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VENDIDA AL JEQUE ÁRABE

VENDIDA AL JEQUE ÁRABE

Status: Terminada
Genre:Amor prohibido / Posesivo / Reencuentro / Síndrome de Estocolmo / Novia subastada / Diferencia de edad / Completas
Popularitas:1.2M
Nilai: 4.7
nombre de autor: Bae Book

Serafina Brooks. Nunca se imaginó después de una tranquilidad y divertida noche. En el transcurso a su casa seria secuestrada y vendida a unos de los hombres más ricos de Medio Oriente.

Lo que ella nunca espero que se enamoraría el bastardo cínico y de corazón frío que la compró como si fuera una cosa. Odiara a ese hombre, lo aborrece por hacerla sentir cosas que no debería en sus circunstancias.

Pero usará ese enamoramiento enfermizo en una escapatoria para su libertad. Desear a ese bastardo ya es bastante malo. Necesitarlo es repugnante.

¿Podrá la lujuria y la obsesión ser más fuerte de su deseó de volver a casa o se convertía en algo mucho peor?

Es un pajaro bonito en una jaula dorada. Un pequeño secreto sucio. Pero cuando la jaula se rompe. ¿Podra aprender a vivir sin ella? ¿Sin él?

NovelToon tiene autorización de Bae Book para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 20 *NO TE QUIERO*

...******...

—No se lo diré a nadie —susurro, metiendo la cabeza de su polla en mi boca a través de la tela. —Nadie se enterará. Eres mi dueño, ¿verdad? Mi cuerpo es tuyo para usarlo.

Una mano fue enterrada en mi cabello antes de levantarme bruscamente la cabeza.

—Es lindo que realmente pienses que puedes manipularme —gruñó, con los ojos ardiendo de fuego. —¿Qué estás esperando? ¿Que serás una buena chupapollas y te dejaré ir? No está pasando.

Casi me eche a reír. Habría sido mucho mejor para mi orgullo si estuviera tratando de manipularlo. Si estuviera fingiendo. Pero no estaba fingiendo. Y definitivamente no tenía idea de lo que esperaba lograr. Realmente no había tenido tiempo de elaborar un plan coherente. Pero confiaba en mis instintos. Y mis instintos me decían que la única forma de manipular a este hombre era no intentar manipularlo abiertamente.

Ser honesta acerca de la fuerza de mi atracción, no importa cuán mortificante fuera. Este hombre era demasiado inteligente y cínico para dejarse engañar por una mentira.

—No te estoy manipulando.— Musito, con una pequeña sonrisa arrepentida. —Excepto por la parte en la que dije que te amaba. Sé que es mejor no intentarlo. Estoy siendo honesta, Malek. Te odio... y no solía odiar a nadie... pero...

Sólo dilo.

—Te quiero —admitió, sonrojandome cuando encuentro su mirada. —Lo odio, odio que me hayas convertido en el punto focal de mi vida, y sigue empeorando cada día: la fijación, la obsesión, el odio. No soy una persona odiosa. Está no soy yo. Siento que me estoy perdiendo cuanto más tiempo estoy atrapada aquí, convirtiéndome en alguien que no reconozco—. Me río amargamente. —Dijiste que parezco un cachorro pateado cuando te vas, y en realidad no es inexacto. Hay una parte perversa de mí que ya ha empezado a pensar en ti como mi dueño, y odio que... que me excite con eso. —Estaba sonrojada furiosamente, apenas capaz de sostener la pesada mirada del hombre.

Su agarre, sobre mi cabello se hizo más fuerte.

—No voy a corresponder a tus sentimientos— Respondió, con voz áspera.

Miré el bulto en sus pantalones. Parecía haberse hecho más grande.

—¿A quién le importa? — Replico, mirando nuevamente a sus ojos. —Puedes utilizarme de todos modos. Nadie lo sabrá. Soy tuya, ¿no? No de Samir. Tuya.

Su expresión se volvió tensa, casi de dolor.

Se sentía como si esos ojos oscuros lo estuvieran quemando un agujero. Había desconfianza en esa mirada (era un hombre cínico que no confiaba fácilmente), pero me di cuenta de que mis palabras lo afectaron.

—Sé que estás intentando jugar conmigo —Refufuña. —No funcionará. No te quiero.

Entrecierró los ojos y me pongo de pie. Poniendo mi mano en el respaldo de la silla, me inclinó y susurró, casi contra sus labios.

—Mierdas. Mierdas. Me quieres. Puedo sentirlo.

