— Puedo hacer cualquier cosa, excepto ser tu amante.
— Supuse que dirías eso. Pero no te preocupes, no quiero que seas mi amante. — Olga deja escapar un suspiro. — Quiero que seas mi esposa.
— ¿Qué? — Su voz sorprendida suena entre las cuatro paredes.
— Dijiste que puedes aceptar cualquier cosa. — Erick le da una mirada retadora.
— ¿Cuánto tiempo durará el matrimonio?
— Hasta que te enamores de mi. — Olga lo observa desconcertada.
NovelToon tiene autorización de Regina Cruz C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Las quiero a las dos.
Por la noche, Olga cena en su habitación, después acuesta a su hija y entra a la cama. Erick llega unos minutos después y se acuesta a su lado.
— ¿Qué puedo hacer para que me quieras de verdad?
— ¿Por qué te interesa mi cariño?
— Por qué yo te quiero.
— Es por eso, ¿O por Lilia?
— ¿Qué tiene ella que ver?
— Dímelo tú. ¿Quieres estar conmigo por ella?
— Es por ambas. Las quiero a las dos.
— Eres su papá, y no te puedo impedir que la quieras, pero yo no quiero tu cariño.
— Aunque no lo quieras, ya lo tienes. Y no sólo mi cariño, también tienes mi amor, por qué yo te amo. — Olga lo observa desconcertada.
— Te dije que no quería más mentiras.
— No es una mentira. — Erick le toma sus manos. — Te amo con mi cuerpo y mi alma, te amo en mis alegrías y en mis tristezas, te amo de una manera inexplicable, te amo cómo jamás imaginé amar a nadie. — Erick se acerca a ella y le da un beso. En un principio no es correspondido, pero al paso de los segundos Olga lo acepta.
— Me gustaría creerte. Pero tengo miedo.
— ¿Miedo de qué?
— ¿De que va ser? No quiero enamorarme y que me abandones. Como siempre ha sido tu plan.
— Ese nunca fue mi plan. Mi plan siempre fue enamorarte para quedarme a tu lado. No para abandonarte.
— ¿Y por qué no me lo dijiste?
— Por qué no me hubieras creído. No confías en mí. Ni siquiera ahora.
— En eso tienes razón. Todavía no confío en ti.
— Te voy a dar una prueba de mi amor.
— ¿Qué?
— Me vine a vivir contigo. Al campo, y sabes bien que no me gusta el campo.
— No es cómo si salieras mucho. Todo el tiempo estás en la casa.
— Acepte el reto que me pusiste, y en parte, fue para impresionarte. Parece que no lo logré.
— Más que impresión, me divertí al verte lleno de tierra y con sudor. — Olga recuerda eso y se ríe, Erick también se contagia.
— Olga. — Ella observa sus ojos. — Dame una oportunidad, quiero reparar mis errores. Quiero ser un buen padre para Lilia, un buen esposo pará ti. Sólo las tengo a ustedes, no quiero perderlas. — Olga todavía no sabe si debe confiar.
— Espero de corazón que no estés jugando conmigo.
— Te juro estoy siendo muy sincero. — Erick le da un beso en la mejilla. — Te amo. — Olga lo observa sin decir nada, luego se da la vuelta y cierra los ojos. Quiere dormir para no pensar. Al día siguiente, Olga retoma su rutina, se levanta a las cuatro de la mañana y sale a trabajar, Erick se despierta más tarde y ve su lugar vacío. Se pregunta si ella está enojada con el. Para averiguarlo va a buscarla, ella está en uno de sus huertos, recogiendo tomates. — Buenos días.
— ¿Qué haces aquí? — Pregunta sorprendida.
— No te ví salir. — Erick va junto a ella y la abraza. — ¿Por qué me dejaste sólo?
— No hables cómo si fuera la primera vez.
— Desde hace unos días no lo hacías.
— No quería dejarte sólo con mi hija.
— Nuestra hija.
— Perdón, es la costumbre.
— ¿Por qué hoy si me dejaste sólo con ella?
— Por qué intentó confiar en ti, en qué no me la quieres quitar.
— Jamás haría eso. Eres su madre, y no quiero verte sufrir.
— Eso quiero creer. Por eso te deje con ella.
— Pensé que estabas enojada.
— Ya viste que no.
— Me gusta despertar y verte. Ya no me dejes sólo.
— Si te gusta, levántate temprano. Por qué yo tengo obligaciones.
— ¿Y si contratas a otra persona? Yo puedo pagarle.
— No gracias. Voy a contratar el día que yo pueda pagarle.
— ¿Por qué no aceptas mi ayuda? ¿todavía no me crees verdad?
— Una cosa es nuestro matrimonio, y otra los negocios, yo no voy a opinar sobre el manejo de tu empresa, y tú no vas a opinar sobre mi granja. ¿Estamos de acuerdo?
— No mucho. — Contesta en tono molestó.
— Deberías irte a trabajar.
— ¿Tú qué harás?
— El desayuno, ¿quieres chilaquiles o entomatadas?
— Chilaquiles.
— Bueno. Entonces haré entomatadas.
— Pero...
— Ya sabes que me gusta llevarte la contraria. — Erik niega con la cabeza y se ríe.
... Olga llega a la cocina y le pide a Hilda que la ayude a preparar el desayuno, ella hace el jugo de manzana, mientras Olga se pone a cocinar.
Una hora después sube por su hija, ella está muy contenta en los brazos de su padre.
— Di, te amo.
— Amo. — Pronuncia la pequeña con dificultad.
— Te amo. — Le dice Erick mientras besa su mejilla.
— Amo. — Vuelve a decir la pequeña. Olga sonríe y Erick nota su presencia.
— Amor ven. — Ella se sorprende por la manera en que la llamo. Erick al verla inmóvil, camina hacia ella y toma su mano. — Nuestra hija cada día habla mejor.
— Ya lo noté.
— Mamá. Amo. — Lilia le saca una enorme sonrisa a Olga. Ella la toma en sus brazos y la besa.
— Yo también te amo mi vida.
— Papá, amo. — Erick y Olga se observan por unos minutos, ambos se dan una sonrisa genuina y toman sus manos.
— Me encanta tener una familia contigo. — Confiesa el. — Ojalá un día podamos hacerla más grande. — Olga se queda perpleja al escucharlo.
— Ya está el desayuno. ¿Tienes hambre? — Pregunta a Lilia.
— Chi. — Contesta la pequeña.
— Entonces vamos. — Olga baja a la cocina con la bebé.
felicidades autora