Alina se encuentra en una situación desesperada.
No solo perdió a su esposo debido a algún malentendido que incluso si ella lo quiere aclarar solo lo oscurece más, sino que sus amigos y madre le dan la espalda.
Con un niño en brazos y otro en el vientre, Alina debe enfrentar un sinnúmero de situaciones que harán su vida difícil.
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Mi familia
Cuando regresé al departamento en donde estaba viviendo y contemplé aquel carrito rojo que Andresito tanto amaba, no pude evitar romperme.
Aún no podía creer que había estado a punto de perder a mi hijo.
¡Dios!
El dolor en mi pecho era demasiado intenso que por un momento pensé que estaba a punto de tener un ataque cardíaco.
— ¡Mi hijo! ¡Mi hijo! — susurré entre sollozos.
Pensar en lo que le pudo haber pasado me estaba volviendo loca. Realmente, no sabía que sería de mi vida sin mi bebé.
No supe el tiempo exacto en que lloré, las horas, los minutos o segundos, todo era irrelevante para mí.
Me levanté del suelo junto con el carrito de mi hijo y me dirigí hacia mi habitación para guardar algo de ropa para él y para mí.
Sacudí la cabeza mientras pensaba en qué esto no debería estar haciéndolo sola, no debería estar sola.
Justo cuando terminaba de meter en la bolsa todas una tarjeta cayó al suelo, era la tarjeta que me había dado aquella mujer.
Torcí los labios mientras la recogía del suelo.
— No pienses en tonterías, Alina — me reprendí — No importa cuan costoso sea el tratamiento, debe haber otra manera.
Luego de que dije aquello, guardé la tarjeta en el cajón derecho de mi ropero para luego salir de casa.
Cuando iba saliendo a la parada para esperar un taxi e ir al hospital.
Esa mujer apareció de nuevo ante mis ojos.
Aquella mujer que quería hacerme fotos de desnudos.
— Nos volvemos a encontrar — comentó con una sonrisa en el rostro.
No pude evitar ponerme a la defensiva ante sus palabras.
Yo no creía en las coincidencias.
— ¿Me has estado siguiendo? — cuestioné mientras sacaba mi teléfono celular y marcaba el número de la policía — Te voy a denunciar si sigues apareciendo ante mí — espeté.
Aquella mujer de la que no recordaba su nombre, levantó las manos en señal de defensa.
— Tranquila, no te voy a hacer daño, solo escúchame. Sé que es raro lo que te estoy pidiendo. Pero, realmente, deseo que te conviertas en mi musa. Busca mi nombre en Google y verás que no te miento, ahí también tengo algunas muestras de mis trabajos. Te prometo que todo es artístico, cielos… no soy una pervertida.
Ante su explicación levanté una ceja.
— Eso es lo que dicen todos los pervertidos — dije entre dientes — Por favor, déjame en paz, no voy a aceptar su propuesta. Ahora necesito irme.
Luego de que dije aquello, extendí la mano con la intención de detener un taxi que pasaba por ahí.
— En serio, no soy una mala persona, busca mi nombre en internet y verás que soy una persona seria, no hay nada vulgar en mi propuesta ni estoy tratando de estafarte. Realmente, me gusta mucho tu rostro. Piénsalo.
Sacudí la cabeza mientras entraba al taxi.
¿Por qué estaba siendo tan insistente?
Pronto mandé al fondo de mi mente todo el intercambio que tuve con aquella mujer.
Tenía muchas cosas en mente como para pensar en los delirios de ella.
***
Cuando llegué al hospital, Scarlett se encontraba hablando con el doctor a cargo del caso de Andresito.
La expresión de ambos era seria por lo que no pude evitar sentirme ansiosa.
— ¿Qué pasó? — cuestioné — ¿Qué le pasó a mi hijo, Scarlett? — añadí.
Scarlett sonrió de manera tranquilizadora.
— Está bien, no te alteres, Alina.
Suspiré de alivio ante su respuesta.
— Entonces, ¿por qué tienen esas caras?
El doctor miró de Scarlett a mí antes de hablar.
— Solo le estaba explicando el cuidado que debe tener en el futuro. Su situación es algo grave, Sra. No le voy a mentir, quizás en un futuro necesite hacerse una cirugía o incluso un trasplante de corazón. Mientras tanto, debe cuidar la alimentación y estado de ánimo del niño. Realmente es algo extraño que su estado se agrave sin ningún síntoma previo o algún indicio de enfermedad. Al revisar su historial clínico, puedo ver qué nació con un pulso y peso saludable.
Bajé la mirada ante las palabras del doctor.
Yo tampoco lo sé.
No sé cómo fue que mi hijo se enfermó de esta manera.
No lo sabía.
— ¿La cirugía será demasiado costosa? ¿Hacer un trasplante es siquiera posible, he escuchado que la lista de espera es inmensa? — pregunté.
El doctor suspiró mientras me miraba de pies a cabeza.
— Sí, es costosa, entre $50.000 a $100.000 dependiendo de la gravedad del paciente.
Eso era mucho dinero, dinero que no tenía ahora.
— Por el momento tu hijo no necesita ninguna cirugía complicada. Esperemos que su estado no empeore. En cuanto a un trasplante de corazón… eso es aún más costoso, pero por el momento tu hijo no lo necesita. Andresito parece ser un niño fuerte y valiente.
Aunque sus palabras me consolaron, no pude sentirme tranquila. No podía estarlo al menos hasta que mi hijo salga del hospital.
— Muchas gracias por todo, doctor — susurré mientras rogaba para que mi bebé estuviera bien.
— El doctor me explicó que hay algunas fundaciones que ayudan a los niños con enfermedades como el cáncer, que pueden ayudarte, Alina con el costo de los medicamentos — explicó Scarlett con una sonrisa una vez que el doctor se alejó de nuestro lado.
— ¿Crees que me ayudarán?
— No perdemos nada con intentarlo — respondió Scarlett — ¿Trajiste todo lo necesario?
Asentí mientras caminaba en dirección a dónde se estaba quedando mi hijo.
— Las chicas te mandan mucha fuerza y ánimo. Ellas querían venir, pero les dije que no lo hagan, ellas… ellas recolectaron algo de dinero para los medicamentos de Andresito. Si ves Alina, el mundo no está tan perdido como parece.
Me sentí tan conmovida por todo, que realmente estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no echarme a llorar.
Por primera vez en mucho sentí que ya no estaba sola.
Estás personas que había conocido solo por algunas semanas, me habían dado el calor que siempre anhele tener, no solo eran compañeras de trabajo o amigas, eran lo que se suponía que era la familia.
Mi familia.
Hola, pequeña reina, gracias por leer, no te olvides de dejar un like o comentario, con amor, Erica.
y luego a un segundo hijo...
ya era más que irresponsable traer a un tercero...
desde el primero nacido así lo mejor es la esterilización...
fue ese mal nacido obsesionado.???
no lo puedo creer
andresito no tiene porque seguir sufriendo ese suplicio.
que torture a la vieja bruja para y le diga que le dio para abortar...
es sencillo
no creo
Ojalá la encierren por desgraciada
tonta al pensar que la gente cambia de un día para otro.
tiene una obsesión enferma
esos mendigos fueron
pero debe ser su hermano
pobres
los persigue la calamidad.