Su mandíbula estaba tan apretada que podía oírlo rechinar los dientes.

—Estás delirando — Refutá, con expresión desdeñosa.

Era exasperante. Enloquecedor. Dios, quería envolver mis manos alrededor de ese fuerte cuello bronceado y estrangularlo.

—Tú me elegiste —Aclaró. —Tú. Me miraste arrodillada en ese podio, medio desnuda, y quisiste ser mi dueño.

—Te elegí para Samir.

Me río mejor.

—Bien. No conozco muy bien a tu hermano, pero incluso yo puedo decir que en realidad no soy su tipo. Él no es quien me mira como si quisiera destrozarme con su pølla.

Las fosas nasales de Malek se dilataron.

—Uno sólo ve lo que quiere ver — Contradice. Su tono era positivamente gélido.

Lo miré detenidamente tratando de a encontar algo. Pero nada.

Luego, me enderezó y me quitó el vestido quedando desnuda la parte superior de mis pechos.

—¿Qué crees que estás haciendo? — Pregunta.

Me bajo las bragas y los alejó de una patada.

—Vístete —Dijo. Su voz era tensa. Breve. Un poco ronca.

Lo miré a los ojos y sonreí.

—¿Por qué? No es algo que no hayas visto en otras mujeres.—Trató de mantener mi voz casual y descuidada, pero estar desnuda frente a este hombre era jodidamente estresante. Y demasiado excitante, en cierto modo jodido. Era muy consciente de que estaba desnuda y vulnerable frente a un hombre completamente vestido que era mi dueño. Sentía demasiado calor, me hormigueaba la piel por todas partes, Me sentía mojada y me latía mi coño. Incluso mis pezones se sentían tensos y sensibles, con ganas de ser tocados, frotados y chupados. Me dolían cuando la mirada oscura e intensa del hombre vagaba sobre ellos.

Dios, nunca había deseado tanto el sexø. Nunca antes había deseado tanto a nadie. Era pura lujuria animal, y se me secaba la boca, se debilitaban mis rodillas y toda la sangre me subía a la cabeza. Quería føllar.

—Admítelo —susurro con voz ronca, mirandolo a los ojos. Chocolate derretido. Chocolate caliente y derretido. —Me quieres. En el fondo, siempre me has querido—. Jesús, era patética cuánto deseaba que eso fuera cierto.

Cuánto deseaba que este hombre me deseara.

Malek se puso de pie con la gracia de un depredador, sus ojos brillaban con algo duro y mezquino.

—No. Pero si estás tan ansiosa por ser un agujero para mi pølla, está bien. Inclínate.

Contuve el aliento.

—¿Q..qué?

Me dirigió una mirada fija.

—Me escuchaste, Serafina. Inclínate sobre la cama.

Lo miré fijamente. Mientras él me devolvía la mirada.

Los segundos pasaron lentamente y el aire en la habitación pareció volverse increíblemente espeso.

—Estoy esperando.— Dijo, tranquilamente.

¿Era eso un triunfo en su expresión? El imbécil estaba tratando de asustarme. Él quería que me viera como una puta esa posición, para que pudiera negarme. A la mierda eso.

No me volvería a dejar de él.

Me giré, caminando hacia la cama e hice lo que me dijeron, ignorando la voz en el fondo de mi mente que me gritaba que me detuviera y saliera de esta habitación mientras aún pudiera.

—¿Ahora qué? — Conteste desafiante, mi voz temblaba solo un poco. Había espejos en la cabecera. Podía ver mi propio rostro con los ojos muy abiertos en ellos. Bajé la mirada y me quedé mirando la colcha. Blanca. Era blanca.

El silencio empezaba a ponerme nerviosa. ¿Cuándo iba a admitirme finalmente que estaba mintiendo? Ese idiota reprimido y machista nunca me follaría.

Por fin, sentí algo de movimiento detrás de mí. Escuché cómo se abría y cerraba un cajón.

Se escuchó el sonido de algo desgarrándose, y luego un sonido resbaladizo, como si... como si algo resbaladizo se frotara en la carne.

Tragué, mi pulso retumbaba en mis oídos. ¿Malek en realidad...?

Intenté mirar por encima del hombro, pero una mano firme presionó mi nuca y me mantuvo la cabeza gacha. La presión no fue contundente, sino firme y autoritaria, despreció la forma en que mi cuerpo inmediatamente se volvió dócil, como si

estuviera entrenado para obedecer a su amo.

