Elizabeth es una chica de 20 años con sueños y metas que desea cumplir. una mañana al despertar su padre le informa que es una mujer casada y debe irse a vivir con su esposo. Elizabeth no puede creerlo, y así comienza una historia de amor.
¿Puede al final la vida ser justa con ella?
¿Podrá ser realmente feliz?
NovelToon tiene autorización de Lorena Carapia para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Es Elizabeth
José no iba a permitir que Diana contraiga matrimonio con el hijo de su socio. Era bien sabido en la alta sociedad.
Que era un hombre al cual le gustaba maltratar a las mujeres. Por eso a sus 43 años todavía no se casaba. No había mujer que soportará vivir con él, más de una semana.
Su familia, estaba ansiosa por encontrarle una esposa. La cual, pudiera soportar los vicios, y los malos tratos del hombre. A cambio de eso, viviría rodeada de lujos y grandes comodidades.
Emma le propuso a José casar a Elizabeth con ese hombre, que le doblaba la edad. La chica llevaba años viviendo fuera del país, no sabía nada de las personas de ahí.
Sería sencillo convencerla de que acepte un matrimonio por conveniencia. Ya que no obtendría ninguna ayuda económica de parte de su padre.
Todavía sabiendo como era el hombre, José acepto casar a Elizabeth. La chica no tendría más opción que casarse, si quería pertenecer a su familia. Y continuar llevando una vida llena de comodidades.
Lo que no se esperaba era que un hombre como Mario, pusiera también sus ojos en Elizabeth.
Eso solo complicaba todo, ya que no podía quedar mal con Esteban y su padre. Pero, tampoco se quería echar de enemigo a un hombre como lo es Mario. Sería el peor error de su vida.
Sin saber qué hacer, José abrió la palma de su mano, dejando caer el resto de los cristales al piso.
Su mano herida no dejaba de sangrar. El olor a sangre, invadió las fosas nasales de Mario, que miró sin ninguna emoción a José.
______ La quiero a más pasado mañana al medio día, en mi mansión... _____ Después de esas palabras, Mario, estrechó la mano herida de José.
Ejerciendo demasiado fuerza en ella. El dolor que José sintió fue mil veces peor. No obstante, nada podría compararse con el que iba a sentir, si no enviaba a Elizabeth a la mansión de Mario. En dos días.
La expresión en la cara de José era desesperación. Mientras, qué Mario no mostraba ni una sola emoción. Era un hombre que estaba acostumbrado a ver el dolor en sus enemigos.
_______ ¡Elizabeth, estará en su mansión en dos días! A la hora indicada por usted...
José no soportó más el dolor y aceptó enviar a su hija a la mansión de Mario. Elizabeth era tratada como un objeto, el cual, podía ser intercambiado como si nada.
Mario mostró una ligera sonrisa. Soltó la mano de José. Su mano estaba toda manchada de sangre.
Frunce el ceño, y se la limpia con el saco azul que José llevaba puesto. En segundos, Mario echó a perder un traje que valía miles de dólares.
Mario se dio la vuelta, saliendo del salón. Dejando a José a solas con su dolor y frustración.
________ ¡Ahhhhhh! ______ José soltó un grito desgarrador.
Sacó algunos cristales que se quedaron clavados en la palma de su mano. Al terminar, amarró su corbata con fuerza, evitando que saliera más sangre.
Mientras él sufría con el dolor. Elizabeth no podía creer lo que veía. Al subir a su habitación, para descansar un rato, se dio cuenta de que ahora era la recámara de Diana.
_________ Podemos ir a otra recámara, mi niña. Hay muchas en esta mansión. _____ insistió la mujer que la había cuidado de a Elizabeth de niña.
________ ¡No!
_______ Esto es inaudito.
_______ Me han sacado de sus vidas, y me han sustituido con Diana. No conformes con haberme enviado muy lejos por 10 años, le han dado todas mis cosas. La foto de mi madre la han sacado y todo lo que me pertenecía.
_______ ¡Esto ya es demasiado!
Elizabeth, furiosa, comenzó a tirar al piso todo lo que Diana tenía ahí. El fuerte ruido, llamo la atención de Emma, que pasaba por allí. Abrió la puerta de la habitación de su hija, al ver todo en el piso, se puso roja de coraje.
Entró a la habitación, observando a Elizabeth tirar todos los perfumes y vestidos de su hija al suelo.
________ ¿Qué pasa, Elizabeth? _____ Emma usó un tono de voz tranquilo.
________ ¿Qué pasa? ¡Todo pasa! _____ Respondió Elizabeth, girando su cuerpo.
_______ Este esta es mi habitación. ¡NO, la de Diana! Quiero que saque todas sus cosas ahora mismo. No quiero nada de ella aquí.
Emma miró hacia abajo, apretó sus puños con fuerza, controlando su enojo. Fingiendo tranquilidad, dijo.
________ Socorro manda traer a los empleados. Quiero que dejen esta habitación limpia. Antes de que termine la noche.
_______ Elizabeth, quédate con esta habitación, si así lo quiere. Diana es una dama acostumbrada a lo mejor. No se va a rebajar a pelear contigo por algo como esto.
______ ¿Piensas que me harás sentir mal?
_______ No, es así. He regresado para tomar mi lugar en esta familia. Son una Wilson, y de ahora en adelante, tu hija, Diana, tomará el sitio que le corresponde en esta familia...
Emma clavó sus uñas con fuerza en las palmas de sus manos. Por suerte, tomó sus debidas precauciones, y convenció a José de casar a Elizabeth con un hombre como Esteban. Ese hombre sin duda pondría en cintura a Elizabeth, y jamás volvería hablarle de esa manera.
_______ Diana también es una Wilson. Ella tiene los mismos derechos que tú. Ya es tiempo de que sepas la verdad, querida sobrina.
Elizabeth se quedó atónita con la confesión de Emma. No obstante, muchas veces esa idea paso por su mente. Ahora quedaba confirmado que la familia de su madre siempre tuvo la razón.
_________ Cómo quien dice, Diana es la bastarda de mi padre.
Las palabras de Elizabeth hicieron enfurecer a Emma. Caminó hasta la chica, y trato de darle una bofetada. Antes de que la mano de Emma golpeara la mejilla de Elizabeth; la chica sostuvo su mano en el aire.
______ Una mujer como tú, nunca va a poder ponerle una mano encima a la hija de Jimena Shod. _____ Murmuró Elizabeth, haciendo contacto visual con Emma.
Emma se sacude la mano de Elizabeth de su mano. Gira un poco su cuerpo a su lado derecho.