La vida de Valeria da un giro inesperado cuando descubre la infidelidad de su novio, Alex. Desolada y herida, decide marcharse sin decir una palabra, buscando refugio en la casa de su amiga. Alex, al darse cuenta de su ausencia, se embarca en una búsqueda frenética para encontrarla, convencido de que puede reparar su relación. Sin embargo, su mejor amiga, Claudia, está decidida a proteger a Valeria del dolor que su ex le ha causado y se niega a revelar su paradero.
A medida que Alex se enfrenta a obstáculos y a la interferencia de su amante, Valeria comienza a redescubrirse y a sanar. Pero cuando el amor verdadero está en juego, las decisiones del pasado pueden amenazar el futuro.
NovelToon tiene autorización de Lina Garizao para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 17: El arrepentimiento pesa
**Alex se sentó en el borde de la cama**, con la cabeza entre las manos, el silencio de su apartamento lo envolvía como una pesada manta de culpa. **El eco de sus errores resonaba en su mente**, cada mentira, cada traición que había cometido, ahora parecían más grandes, más definitivas. Valeria ya no estaba, y el vacío que había dejado era insondable.
—*¿Cómo llegué a esto?* —se preguntaba una y otra vez, reviviendo los momentos en que lo había tenido todo y, sin embargo, lo había arruinado.
**Recordó la última vez que vio a Valeria.** El brillo en sus ojos cuando se reían juntos, la forma en que su sonrisa iluminaba cada rincón de su vida. **Había dado por hecho que siempre estaría ahí, incluso cuando su atención se desvió hacia Sara, incluso cuando cruzó esa línea que nunca debió haber cruzado.** Ahora, sentado en la oscuridad, **entendía que lo había perdido todo.**
**El arrepentimiento lo golpeaba con fuerza,** como una ola que arrasa con todo a su paso. Había querido el perdón de Valeria, pero se dio cuenta de que no podía pedirlo hasta entender la magnitud de su traición. **Había roto algo irrecuperable.** No solo le había fallado a ella, sino también a sí mismo.
—*¿Cómo pude ser tan idiota?* —murmuró, apretando los puños con frustración.
**El recuerdo de la última conversación con Claudia también lo atormentaba.** Había ido a buscar respuestas, pero lo que recibió fue una confrontación que no esperaba. **Claudia tenía razón, lo que le había hecho a Valeria no tenía excusa.**
**No había forma de justificar su comportamiento, ni de explicar por qué arruinó lo mejor que tenía en su vida.** Las dudas lo consumían: ¿Valeria podría perdonarlo algún día? ¿Era demasiado tarde para arreglarlo? Y, más importante aún, ¿se merecía siquiera una segunda oportunidad?
**Esa noche, Alex no pudo dormir.** Cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro de Valeria, su expresión rota al descubrir la verdad. El peso del arrepentimiento lo mantenía despierto, enfrentando sus propios fantasmas, sabiendo que su traición lo había cambiado para siempre. **Había perdido más que una pareja; había perdido a la mujer que amaba y, con ella, su propia dignidad.**
Ahora, todo lo que le quedaba era el dolor. **Y el dolor era la única prueba de que alguna vez la tuvo, y de que la había dejado ir.**
**Alex se levantó de la cama, incapaz de seguir soportando la oscuridad de su habitación.** Caminó hacia la ventana, observando la ciudad iluminada por las luces lejanas. **Todo parecía seguir su curso, como si el mundo no se hubiera detenido junto con su vida.** Pero para él, todo estaba en pausa desde el día en que Valeria se fue.
**Recordó la primera vez que la vio.** Estaban en una fiesta de amigos en común, y ella se destacaba por su risa contagiosa y su forma de iluminar la habitación sin siquiera intentarlo. Desde ese momento, Alex supo que la quería en su vida. Y la tuvo, por un tiempo, hasta que su estupidez lo llevó a perderla.
—*¿Por qué no me di cuenta antes?* —se preguntó en voz baja, sintiendo una mezcla de rabia consigo mismo y de desesperanza.
**El arrepentimiento pesaba como una losa en su pecho.** Todo lo que había hecho mal ahora parecía tan claro. **Los mensajes secretos con Sara, las excusas absurdas que le daba a Valeria cuando llegaba tarde, las mentiras que se acumulaban una sobre otra.** Cada acción lo alejaba un poco más de la mujer que realmente amaba, y lo acercaba a un vacío que ahora lo devoraba por completo.
**Se apoyó en el marco de la ventana,** mirando su reflejo borroso en el cristal. ¿Cómo había llegado a ser esa versión de sí mismo? **Había traicionado la confianza de Valeria, no solo con Sara, sino también traicionándose a sí mismo.** Lo que había comenzado como una aventura sin importancia ahora se había convertido en el peor error de su vida.
**El arrepentimiento no lo dejaba respirar.** Quería retroceder el tiempo, borrar cada mala decisión, cada momento en que eligió el camino fácil en lugar del correcto. **Pero ya no había vuelta atrás.**
—*La perdí...* —susurró al vacío, aceptando por primera vez que quizás, por mucho que quisiera, nunca la recuperaría.
