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Kozłowski

Kozłowski

Status: En proceso
Genre:Escena del crimen / Casos sin resolver
Popularitas:23.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Oriana Rivera Macías

Kozłowski es un hombre muy interesante, tan interesante que te dan ganas de llorar con su vida.

Aunque parezca alguien normal, ha pasado por muchas cosas en su vida, cosas que han provocado que poco a poco su mente sea distinta a las demás.

Sin saber las personas con quién están tratando, poco a poco irá surgiendo su verdadero ser.

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Capítulo 19

-¿Richard? ¿Qué ondaa?

Richard voltea y observa al dueño de la voz Era su compañero de trabajo, James. Estaba un poco acostado en la barra, seguía sobrio, sólo que cansado.

-Oh, hola James.

Se miran por un minuto entero, ninguno parece saber como reaccionar. Uno porque no desea ni hablar ni con el mismísimo Papa Francisco, y otro que no sabe como diablos iniciar una conversación sin sonar raro por soltar gritos en frente de tanta gente.

-¿Y te fue bien en el funeral?

-Siendo sincero, no. La puta que me parió no me dejó herencia

James estalla a carcajadas, casi pierde el equilibrio de la silla y a unos pocos centímetros de caer logra ponerse derecho, seca la lágrima que salió de su ojo izquierdo y miró al hombre que mantenía su postura firme y sin comprender su reacción.

-Se nota que amas a tu madre, amabas-corrige su final, notando con un poco de nervios la actitud de hielo de Richard. Sabe que se rumorea de que le faltan sentimientos por ser hijo del diablo, o algo así, pero a veces le incómoda su actitud, le falta un poco acostumbrarse a hablarle a una pared -¿Y nunca has pensado en ser "Grande"? O sea. ¿Presidente de una nación primermundista? ¿El mayor lider del tráfico de drogas? ¿Entiendes a lo que me refiero? ¿Jamás has soñado en grande, Richard?- Cambia de tema muy rápido, a Richard le importaba la herencia mucho más que su madre, lo entendería si no fuera porque su apellido no era de millonarios. La familia de Richard era común y corriente, no de clase alta, la herencia no era tan importante. Para James no valia nada.

Agacha su cabeza y se queda concentrado mirando un vaso casi vacío, al fondo aún quedaba cerveza. El hombre que bebia de ese vaso estaba tirado en el suelo, delirando, se podía escuchar que murmuraba en querer tener sexo con

su esposa. Agarra el vaso entre sus dedos, no sabe porqué, pero una sensación de extrañeza lo inunda

--Realmente... Si lo he hecho, pero jamás me he permitido... Me han permitido cumplir mis sueños.- corrige, recordando otros momentos que no fueron agradables para él. La figura de su madre viene a su mente, cada vez que pensaba en ella sabia que sería un recuerdo despreciable

"Este mocoso es un ogro de cueva" Habla la mujer de cabello rubio que se le ha oscurecido con el pasar de los años, su expresión de relajación y molestia era muy... Tediosa. Ese tono de voz que tenia era un fastidio.

Su hijo menor aprieta su puño, siente sus uñas clavarse y chocar con fuerza

contra su piel pálida que se vuelve roja.

La sola presencia de su madre le fastidiaba

Más de una vez miró el cuchillo arriba de la mesa, imaginó clavarlo en su cuello, o agarrar el vaso de vidrio y romperselo en todo su rostro.

No sabe como era posible que la odiara tanto.

Su padre, un hombre de cabello azabache y ojos marrones que miran con atención el periódico, parece estar distraido, pero ve desde su lugar que suelta un suspiro cansado entre las páginas.

El pequeño Richard había negado ir con su hermano a un concierto, no es que no le gustara los conciertos en sí, odiaba su hermano. Él sólo lo invitaba porque su madre lo obligaba a llevarlo, cuando Richard se negaba terminaba haciendo que su madre se quejara, contradiciendo cada palabra que habia dicho antes.

Ese vaso, ese jodido vaso de vidrio encima de la mesa le gritaba que lo agarrara. y lo rompiera contra la punta de la mesa, se acercara a la mujer y le desgarrara todo el cuello:

Su madre sigue insultándolo por ser extraño', mira a un costado a su hermano

poniendo su abrigo favorito con el logo de su banda en la espalda, parece que

su rostro contrae sus ganas de reir.

'Richard, toma el vaso, tómalo, tómalo, tómalo.

-¿Richard? ¿Estás bien? Pareces drogado-opina James sacando al azabache de sus pensamientos.

-Sólo pensando en problemas familiares, lo normal, supongo...

-¡Ni lo digas! ¡La otra vez terminé matando a alguien por un problema familiar!

-Mhh, ¿De verdad?

-¡Claro, hombre!

Según dice el dicho: "Los borrachos nunca mienten, pero este no luce como ese caso. No cree que James haya matado a alguien, ya había visto a ese chico gritar como un bebé cuando uno de sus compañeros llevó un perro chihuahua al trabajo para hacer una publicidad del día del animal. Siente y escucha un golpe al lado suyo, observa y nota su botella de vodka ya abierta en su mesa. La agarra y la acerca a sus labios, bebe un largo sorbo y disfruta de la bebida. James lo mira y le ruega con la mirada, Richard lo mira con frialdad y bebe tanto que levanta la botella para hacer bajar más líquido.

La música del bar está cada vez más fuerte, el volumen al máximo de rompe los tímpanos. No sabe cuánto tiempo ha pasado, pero ya sabe que es hora de irse. James está casi tirado sobre el piso, tiene tanto alcohol en sangre que su cuerpo parece estar a penas vivo. Richard suspira, intentará ser bueno, sólo por esta noche. Se acerca al hombre mucho más borracho que él y lo levanta, lo ayuda a salir por la puerta y mira por todos lados buscando el auto que había visto ese día de viaje, pero no logra encontrarlo.

Iba a abusar de su amabilidad diminuta esta vez, agarró al rubio y lo llevó caminando hasta su apartamento. Sentía como el cuerpo de James trataba de mantenerse de pie, pero tanto era el alcohol que no podia mantenerse firme y se cala un par de veces contra el piso. Richard lo llevaba agarrado del brazo, a veces detenía su paso cuando sentia el tirón de brazo y veía a James tirado mientras trataba de levantarse.

Llegaron a la casa del más sobrio entre ambos, abrió la puerta de su piso y escuchó como los caniches de la vecina le gritaban como desgraciados. Trató de ignorarlos como cada noche, miró hacia su puerta y observa atrás suyo para mirar a James, supuso que estaría tirado allí en la entrada, pero no estaba Richard observa por todos lados, no pudo haberse ido tan lejos.

Ni necesita caminar para encontrarlo, el rubio estaba cerca de la puerta del apartamento de la vecina. James estaba agarrando un caniche de las patas traseras, lo movía como un peluche, dio giros y giros y lo tiró hacia la calle. Richard rie, llama a gritos a James, quien se acerca corriendo al escuchar un chillido y las llantas de un auto deteniéndose con fuerza en el asfalto.

El dúo entra a la casa y se hacen los idiotas al escuchar a la vecina gritar

desesperada y llorando por el animal.

Richard está relajado a pesar de los gritos del exterior, se acerca a la cocina para sacar una botella de agua de su nevera. Se acerca al hombre tirado en el sillón, James está despierto, pero sigue estando en su fase de borracho.

1
MARCELA Ramos
Malo
MARCELA Ramos
Muy malo
Gisela Molina
va bien
Yuri Zamira Gonzalez Castaño
Bueno
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