Él nacimiento de Kevin acabó en el divorcio de Zaira, debido al ADN, pero ¿Quien es el padre del pequeño?
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Capítulo 18 SAIRA MARTINEZ "SEGUNDO INTENTO"
Saira Martínez
Hablé con Aidan para comentarle las cosas que estaban sucediendo pero me habló de un modo desinteresado sin llegar a ser grosero pero faltando muy poco para llegar a ese punto. Él había cumplido con todo tal como había dicho pero a mí cabeza solo llegaban dudas. ¿Siempre sería tan frío?
Él estaba enterado de todo, no me sorprendería que supiera con exactitud cuántos pasos había caminado dentro del hospital. Pero al menos me consolé con la idea de decirle que yo debía llamar al médico, él no tenía modo de saber cuándo mí menstruación llegara así que lo tomé como una pequeña y absurda victoria. ¿Estúpido no? Pero al menos sabía que en algo yo podría ser superior al menos por una fracción corta de tiempo. Mí orgullo me pedía a gritos ésto.
Tal como esperé mí menstruación llegó y como buena mujer obediente llamé al médico, mientras antes saliera de esto mejor para todos. Luego llamé a Aidan que directamente me mandó el número del chófer antipático que me recogía siempre para que me comunique directamente con él y no ser intermediario de los dos.
Si en algo podría llegar a caerme bien Aidan con toda su frialdad, desinterés y esas maneras de decirme "no me jodas", "no me interesa" o "ya lo sabía" sin el uso de palabras ya la posibilidad estaba descartada totalmente. Pobre de la mujer que le toque... pensé.
Me quedé en casa descansando como si estuviera de vacaciones, no trabajar y aún así tener dinero era lo único positivo de todo esto porque ahora vivía más nerviosa que antes.
El día anterior a mí prueba de ovulación en la que si daba positiva en cuanto a estar fértil me ingresaban para nuevamente el procedimiento decidí salir.
En mí corazón estaba el deseo de poder sorprender a Mil con varias compras, hacía mucho tiempo no tenía linda ropa y lo consideré un buen momento ahora para comprársela. Ella aún contra su voluntad me estaba apoyando y aún sabiendo que tenemos dinero en éste momento seguía cuidando hasta el último dólar que tuviera en el bolsillo.
Fui a algunas tiendas y compré cosas que sabía que a ella iban a gustarle porque veía como miraba ese estilo de ropa y enseguida seguía su camino porque no podía pagarlas. Le compré jeans, remeras de distintos tipos, distintos tipos de calzados cómodos desde deportivos hasta de vestir bajos sin tacón porque no los soporta. También le compré una nueva mochila ya que la suya estaba muy usada y con problemas en los cierres y volví a casa feliz con todo lo que había comprado.
Cuando Mil llegó de la universidad tenía distintos paquetes y bolsas en su cama y me vió con los ojos llorosos debido a la emoción. Ésto era el equivalente a todas las navidades dónde no puedo darle nada. Tenía un último obsequio guardado para ella y era un celular nuevo, nada exageradamente caro pero al menos moderno porque el suyo ya necesitaba ser desechado.
-No puedo aceptar todo esto, es demasiado- me dijo cuando me abrazó
-Mereces más que esto, tómalo como las veces que no pude darte nada en tus cumpleaños o navidades, no lo rechaces
-Eres tu quien está sacrificándose para darme esto, no me es justo
-Si tu eres feliz, yo también lo soy. Haría lo que fuera por ti, eres mi mundo, no tengo a nadie más. Pero mejor no hablemos más porque no quiero llorar- sonreí conteniendo las lágrimas
Esa noche cenamos en tranquilidad y antes de dormir la abracé fuerte ya que eso me daba paz ante tantos nervios e intranquilidad. Le di la clave de la tarjeta de débito y también le dije dónde había dinero por si necesitaba ya que demoraría varias horas internada. Insistió en ir conmigo pero no la dejé, su universidad es más importante que todo.
Llegó el momento de ir al hospital, el chófer pasó a buscarme pero demoramos unos cuantos minutos en llegar debido a un accidente múltiple en una de las calles principales de la ciudad. Cuando llegamos bajé del auto y vi a mi doctora que estaba por entrar al hospital, seguramente solo para atenderme a mi.
Ella me vio y me saludó con la mano, le devolví el gesto y me acerqué a ella. Todo lo demás sucedió demasiado rápido. Un auto venía sin control a máxima velocidad y nos embistió a las dos. El tiempo pareció detenerse y no fui capaz de escuchar nada más, ví que varios bultos se movían pero no supe de que se trataba. Mi último pensamiento fue Mil, en mi mente la ví a ella y luego quedé inconsciente.