RECUPERAR TU AMOR

—Mami chula, ¿vamos a ir al veterinario a llevar a los perritos? —pregunta Paola moviendo sus manitos entre sí.

—Claro que sí, mi princesa. Va a ir tu tía Melissa y Samuel. Eso sí, tú te quedas con uno y tu primo con otro.

—Yo me quedo con el perrito más pequeño y Sami se queda con el más grandecito. ¿Estás de acuerdo, Samuel? pregunta Paola con una sonrisa.

—Sí, estoy de acuerdo. Para mí no hay problema. Lo importante es que ya tengo un perrito y es mío. Mejor apúrate a terminar de desayunar porque nos tenemos que bañar y vestir para ir a llevar a nuestros perritos al veterinario. Así se dice, mamá, ¿cierto? le habla Samuel a Melissa.

—Claro que sí, campeón. Te amo mucho, mami, y a ti también, tía Angie.

—Nosotras los amamos más —contesta Angie, tomando un sorbo de café, mirándolos y dando una pequeña sonrisa.

—Vamos a hacer una fila para poder entrar al auto. Samuel, tú lleva al perrito grande y Paola, tú lleva al perrito pequeño. ¿Listos para ir al veterinario? —pregunta Melissa mientras todos salen de la casa.—¡Sí, tía! ¡Estoy emocionada! —exclama Paola, saltando de alegría.—¡Yo también! ¡Vamos a cuidar mucho a nuestros perritos! —añade Samuel, con una sonrisa radiante en su rostro. Los niños se suben al auto con los perritos en brazos y empiezan el camino hacia el veterinario, ansiosos por cuidar de sus nuevas mascotas. Mientras tanto, Melissa y Angie se miran una a la otra con complicidad, sabiendo que este será el comienzo de una hermosa aventura en familia.

Melissa enciende la radio y una canción alegre comienza a sonar, lo que hace que todos comiencen a cantar y bailar en el auto mientras se dirigen hacia el veterinario. Llegan al consultorio y los perritos son examinados por el veterinario, quien les da un buen pronóstico de salud.

Después de la revisión, Melissa compra todo lo necesario para cuidar a los perritos en su nuevo hogar y regresan a casa con los corazones llenos de amor y emoción. Los niños se comprometen a cuidar a sus mascotas con responsabilidad y dedicación, sabiendo que serán una parte importante de la familia.

Esa tarde, disfrutan de jugar con los perritos en el patio trasero y crear recuerdos felices juntos. Melissa y Angie observan con orgullo a los niños, quienes demuestran ser grandes cuidadores y amantes de los animales.

La familia ha crecido con la llegada de los perritos y están listos para vivir muchas aventuras juntos, creando lazos inquebrantables y momentos inolvidables en su nuevo hogar.

Mientras tanto, en la casa de Pablo y Samuel, estaban organizando todo para su protección, ya que podrían ser reconocidos en cualquier momento.

—Cobra, le hablo Pedro sentándose frente a él, serás el encargado de proteger a esos muchachos que ahora llevan mi apellido.

—No se preocupe, jefe, tengo a los mejores hombres. Deje a mi hermano encargado de la protección de su hija Melissa y de su sobrina Angie.

—Muy bien, Cobra. Ahora averigua los pasos de Devora. Necesito que estemos dando un paso adelantado en los planes de esa víbora.

—Entendido, jefe. Haré lo necesario para mantenerlos seguros y para descubrir los movimientos de Devora antes de que sea demasiado tarde—respondió Cobra, mostrando determinación en su rostro.

Mientras tanto, Pablo y Samuel estaban nerviosos, pero confiaban en la protección que les brindaba Cobra y su equipo. Organizaron un plan de escape en caso de que fueran descubiertos y se mantuvieron alerta en todo momento.

Pedro, por su parte, se preparaba para enfrentar a Devora y desmantelar sus planes malévolos. Sabía que debía actuar con astucia y rapidez para poner fin a la amenaza que ella representaba para su familia.

Así, entre reuniones secretas y preparativos de seguridad, la casa de Pablo y Samuel se convirtió en un fortín de protección, listo para enfrentar lo que sea que Devora pudiera traer. El juego del gato y el ratón estaba en su punto más álgido, y solo el tiempo diría quién resultaría victorioso.

Cobra había reunido a su equipo y habían reforzado la seguridad en el perímetro de la casa. Estaban listos para enfrentar cualquier situación que se presentara. Mientras tanto, Pablo y Samuel seguían planeando cómo hablar con Angie y Melissa, pero confiaban en que Cobra los mantendría a salvo.

Pedro estaba decidido a acabar con Devora y estaba dispuesto a arriesgarlo todo para proteger a su familia. Infiltró a varios hombres en el círculo de Devora, recopilando información sobre sus movimientos y planes.

A medida que pasaban los días, Pedro se iba familiarizando con la rutina de Devora y lograba anticiparse a sus movimientos. Sabía que debía actuar con prudencia y esperar el momento adecuado para atacar.

Por otro lado, Cobra estaba cada vez más tenso, sabía que Devora era un enemigo poderoso y no podía subestimar su peligrosidad. Se mantenía alerta en todo momento, vigilando cada rincón de la casa y preparado para enfrentar cualquier amenaza que pudiera surgir.

Mientras tanto, Pablo y Samuel finalmente empezaron a hacerse cargo de su empresa. Llegaban temprano y se iban un poco tarde todas las noches, agarraban sus motos y llegaban a la casa de sus esposas, las miraban un rato y se iban.

Angie sentía en su corazón que Pablo estaba cerca de ella, tenía ese presentimiento desde que vio esas motos hace días. Por el lado de Melissa, ella soñaba con Samuel, abrazándola y susurrándole que ya estaba de vuelta junto a ella.

Mientras tanto, Angie y Melissa, ambas mujeres, sentían la presencia de sus esposos de forma casi física; sabían que algo estaba por suceder. Angie se aferraba a la esperanza de que Pablo regresara a su lado, mientras Melissa anhelaba que Samuel la abrazara de una vez por todas y regresara a su vida.

El destino de todos ellos parecía estar entrelazado de una manera que no podían comprender completamente. Las piezas del rompecabezas se estaban moviendo lentamente hacia su lugar, preparándose para el reencuentro de estas dos parejas que se aman y anhelan estar juntas de nuevo...

Continuara...