**Alex se dio cuenta de que necesitaba hacer algo más que buscarla.** Si realmente amaba a Valeria, tenía que ser mejor. **Tenía que cambiar.** No por ella, sino por él mismo. **Había permitido que sus errores lo definieran, y ahora, si alguna vez quería merecer su perdón, tenía que convertirse en la versión de sí mismo que Valeria se merecía desde el principio.**
Con esa decisión en mente, **se alejó de la ventana, sabiendo que el camino por delante no sería fácil.** Pero esta vez, estaba dispuesto a enfrentarlo, sin excusas, sin mentiras. **Porque perder a Valeria le había enseñado lo más importante de todo: lo que realmente significaba amar.**
**Alex estaba en la cocina, vertiendo café en su taza cuando escuchó el timbre de la puerta sonar insistentemente.** Soltó un suspiro, no estaba de humor para visitas, pero al abrir la puerta, **se encontró cara a cara con Sara.**
—*¿Qué haces aquí?* —preguntó fríamente, con una expresión que no dejaba lugar a dudas de su estado de ánimo.
**Sara sonrió, pero era una sonrisa cargada de arrogancia,** como si ya supiera la respuesta a su visita.
—*He venido a ver cómo estás,* —dijo ella, entrando en el apartamento sin esperar una invitación.
**Alex cerró la puerta detrás de ella, sintiendo cómo su paciencia se desmoronaba.** No estaba para juegos, y mucho menos para las manipulaciones de Sara.
—*Estoy bien,* —contestó secamente—. No necesito que vengas a revisarme.
**Sara giró sobre sus talones, observando la habitación antes de posar su mirada sobre él.** Sus ojos brillaban con una mezcla de desafío y algo más peligroso, algo que Alex reconocía bien: su capacidad para manipular las cosas a su favor.
—*¿De verdad? Porque no pareces bien,* —dijo con voz suave—. Pareces... destrozado, Alex. Y todo por esa estúpida de Valeria que se fue sin decir una palabra.
**El nombre de Valeria en los labios de Sara fue como un puñal.** Alex apretó los dientes, tratando de contener su ira.
—*No la llames así.* —Su voz era baja pero tensa, como una cuerda a punto de romperse.
**Sara levantó una ceja, claramente divertida por la reacción de Alex.** Se acercó más, demasiado cerca, invadiendo su espacio personal con una familiaridad que ya no quería. **Él dio un paso atrás, pero ella no se detuvo.**
—*Vamos, Alex.* —Su tono se volvió más incisivo—. Sabes que Valeria no es para ti. No lo ha sido nunca. Yo soy la que siempre ha estado aquí, la que realmente te entiende. ¿Por qué sigues arrastrándote por alguien que no te quiere?
**Alex sintió cómo la furia comenzaba a burbujear dentro de él.** Había sido ciego, había permitido que Sara le metiera esas ideas en la cabeza, que lo alejara de Valeria. **Pero ahora veía todo con claridad.**
—*Basta, Sara.* —Su voz sonaba firme esta vez—. Lo nuestro fue un error. Tú lo sabes tan bien como yo. No debí dejar que pasara y no debí permitir que siguieras en mi vida después de eso.
**Sara soltó una carcajada seca, incrédula.**
—*¿Un error?* —repitió, con las manos en las caderas—. ¿Eso crees? ¿Que lo nuestro no significó nada? Alex, no seas ingenuo. Tú y yo somos lo mismo. Sabes que nunca serás feliz con Valeria porque ella no es suficiente para ti. Siempre querrás más, siempre...*
—*¡No!* —interrumpió Alex, dando un paso al frente, dejando que la rabia lo consumiera—. ¡No quiero más! Lo que quería, lo que necesitaba, siempre fue Valeria. Fui un imbécil al no darme cuenta antes, y tú... ¡tú no haces más que entrometerte! Esto se acabó, Sara.
**El rostro de Sara se endureció.** La sonrisa falsa desapareció, dejando ver el enojo que había estado ocultando.
—*No me hables así,* —escupió con veneno—. *¿Crees que Valeria te va a perdonar después de todo lo que le hiciste? Estás soñando, Alex. Ella ya se fue. Y si no te das cuenta ahora, te quedarás solo.*
**Alex la miró directamente a los ojos, cansado, pero decidido.**
—*Si me quedo solo, será por mis propios errores. Pero no volveré a ti, Sara. Lo que tuvimos fue un engaño. Y estoy listo para pagar por lo que hice, pero no seguiré hundiéndome contigo.*
**Sara apretó los labios, su furia cada vez más palpable.** Por un momento, parecía que iba a seguir discutiendo, pero luego, sin más, se dio la vuelta y salió de su apartamento, cerrando la puerta con fuerza tras ella.
**Alex se quedó de pie en la entrada, con el corazón acelerado, sintiendo la mezcla de alivio y dolor que lo recorría.** Había tomado una decisión que debió haber tomado hace mucho tiempo. Ahora, lo único que le quedaba era encontrar a Valeria y hacer las cosas bien, aunque no supiera cómo ni si ella lo aceptaría de vuelta.