diferente a la de su vida anterior", pensó mientras sorbía unos pequeños tragos de leche.
Era un espacio muy acogedor y cálido, las paredes estaban pintadas de un color rosa pálido, en el centro del cuarto, se encontraba, una cuna blanca con sábanas de algodón suave, adornada con móviles de pequeños animales de peluche que giran al ritmo de una suave melodía. Junto a la cuna, hay una cómoda con juguetes y pañales ordenadamente guardados. En una de la paredes, se colocaron pequeños estantes que exhiben libros de cuentos infantiles y pequeños peluches tiernos. La habitación estaba iluminada por una lámpara de luz tenue y cálida.
Se nota el amor que pusieron al decorar y ordenar este cuarto. Lástima que en la novela nunca se usó.
Trató de recordar un pequeño texto en la novela donde mencionaban otras causas de la depresión de Sarah, aparte de la perder a su hija, pero al parecer no lo recordaba.
"¡Uf!" Suspiró con frustración y, después de eso, comenzó a sentir mucho sueño. Intentó mantener los ojos abiertos, pero le resultaba una tarea difícil. Sus párpados pesaban como si estuvieran hechos de plomo.
Sarah observó con atención cómo cambiaba la expresión en el rostro de su hija, notando signos de cansancio. Mientras caminaba hacia la cuna, pensó que quizás era hora de dormir para la pequeña.
Le dio unos pequeños masajes en toda su espalda y luego colocó a Grace suavemente en la cuna. Encendió el móvil que colgaba sobre la cuna y, una vez confirmó que estuviera cómoda, salió lentamente de la habitación, asegurándose de encender la cámara.
George después de despedir a su madre, casi corrió a ver a la bebé.
Al llegar frente al cuarto de su hija, encontró a su esposa de pie en la puerta. Curioso, le preguntó: "¿Qué estás haciendo?"
"Nada, solo me aseguraba que ella estuviera bien. Mira, que tierna se ve dormida"
El bebé descansaba plácidamente, respiraba con suavidad. Sus pequeñas manos se cerraban con delicadeza. Su rostro revelaba una expresión de paz.
Ambos se quedaron unos minutos observándola, hasta que una voz los sobresaltó.
"¿Se van a quedar ahí, parados como estatuas?" Una mujer de aspecto formal y profesional intentó abrirse paso entre la pareja. "¡Quiero ver a mi sobrina! He ido al centro comercial a comprarle un poco de ropa y juguetes."
George observó a cuatro hombres cargando cinco bolsas cada uno.
"Ericka, no deberías haber comprado tanto", comentó con una pausa, su expresión ligeramente engreída. "Para eso estoy yo", añadió con orgullo mientras se señalaba a sí mismo.
Dio unas pequeñas palmadas y cinco mujeres vestidas de sirvienta salieron del pasillo derecho, cada una cargando seis bolsas.
"Lo ves, conmigo basta y sobra", afirmó con confianza.
Ericka quería mucho a su hermano mayor, pero en ese momento lo odiaba.
"No te preocupes, este es sólo el comienzo. Abajo hay más bolsas. ¿Pensabas que con este puñado de paquetes sería suficiente para mi sobrina?" ondeó su larga cabellera mientras entraba en la habitación diciendo "Por supuesto que no."
George intentó detenerla, apartando el cabello de su hermana de su cara."
"Espera... ¡déjala!" Sarah arrastró a su esposo hacia la sala de estar. "No pasará nada, tú hermana sabe como tratar a un bebé"
"Tienes razón, es solo que... El culpable de intentar hacerle daño a nuestra bebé aún no ha sido atrapado, y eso me preocupa profundamente", dijo mientras caminaban hacia la sala.
Al llegar a la sala, se acomodaron juntos en el sofá. "Lo sé, hemos luchado mucho por ella, pero ellos son parte de nuestra familia. Nada malo le va a pasar, ellos la quieren tanto como nosotros", dijo mientras le daba un beso en la mejilla para tranquilizarlo.
George sonrió mientras se reprendía a sí mismo. 'Deja de ser paranoico', se repetía en su mente.
En la habitación de Grace, Ericka se sentía perdida, sin saber dónde colocar las manos. Observaba a su sobrina con amor y preocupación, pensando en cómo asegurarse de que todo estuviera perfecto para ella.
Su sobrina era tan tierna, bonita y suavecita, esto último lo acaba de comprobar tocando su pequeña cara.
Escudriñó la habitación con la intención de aprender qué se puede poner en la habitación de una bebé, pensando en recrear una igual para su sobrina en su propia casa.
Aunque será difícil sacarla de esta casa, dado que la familia está en alerta por su seguridad, ella estaba dispuesta a intentarlo.
Sacó unos pequeños aretes de su bolsa. "Cuando seas un poco más grande, yo misma te los pondré", los había visto en un escaparate de una tienda y de inmediato pensó en su sobrina."
¿Acaso los quiere por su poder, o se los sustraerá o quizás los utilize como soldados?.🧐🤨😒🤷♀️🤔