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Capítulo 19
El cuadro de pintura solo era parte de la exhibición, aunque varios trataron de hacerse con ella, no podían adquirirla.
Sería parte de una gran subasta que se llevaría a cabo en unos meses.
El autor y nombre de la pintura eran desconocidos, un objeto muy valioso al tratarse de una rareza que databa de hace siglos.
Y como era de esperarse, varias de las personas presentes empezaron a registrarse para formar parte de la subasta y obtener un número de comprador.
"¿No vas a registrarte?, te veías muy interesado", preguntó Lucien.
"Tal vez deba intentarlo, pero no ahora", respondió Emmett.
Aparte de llamar su atención, ese cuadro de pintura le provocaba un raro sentimiento de pesar.
Pasado el evento, todos se dirigieron a otro salón en donde se organizó un delicioso banquete, oportunidad para muchos de obtener alianzas entre empresas.
Con una amplia gama de postres y pasteles, el gran centro de mesa era el anfitrión principal.
Emmett y Lucien pasaron al salón para disfrutar del delicioso banquete.
Como Emmett era alguien conocido, no faltó tiempo para que varias personas se reunieran a su alrededor para conversar con él.
Se saludaron entre sí, Lucien fue presentado como el hijo de la familia Klein por Emmett, y se presentó a sí mismo como su acompañante.
Todos los presentes charlaban tranquilamente, cuando de repente se oyó un fuerte estruendo proveniente del centro de mesa de postres.
Varias bandejas habían caído al piso provocando un gran estruendo, los deliciosos postres y pasteles se encontraban regados sobre el piso.
En un apuro, varios meseros comenzaron a levantar las cosas y limpiar el espacio.
"Que pena, espero que nadie se haya lastimado", dijo Lucien viendo de lejos el ajetreo.
Al ver a los jóvenes meseros ajetreados, Emmett caminó hacia el lugar para prestar su ayuda, sin embargo, fue detenido por un hombre quien era el director de la empresa "x".
"Es bueno verlo aquí Señor Howell", saludó el hombre regordete.
"Buenas noches", saludó también Emmett.
"Por lo visto ya tiene un acompañante, es una pena, planeaba presentarle a mi hermosa hija", rio el hombre.
Aparte de conexiones empresariales, estos eventos también funcionaban para buscar conexiones familiares.
Emmett se quedó escuchando al hombre hablar y cuando volteó para ver la situación del accidente, ya nadie estaba en el lugar, los meseros habían vuelto a ponerse a trabajar, todo se veía normal.
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"Gracias otra vez por acompañarme", agradeció Lucien al terminar el evento.
"Tendría que ser yo el agradecido por la invitación", sonrió Emmett.
Salieron del salón en junto con un grupo de personas y se dirigieron al aparcamiento para subir al auto.
Antes de llevar a Lucien a casa, Emmett se detuvo cerca de una pastelería.
"Debería comprar un presente para tu madre", dijo el alfa y salió del auto.
Lucien bajó tras él e ingresaron juntos.
Esta era una famosa pastelería conocida por su buen servicio y productos de alta calidad, era la misma empresa que se había encargado de llevar sus postres y pasteles al evento de exhibición de pintura.
"Los pasteles aquí son deliciosos, la empresa de mi padre es cerca de este lugar, así que suele traerme algunos bocadillos a casa", contó Einar.
"Entonces, me ayudarás a escoger el pastel favorito de tu madre", dijo Emmett.
Al cabo de unos minutos, ambos salieron de la tienda con un delicioso pastel de profiteroles muy bien empaquetado en una hermosa caja.
"Gracias, a mi madre le gustará mucho", sonrió Lucien.
"Espero que lo disfrute", sonrió también Emmett.
Cuando se dispusieron a subir al auto, Emmett volteó a ver hacia un lado de la calle de repente.
"¿Pasa algo?", preguntó Lucien mirando también en esa dirección.
"... No, no es nada", respondió Emmett y subió de vuelta al auto.
Se alejaron rápidamente por la avenida y desaparecieron a lo lejos.
El joven que se encontraba escondido en la esquina del callejón, se asomó para ver si las dos personas ya no estaban ahí.
Al ver que no había rastro de ellos, el joven se dejó caer apoyado en la pared hasta quedar sentado sobre el suelo.
Ocultó su rostro entre sus rodillas y pronto su respiración se volvió agitada haciendo que su cuerpo temblara.
"Mmm, ya sea muerto o vivo siempre terminas llorando", dijo el hombre de túnica roja quien apareció al lado del joven.
"... (Sniff), eres malo, eres alguien cruel", pronunció el joven con llanto.
"¿Yo cruel?, no, no, no, solo soy justo, tú rompiste un contrato y yo solo cumplo con mis deberes", declaró kisho.
"... Mentiroso, (sniff), solo te diviertes jugando conmigo", continuó llorando el joven.
Al momento de romper aquel contrato y dejar en libertad a su ser amado, Yeisan creyó que descansaría para siempre como debió haber sido desde el principio.
Más se encontró acostado sobre la cama dentro de una extraña habitación en cuanto abrió los ojos.
No entendía que sucedía, y cuando trató de ponerse de pie, terminó cayendo sobre el duro piso al no ser capaz de controlar sus piernas.
Por primera vez en muchos años, sintió dolor al momento de chocar contra el suelo, esa sensación olvidada recorrió todo su cuerpo al igual que el dolor.
Impactado por el suceso, se miró ambas manos y tocó su rostro, el toque en sus manos se sintió cálido, repasó sus ojos, su nariz, su cabello, sus labios, podía sentir todo.
Sabía que era esto, tenía un nuevo cuerpo, una vida, pero aún conservaba todos sus recuerdos.
Sobre el frío piso, las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos, las húmedas y cálidas lágrimas empañaron todo su rostro rápidamente.
No lo merecía, no merecía tener una vida, pero lo más desgarrador fue saber que Emmett pertenecía a esta vida, era el mismo alfa que dejó en libertad, pero sin sus recuerdos.
"Aunque escuche tu nombre, pronuncie tu nombre, o si llega a verte o tocarte, no recordará quien eres, serás un desconocido para aquel que liberaste, ese será tu castigo"
Fue lo que dijo kisho con una gran sonrisa.