Bianca solo tiene un deseo: poder y respeto. Dante se lo concederá. La convertirá en su esposa y lo que en un inicio fue por conveniencia se transformará en algo mucho más fuerte.
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Conocerse.
DANTE
—Ya largo.
Los demás hombres se levantan y empiezan a salir del despacho después de algunas horas. La reunión, por fin, había finalizado. Exactamente, han pasado 4 horas y ya estaba desesperado por no ver a Bianca.
—Antón—lo detengo—voy a aumentar la seguridad para Bianca. Creo que... June es uno de confianza. Habla con él y mañana iniciará en su nuevo puesto.
—Si señor.
—¿Todo bien en la salida?
—Si capo. Nada fuera de lugar. Solo quisiera saber, si me lo permite—alce la mirada—¿Hay algo que la señora tenga prohibido?
—No. Ella puede hacer lo que se le dé la gana.
Él asintió y salió del despacho. Después de terminar con todo, deshice el nudo de mi corbata y caminé hacia la habitación. Revisé en el camino que todos los guardias estuvieran en sus puestos y así es. La mansión Rossi es la más segura de toda Calabria.
Entre la habitación sin tocar. Deje el abrigo de lado y alce las mangas de mi camisa.
—¿Bianca?—hablé.
—Estoy en el armario.
Me dirigí para allá y la encontré con las bolsas de ropa en el suelo y probándose lo que había comprado.
—¿Qué tal? ¿Te gusta?
Camine hacia ella y pase mis dedos por su hombro, tocando la tela que es de satín. Cae sobre su cuerpo marcándolo tal y como es frente al espejo.
—Dante ¿No te gusta?
Voltea a verme y en esos ojos verdes la tristeza aumenta. Mierda no. No quiero verla así.
Guarde las manos en los bolsillos y conteste:—No, me gusta. Todo lo que te pongas se te vera bien.
Ella sonríe levemente y me abraza.
—Gracias me encanto. Nadie ha tenido estos detalles conmigo.
—Soy tu esposo. Soy el único que lo hará.
—Voy a cambiarme.
Asentí y ella volteó y me miro por el espejo. Oh, ya entendí. Volteé y salí del armario, no sin antes tomar un pantalón de chándal. Me metí a la ducha y me preparé dentro del baño para dormir. Estoy demasiado cansado y mañana tengo que salir temprano.
Cuando salí de la ducha, Bianca aún seguía en el armario. Me acerqué en la cama y decidí acostarme, pero antes de perderme en el sueño que amenazaba por llegar había algo más interesante. El celular de Bianca.
Lo vi solo desde la misma posición. Es una versión antigua, pero se prende cuando llegan unas notificaciones. Solo me incline, cambie de posición y casualmente tenía una gran vista a la pantalla.
"Estefan: 8 mensajes"
¿Qué carajo habla este tipo con Bianca?
En ese momento Bianca sale del armario y viene vistiendo una camisa y un short de satín, trae en su mano izquierda una de las bolsas y lo deja en el sofá cerca a la entrada.
—¿Qué pasa? ¿No te gusto?
—Es que... no me queda bien.
Fruncí el ceño.
—No puede ser. Eres bastante hermosa para que algo te quede mal.
Baje de la cama y tome el vestido de la bolsa. Es color rosa pálido y tiene un escote en la espalda. No suele ser de mi gusto, pero ella lo escogió y el color le quedaría bien.
—Pruébatelo y muéstrame.
—Dante... estás cansado.
—Claro que no. Anda, hazlo y podemos acostarnos.
—Quiero dormir.
Algo sucede. No soy un tonto.
—¿Me estás ocultando algo?—ella se mantiene en silencio y aumenta mis sospechas.
—Te dije que no.
Golpeo el suelo con su pie en modo de protesta.
Quise reírme por el gesto, pero solo mantuve una expresión neutra y terminé por aceptar su decisión.
—A dormir.
