Soy Azahara y os voy a contar mi historia, aunque no lo creáis, todo lo que os voy a decir es real.
Nunca imaginé que dejaría mi casa, mi ciudad, mi familia y amigos, en fin en dejar mi vida para empezar otra en un lugar diferente donde solo conozco a un par de amigas y lo que menos esperaba era todo lo que me deparaba el futuro con seres increíbles pero reales.
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Capítulo 12. ¿Nos quedamos?.
Azahara.
Cuando Unai se va, siento que la cocina queda vacía sin su presencia, pero no solo la cocina, también me siento vacía por dentro, no llego a entender porque, apenas lo conozco y siendo sincera es un chico que me llama la atención, pero no es el típico tío del que me enamoraría, se ve que es posesivo, dominante, y diría que hasta celoso, pero también entiendo que sea así ya que es el Alfa de la manada, por su cargo le toca ese papel.
Una vez que terminé el desayuno vuelvo a mi habitación, la organizo y la dejo tal y como estaba, cuando me dirijo al baño para darme una ducha la puerta se abre y lo primero que oigo son las risas de las chicas, me quedo parada mirando, el que me dejaran aquí no me agrado, podían haberme despertado para que las acompañara.
- Ya estás despierta. - dijo Ariadna soltando bolsas en la cama.
- Ya llevo rato de haberme levantado, pero vosotras ya no estabais para verlo. -
- No te enfades, vivimos a verte, pero estabas dormida, te dejamos descansar, ya que apenas lo hiciste después del viaje. - Nataly se sentó en la cama tras soltar ella también varias bolsas.
- No te enfades con ellas. - hablo Helen después de cerrar la puerta. - me dijeron que venías de un viaje largo, y al verte descansar fui yo las que les pedí que me acompañaran. - su mirada era dulce. - mi hermano regresó de un viaje de varios meses, quiero darle una fiesta de bienvenida, así que les pedí ayuda.-
Me sentí mal por enfadarme, pero no me gustó que me dejaran sola, además Helen sabía que su hermano estaba aquí y no le importó que al despertar me encontrará con él a solas.
- Al menos podían haberme mandado un mensaje diciendo que se habían ido y que Unai estaba aquí, me dio mucha vergüenza ir así a la cocina y encontrarme con él. - aún llevaba puesto el camisón.
Se miraban una a la otra sin saber que decir, solo a Helen le vi como ocultaba una pequeña sonrisa.
Al fijarme en ella puede ver que se le parecía un poco a Unai, sus ojos eran verdes y su cabello moreno.
#Helen#.
Todas seguían en silencio, era como si no supieran que decir o tal vez sí lo tenían, pero no sabían cómo decirlo.
- Sinceramente, no caímos en eso. - Helen era la única que hablaba. - por mi hermano no te preocupes, es lobo, pero no se come a nadie, o eso creo. - se le escapó una risa.
- Más le vale a ese lobo tener su hocico y sus zarpas lejos de mí. -
Helen se sentó con las chicas en la cama sin decir nada más.
Ariadna se tocaba su largo cabello castaño, Nataly, en cambio, al tener el pelo corto trataba de poner tras su oreja un mechón de pelo, eso solo quería decir una cosa, algo tramaban esas tres.
#Ariadna#.
#Nataly#.
- A Helen no la conozco, pero a vosotras dos si, y algo me queréis decir, así que id al grano, no le deis más vueltas. -
Ariadna se levantó poniéndose frente a mí.
- Helen nos ha invitado a pasar el fin de semana aquí, esta noche saldremos a tomar algo, mañana iremos con unos amigos y el domingo le haremos una fiesta de bienvenida a Unai y como tú te quedarás un tiempo la fiesta también será para ti. - apenas se le escuchaba.
- Entonces, ¿nos quedamos?. - ¿pensaban quedarse aquí todo el fin de semana?, y yo queriendo salir lo antes posible para perder de vista a Unai.
- No tenemos nada pensando, lo pasaremos bien, además así tendrás tu fiesta de bienvenida. -
- Una fiesta compartida con Unai, que divertido. - dije con ironía.
- Así habrá más gente, él no te dirá nada, de seguro que no se acerca a nosotras estando aquí sus amigos, solo aquí puedo hacer las fiestas. -
- Por la ropa no te preocupes, hemos comprado todo lo necesario para no tener que ir a casa y volver, es un regalo de Ariadna y mío. - señaló las bolsas que había en la cama.
- No hacía falta, pero gracias, veo que ustedes están encantadas de estar aquí, así que contad conmigo, solo espero no arrepentirme luego. -
Todas dieron un grito de alegría, casi me dejan sorda.
Esperaba que fuera verdad, que Unai no se arrimara, después de la conversación que tuvimos y de lo que sentí lo quería lo más lejos posible de mí, aunque tenía que hablar con él y decir si acepto o no entrar a su manada.
Las chicas sacaban la ropa de las bolsas y hacían montones separando lo que era de cada una, mientras yo estaba sumida en mis pensamientos.