El corazón de Alessia es destrozado en pleno debut, el príncipe heredero le había prometido amor, pero ha anunciado a otra como su prometida, Magenta, la hermana de Alessia, quien siempre la ha despreciado por ser hija de una concubina. Alessia ahora debe casarse con el gran Archiduque, un hombre con la fama de asesinar a sus prometidas, pero no todo es como dicen, esos son solo cuentos y Alessia, pronto descubrirá que secretos se ocultan en el Archiducado, incluso sabrá quién es ella en realidad…
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Cap. 24 Puedo escucharte claramente Ninfa coqueta
Mientras que en archiducado del norte se alza una algarabía por la boda del Alfa y la Ninfa, en la capital del imperio, en una humilde posada, Renan y Ciara están enredados, desnudo y sudorosos, han estado casi todo el día teniendo intimidad, ninguno se ha privado de nada, dejaron Salir cuanto instinto les llegó, ya que solo era para no caer en la trampa de los emperadores y Magenta, pero ellos parecían no darse cuenta de que estaban más entusiasmados que lo normal.
La emperatriz y la duquesa buscaban al príncipe heredero por todo lado, no podían encontrarlo, estaban preocupadas de que haga una tontería como faltar a su boda, no había rastros del joven.
Sin embargo, el sindicado apretaba los senos tiernos de Ciara desbordado por lo que habían hecho, ella era una belleza y complaciente en todo pero exigente también.
—Lady Ciara, le agradezco esto, de verdad que no sé si podré agradecer lo que hace por mí y…, — en ese momento no podía mencionar a Alessa, sentía que podía ofender a Ciara, pero por alguna razón no sentía que traicionaba a Alessa, solo pensaba que debió hacerlo para que ambos estén juntos.
—Majestad, sé que esto es por el amor de usted y Lady Alessa, no se preocupe, puede nombrarla, sabe que soy una admiradora de su amor — dijo Ciara mientras toma el miembro del joven para estimularlo haciéndolo jadear.
—Lady Ciara, usted es la mujer más buena que he visto en mi vida — dijo subiéndose sobre ella para empezar una nueva faena, a lo que Ciara sonrió coqueta, claro que sabe que Renan está en sus manos, aunque no lo sepa aún, Ciara es la única adicción que tiene el príncipe heredero, Ciara es alguien que Magenta va a odiar más aún, que a Alessa.
Mientras Renan y Ciara están en lo suyo, el emperador ha recibido una noticia de su espía, el que siempre está pendiente de Draco y si, así fue como se enteró de que su hijo se casaba con Alessa Duncan, lo que lo dejó totalmente confundido, si bien sabía que su hijo enviaba a esas niñas a otro sitio para que escapen de su familia y destino, le parecía muy extraño que se haya quedado con la hermosa Alessa, aunque nadie lo juzgaría, ya que ella es una niña divina, pero no fue la única, y sabiendo la naturaleza de su hijo, algo más estaba pasando que no podía vislumbrar en ese momento.
El Duque Duncan también recibía esta noticia de su espía dejándolo anonadado, no entendía cómo es que su hija ahora sería la Archiduquesa, su ansiedad creció, solo esperaba que ella no esté siendo maltratada por el Archiduque, todos dicen que ese joven es de mal carácter y temido por todos.
La emperatriz y la duquesa están metidas en su mundo con la boda, la mayoría de las concubinas fueron eliminadas de la competencia debido a sus jugadas sucias, aunque no han podido encontrar al príncipe heredero, la Emperatriz no muestra su preocupación, para ella solo hace un berrinche y ya aparecerá.
Magenta, por otro lado, está emocionada por su boda, ella espera sea la más feliz de su vida, sin embargo, ella tendrá que conocer el infierno para ir al cielo.
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Mientras tanto, Draco llevó a Alessa a comer y después la regresó a su habitación, se acurrucó en la cama con ella para descansar, aunque él no lo necesita, sabe que ella aún está cansada por la intensa noche, aunque Alessa estaba desconfiada de las intenciones de ese degenerado, al sentir su olor y su calor se durmió como una piedra acurrucada en su pecho haciendo reír al Alfa quien ya va conociendo a su ninfa revoltosa.