Lo deje pasar esta vez. Sea lo que sea que me oculte, lo sabre después y ella no podrá evitarlo.
Nos acostamos en la cama y ella me enseñó la espalda. Su camisa de dormir es demasiado grande y me deja ver una parte de su espalda, aunque no es más que un par de centímetros, es suficiente para ver unas cicatrices.
¿Qué carajos ha pasado Bianca?
Aunque tuve mucho sueño al inicio después de verla,, no pude dormir bien. Desperté en ratos y me dediqué a verla, que no se sintiera incómoda o molesta. Y no, no se sentía ninguna de las dos, sino todo lo contrario.
Voy a ganarme la confianza de Bianca y descubriré quién fue, aunque ya tengo mis sospechas enterraré mi daga en el entrecejo del responsable.
BIANCA
Dante me ha prestado su portátil para buscar alguna casa, aprovechó también para descargar algunas canciones en mi MP3. Antón se mantiene tras de mí y también June, es mi nuevo guardaespaldas. Aunque no entiendo el porqué son importantes estando en casa, Dante no quiere que me separe de ellos.
Después de dos largas horas buscando encontré una que me gusto. Es una casa de dos pisos, tiene esa pinta de ser rural y queda en una zona un poco alejada. Parece estar llena de paz y silencio. Envíe un correo y pregunte por información. Esperaba que pronto respondieran para enseñárselos a Dante.
—Voy afuera, Antón.
Él asintió y vinieron tras de mí. Bajamos hasta la terraza y fui colocando el MP3 para escuchar música. Me sentí feliz al saber que si funcionaba como dijo el chico de la tienda. Camine por toda la terraza con el MP3 guardado en el bolsillo y con el celular en las manos.
Tengo varios mensajes a Estefan.
"¿Cómo va todo con Dante?"
"¿Te ha hecho daño?"
"Estoy preocupado por ti. Respóndeme Bianca"
"Loretta está como loca. Le rogó a papá para que deshiciera el matrimonio. Me ha dado mucha risa verla hacer su pataleta y que papá no pudiera darle lo que quisiera por primera vez"
"Te enviaré el video. Si tienes un mal día puedes verlo"
Reproduje el video y no pude contenerme la risa al ver a Loretta en el suelo, llorando y con papá intentando consolarla. Ah, qué insoportable.
"Papá le prometió una escultura de diamantes para su cumpleaños. Solo así se calmó"
"Pronto iré a verte. Papá viajará a Francia con Loretta para que se entretenga y aprovecharé en ir a verte".
El único que se preocupaba por mí es Estefan. Me sentí un poco feliz de saber que alguien lo hacía, no obstante, Dante también parecía hacerlo.
Le intereso mis sueños, que me sienta cómoda y me dejo en claro que no tendría putas. Le creo, aunque suelo sentirme un poco tonta. Dudo mucho que soporte y dure sin sexo.
Antes siempre pensaba en él, en que me viera y que me conociera. No pensé que eso iba a suceder algún día. De todos los hombres con los que papá pudo casarme, Dante tiene poder, un poder que comparte conmigo y conoce el significado de lealtad y respeto. Es atento y atractivo, demasiado atractivo. Hoy amanecí con una mano sobre su abdomen y al levantarme sentí su duro abdomen.
La canción that's so true había comenzado. Oh, es mi favorita. Alce el volumen y cuando me levanté para bailar en el jardín, vi a Dante llegar.
—Hola—se acerca a mí y me saluda con un beso en la mejilla—deshice algunas reuniones para enseñarte toda la propiedad.
Me quité los audífonos y le puse atención.
—Claro, me gustaría mucho.
Él extendió la mano y en ese momento decidí corresponder el gesto. Dante parecía ser un hombre peligroso e intimidante, pero conmigo es diferente. Es atento. Eso me gusta. Hace que este matrimonio por conveniencia no ande mal.
Aún debo ganarme la confianza de Dante.
Necesito que él confíe ciegamente en mí.