Su dueño.

—Quédate quieta— Me ordena, detrás de mi.

—¿Qué..qué estás haciendo?— Susurro.

—Haciendo exactamente lo que sugeriste—. Algo contundente y resbaladizo empujó contra mí entrada. —Haciendo uso de tus agujeros, pero por ahora solo de uno—. Inclinó su peso hacia adelante, su mano flexionándose sobre mí nuca mientras algo (la pølla de Malek, santa mierda) lentamente, muy lentamente, avanzaba poco a poco dentro de mi.

Jadeó y mis ojos se abrieron con asombro e incredulidad.

Malek parecía haber usado abundante lubricante, por lo que realmente no me dolía, pero el estiramiento fue definitivamente incómodo dado el tamaño del hombre y la falta de preparación.

Oh Dios, tenía una pølla dentro. Tenía la pølla de Malek dentro de mí.

1
Amelia Mirta Fernández
PRECIOSO. EXECELENTE..❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
Luz Maria Rodriguez
Serafina ya es tu droga Malek y aunque quieras deshacerte de ella no lo vas a lograr pues también te has enamorado y no lo quieres reconocer por mucho autocontrol que tengas si la dejas libre y la dejas ir te vas a lamentar y vas a volver por ella
Luz Maria Rodriguez
Bueno Serafina te saliste con la tuya y lograste que te hiciera el amor a regañadientes pero lo hizo y también le gustó pero no quiere dar su brazo a torcer, así que sigue haber hasta cuando aguantas tantos desprecios y humillaciones dices que siempre te elogiaron por ser bonita y que a ti no te agradaba pero ahora sí eres tan bonita como dices no creo que Malek no se haya dado cuenta por eso su rechazó porque El también cayó y se enamoró de tí aunque diga lo contrario
Luz Maria Rodriguez
Ni modo Serafina solo ibas a practicar y caiste en la red y haber como logras solucionarlo para poder salirte de ella porque Malek aunque no quiera admitirlo también le encanta lo que le haces, no es de piedra para que no reaccione a los estímulos que le das, hay la llevas no creo que tarde mucho en caer el también
Luz Maria Rodriguez
Lo dicho ya caíste en sus redes sin darte cuenta, te has enamorado de Malek
Gladys Dona
Ya 16 capítulos solo ella el 2 veces apareció el hermano Samir y no pasa más muy aburrida dejo de leer
Marina Estefana Hernandez
santo pensé que iba a vivir la bebé
Gladys Dona
Que lastima que no le pongas rostro a tus personajes es mejor que la imaginación
Marina Estefana Hernandez
que triste mi amiga 😭😭
Angelina Escobedo
Ella tiene .uy poca DIGNIDAD se deja humillar hasta lo más bajo , se deja pisotear , creo no le enseñaron a valorarse como mujer , no existe un enfermo sexual con tendencias sexuales equivocadas , creo que es él
Marina Estefana Hernandez
si da dolor que se separen
Luz Maria Rodriguez
Te estás enamorando de él y ya no vas a querer hacer nada con Samir, pero tú solita te estás metiendo en la boca del lobo
Luz Maria Rodriguez
Cómo que tus atributos no le importaron o se contuvo para no caer en la tentación, por eso te arrojó de su habitación para no caer bajo tus intenciones de someterlo
Olga Caises
Excelente
Mirta Payllalef
me encanta
Luz Maria Rodriguez
Bueno Serafina no te queda de otra más que aguantar ese año y disfruta de la isla 🏝️ ya te han abierto la cerradura para que salgas así que aprovecha porque si lo haces enojar te vuelve a encerrar 🙈🙈🙈🙈🙈
Luz Maria Rodriguez
Que decepción llegar a la mansión y darte cuenta de que es una isla y son los únicos allí porque no habrá manera de que puedas escapar, ni lo pienses no tienes opciones
Luz Maria Rodriguez
Que interesante no la compró para él sino para su hermano Samir, lo mejor es que es un trato por un año y después la dejará ir al cumplir su misión de esclava sexual
Luz Maria Rodriguez
Estos hombres son unos malditos que su negocio es la trata de blancas que se aprovechan de las mujeres porque ellas no están por su voluntad sino que son secuestradas para venderlas al mejor postor y la policía se hace de la vista gorda como si no supieran a qué se dedican si es un secreto a voces el negociazo que hacen con las pobres mujeres
Dafny Cristina Martinez Peña
uy uy es demasiado machista y viola los derechos de la mujer.
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