Se supone que enamorarse te lleva a las nubes, pero Ariel no tiene experiencia en ese tema. ¿Qué debes hacer cuando tienes pretendientes que quieren conquistar tu corazón? ¿Cómo debes reaccionar cuando uno de ellos te rompe el corazón? Ariel tendrá que explorar su corazón romántico para poder tener su primer romance de verdad y así lograr ser feliz de verdad.
NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
QUE NO DUDE DE SUS SENTIMIENTOS
...Dos meses después......
El tiempo se ha encargado de ayudarme a no pensar tanto en cosas románticas. Mis padres también han sido una buena influencia en mi estado de ánimo y sobre todo, ahora disfruto más de mi soledad sin estar presionado por querer aceptar que alguien pretenda hacerme sentir cosas de enamorado.
Frente al espejo está, un muchacho guapo, con un traje negro y sus anteojos redondos. ¡Me siento chido!
—¡Hey! Te ves bien, ¿dónde quedo el Ariel que sale de cacería? —Pregunta mi primo.
Hiram también se ve chido, el traje que él usa es de color gris.
—El Ariel cazador vive adentro de mí, ahorita estoy en mi versión de gala —me pongo bálsamo labial—. Tú también te ves guapo, a Elena le vas a gustar más que antes.
—¡Excelente! Pues es hora de irnos. Quede en llegar una hora antes para poder tomar fotos de los invitados y demás.
Alguien llama a la puerta de mi habitación. Cuando abro, no puedo creer que él esté aquí. ¡Me da tanto gusto verlo! Me abalanzo sobre él, lo aprieto a mí de la emoción y siento su calidez.
—Pensé que no ibas a venir, mi hermana dijo que te había surgido un inconveniente.
—Yo le dije que te dijera eso, quería sorprenderte.
—Pues sí, me sorprendiste —confieso.
Hium se dejó la barba, se ve más adulto, pero luce muy guapo.
...🩵🩵🩵...
La boda está fluyendo de forma natural. Todos están felices y contentos por la unión de Marcos y Jimena. Son las cinco de la tarde, el viento sacude las ramas de los árboles del jardín, el nuevo matrimonio está por bailar su vals. Hiram es el fotógrafo, Elena está detrás de él y mis padres están contentos por lograr que otra de sus hijas se haya casado bien.
La melodía que eligieron como su vals es una canción de Latín Mafia, Patadas de Ahogado. Me levanto para grabar un poco del baile.
...Apapáchame la vida entera......
Y a medio vals, quiero salir de allí. Me dirijo a la cocina del salón de eventos, encuentro la caja de botellas de tequila y agarro una sin miedo. ¡Quiero beber!
—Ariel —su voz me captura.
—Rodrigo —mi tono es neutro.
Quiero irme de allí. Desde la vez que él iba a besarme, desde ese día antes de que yo me fuera a Cancún, no hemos vuelto a hablar. ¡Lo he estado evitando a toda costa! No hay nada de lo que tengamos que platicar.
—¿Podemos hablar?
—No, no podemos.
—Ariel.
Siento que me persigue, que me acorrala contra la puerta de la cocina.
—Dame tiempo, aún no termino de asimilar que estás casado con mi hermana.
—Sé que fui un imbécil contigo, no era mi intención...
—No me digas más. Ahora no importa. Tú y yo solo somos cuñados y ya. Respeta esa línea que tú mismo creaste con tus aciones y no pienses más en mí de forma romántica. ¡Yo ya te estoy superando!
La puerta se abre y Hium está detrás de mí. Sus manos me sujetan por la espalda y se da cuenta de la tención que existe entre Rodrigo y yo.
—¿Todo bien? —Le pregunta Hium a mi cuñado.
—Todo en orden.
—¿Quieres salir a caminar? —Me pregunta Hium, sigo sintiendo sus manos en mi espalda.
—Claro.
No dudo ni un segundo y me giro para tomar su muñeca izquierda. Salimos por la puerta trasera de la cocina.
Afuera, me siento libre, caminamos hasta el límite del jardín, justo donde inicia el bosque.
—¿Quieres caminar por el bosque? —Le invito—. Traje una botella de tequila.
Sus labios se dibujan en una sonrisa.
—Está bien. Llévame a conocer el bosque.
El atardecer es perfecto entre los árboles. Los rayos de luz tienen más nostalgia a medida que el sol comienza a meterse. Bebo un poco de tequila, quiero alegrarme la vida un poco este día.
—¿Cómo te ha ido? —Le pregunto.
—Bien. Las cosas van normales, como debe de ser.
—Eso está bien, me alegro.
—¿Tú cómo has estado?
Decido beber un poco más. Mi corazón carga con emociones no expresadas y quiero que el alcohol me ayude a hablar.
—¡No muy bien! Emocionalmente soy un desastre. Físicamente y de salud, estoy perfecto.
Le ofrezco la botella para que él pueda beber.
—¿Por qué eres un desastre? ¿Te puso sentimental la boda de tu hermana?
—En parte sí. Pero estoy aprendiendo a vivir con la ausencia del amor en mi vida.
—¡¿Cómo?! ¿No te quieres enamorar o qué?
Me río. Bebo más tequila. ¡Me embriago!
—Si quiero, pero, justo ahorita no. Y eso parece no importarle a los que fueron mis pretendientes, que ya los estoy superando y vuelven a aparecer en mi vida. ¡Son un dolor de cabeza!
—Bueno, trata de no pensar en ellos. Ahorita estamos en el bosque, salimos un rato a caminar para poder beber a gusto y regresaremos a la boda de tu hermana. ¡Siéntete libre!
—¿Sentirme libre?
—Así es, quiero que bailes y te diviertas. Ya no pienses en ellos, piensa en mí. ¿Entendido?
—Está bien.
Se empina la botella de alcohol a la boca y el líquido brilla con los pocos rayos de luz que se cuelan a través de los árboles.
—Bebe, embriágate un poco.
Le hago caso. ¡Mi cabeza comienza a dar vueltas! Siento que estoy muy eufórico. Sonrió. Él sonríe. Bebemos más. Le pido que ponga música. Fortnight es esa canción que no quiero superar porque sé que me aplica de cierto modo.
—¿Podemos bailar aquí? —No me da pena proponerle, es mi amigo.
—¿Quieres bailar conmigo? —Sus ojos están bonitos.
—Sí.
Me acercó a él, comienza a oscurecer, pongo mis manos sobre sus hombros y me toma de la cintura. La melodía es perfecta y en mi pensamiento, recordé aquella vez que estuvimos en Isla Mujeres. Bebiendo, platicando, superando, respirando, viviendo.
Esta vez estamos más cerca que nunca, recargo mi rostro en la zona de su corazón, su altura es algo que agradecí en este momento. ¡Huele rico! Su perfume es delicioso, el viento comienza a soplar fuerte.
Y en mi mente suenan estas palabras:
...Y te amo, pero me estás arruinando la vida....