La señora Mary se encarga de la fiesta y las lobas están en correteos, Celia es su ayudante más preciada, Mary quisiera tener unas 20 Celias para que la ayuden con tanto entusiasmo, sin embarazo, por petición de Alessa, la omega Fancy no sé leja de Celia, es por precaución, esos lobos recién llegados tenían cara de libertinos pica flor.
Mary casi muere de risa al escuchar las preocupaciones de la Luna y su hermana, esas niñas aún no entiendes que están en una manada de Lobos y ellos tomarán lo que es suyo, si Celia no llama la atención de un lobo, este no la mirará o faltará el respeto, pero si es su mate, que se agarre confesada porque no se salva.
—Señora Mary, ya están los adornos en el salón, las cocineras preparan todo desde la madrugada — dijo Celia mientras tacha de la lista los pendientes.
—Lady Celia, muchas gracias, sin usted, yo tendría mucho trabajo, pero sí me gustaría un favor más, en los jardines, creo que aún falta algo — dijo Mary, dudosa, no se había decorado mucho en los exteriores y los pobladores van a ver la boda del Archiduque y alfa con la hermosa ninfa.
—Oh, ya veo, voy a ver que se puede hacer — dijo Celia, apresurada, ahora que su hermana está con su Mate, Celia tiene mucho tiempo libre y puede dedicarse a otros oficios.
Celia llegó al lugar y efectivamente faltaba algo, mientras ella meditaba, Fancy miraba alrededor muy preocupada, podía oler la presencia de otro lobo y además de alto rango.
—Lady Celia, deberíamos irnos — dijo Fancy preocupada, no le gusta cuando un lobo acecha de esa manera, quiere decir que puede haber problemas.
—Fancy, ¿qué te pasa? — dijo Celia frunciendo el ceño, no entendía su cambio de ánimo tan repentino.
—Lady, creo que alguien nos está vigilado, deberíamos volver, no creo que yo sea el objetivo — dijo Fancy oliendo las intenciones en el aire, en cambio, la pobre Celia no huele ni advierte nada, como cualquier humana está ajena a todo lo que pasa a su alrededor hasta que es demasiado tarde casi siempre.
—Bien, bien, vamos, pero yo no veo nada — dijo Celia frunciendo los labios.
Mientras ellas entran a la mansión, unos ojos dorados la miran intensamente, la hermosa pelinegra solo se perdió en la puerta mientras que su acosador sonrió al verla, aunque no sabe quién rayos es, está seguro que no es una loba, pero es muy linda.
Había llegado la hora de la cena y sería la presentación de Alessa, con las cuatro alfas más importantes de la región, eran Duques y Archiduques de sus países, pero Draco era de lejos el más fuerte de todos.
Draco se durmió un rato con Alessa, ella lo calmaba y lo ponía menos ansioso y vigilante, pero al despertar Alessa estaba enredada en él de forma apasionada, ella era tan contradictoria consigo misma, se negaba, pero después ella quería estar con él.
—Despierta preciosa — dijo con voz juguetona mientras Alessa abría los ojos y lo miraba confusa.
—¿Qué? — dijo ella aún nublada por el sueño.
—Despierta, debemos cenar con los alfas, debo presentar a mi Luna — dice mientras la abraza un poco más fuerte, ella no reacciona definitivamente.
—Bien, pero ¿por qué no vas primero? — dijo ella mirándolo encandilada.
—Oh, es que una ninfa coqueta me está abrazando y tiene su pierna presionando las mías, ¿quiero saber si mi futura esposa va a dejarme ir? — dijo mirándola con sus ojos grises dejando a Alessa muda.
Alessa miró la situación y era tal cual la describe Draco, ella estaba definitivamente aprisionando, ella se apartó con suavidad, se moría de vergüenza, ese lobo la hacía hacer cosas muy extrañas.
Draco dio una carcajada haciéndola sentir más infeliz.
—Vamos preciosa, debemos hacer las presentaciones — dijo tranquilo mientras que Alessa se mordió el labio inferior.
—Sus músculos son tan firmes y cálidos — susurro bajito, mientras que del baño se escuchó una voz gruesa pero juguetona.
—Puedo escucharte claramente Ninfa coqueta, guarda tus comentarios si no quieres un revolcón — dijo Draco mientras Alessa se puso roja como un tomate, había olvidado el agudo oído que tienen esos lobos.
Felicidades