EL AMOR DEL CEO

Buenos días jefa, tiene una visita. – Dice Betty algo preocupada.

- Vaya, así que tenía razón. – murmura Alexia, recordando las palabras de esa persona anoche “seguramente mañana vas a tener molestas visitas, suerte con eso” no le dio detalles, pero ella se imaginó quien podría ser y no se equivocaba.

- Está bien Betty, gracias, iré a atender la visita.

Sin más Alexia entra a su oficina y encuentra a una elegante mujer sentada en su silla.

- Así que tu debes ser Alexia, la zorra que se metió con mi suegro para que le dieran este cargo.

- Buenos días señora, no tengo el gusto de conocerla, pero, aunque efectivamente mi nombre es Alexia, creo que se equivoca de persona. – responde Alexia mientras se sienta tranquilamente en el mueble que esta frente a su escritorio.

- Vaya, así que también sabes responder, dime muchachita ¿Quién eres? Y ¿qué es lo que quieres de la empresa de mi familia?

- Señora no crea que tenga porque darle explicaciones, me permito recordarle que el que maneja en este momento el conglomerado es Dante y solo él puede decidir aquí, además obviamente del señor Alejandro y Ernesto Alame. Así que si tiene alguna duda vaya con ellos, a mi déjeme trabajar. Le agradezco. – Dice Alexia con expresión serena y una sonrisa.

Verónica se levantó furiosa y se acercó para declarar:

- Te aseguro que no duraras más de una semana en esta empresa, de eso me encargo yo. – Dicho esto salió, golpeando fuertemente la puerta para dirigirse a la mansión Alame, quisiera ir a presidencia directamente, pero le tiene miedo a Dante así que mejor va con el señor Ernesto no importa que tenga con esa chiquilla no puede ser más importante que ella que es su nuera.

Se preguntarán quien es Verónica, pues esta era la esposa del hermano mayor de Alejandro, primer hijo de Ernesto. Lamentablemente este murió hace muchos años en un trágico accidente, el cual aún no se ha esclarecido, pues ahí muchos detalles que no cuadran, pero ya más adelante sabremos más de esto y como todo se relaciona.

Mientras tanto en otro lugar:

- Señor, ¿a dónde lo llevo?

- Pablo vamos a la casa de mi abuelo, quiero consultar algo con él. – responde Dante serio, arreglando su elegante saco.

- Muy bien señor.

- Pablo, ¿ya tienes la información que te pedí?

- Si señor, está en la carpeta a su lado. – responde Pablo de inmediato, tenía todo lo que Dante le había pedido y es que, de no ser así, su jefe no es un hombre muy piadoso que digamos y sin vergüenza puede admitir que le tiene miedo, pues él lo conoce muy bien y no se le puede culpar ¿quién en el país no le tiene miedo a Dante? y eso que no saben ni la mitad de lo que él sabe sobre su jefe.

- Muy bien. – Con eso Dante toma la carpeta y empieza o leer, para confirmar lo que ya sabía.

- ¿Qué opinas de esto? – Pregunta Dante sin mucho interés.

- Es como usted dijo señor, ella está involucrada y ahí alguien más detrás de todo. ¿Cómo quiere proceder?