Sonia está perdidamente enamorada del mejor amigo de su hermano. Dante es 8 años más grande que ella por lo que sólo la ve cómo una niña.
A Sonia no le importa y cómo la vea el. Siempre está tratando de ganarselo. Pero al cumplir los 18 años de da por vencida ya que el se compromete con una mujer que aparentemente es perfecta.
Sonia decide dejar de ser una arrastrada y sale del país con el corazón roto. Y con la importante decisión de enamorarse de alguien más.
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¿Cuándo nos casamos.?
...Sonia....
¿Porqué dije eso.? Estoy en graves problemas.
— Mientes. Dijiste que el era tú amigo.
— También dije que vivía con el.
Dante se quedó sin palabras.
— Por favor vete. Mi prometido y yo tenemos que ajustar muchos detalles para la boda.
Dante salió con el rostro llenó de algo que podría decir se llaman celos. No me gusta del todo que esté celoso. Es decir eso me hubiera gustado antes, ahora no.
— ¿Cuándo nos casamos.?
— ¿Qué.?
— Ya anunciaste que soy tú prometido. ¿Cuándo deberíamos casarnos.?
— Eso... Yo sólo... ¿De verdad quieres casarte tan pronto.?
— ¿Porqué no.?
— Bueno pues. Tú sabes todas las malas costumbres que tengo. Soy desordenada, me levanto tarde. No sé cocinar ni huevos. Y...
— ¿Y cuál es el problema.? Yo me levantaré temprano, ordenare la casa, cocinare el desayuno, la comida y la cena.
— ¿Serás mi esclavo.?
— Si eso quieres. — Sonreí.
— Estás loco. Vamos a contratar a alguien. Mi esposo no puede arriesgar sus bellas manos. Además no me va gustar que me dejes durmiendo sóla.
— Hablando de mano. Me ofrecieron hacer una exposición con mis cuadros.
— Parece que tengo un prometido muy exitoso.
— No más exitoso que tú.
— Estoy segura de que vas a llegar muy lejos. — Lo abracé y besé. — Te amo mucho.
— Yo también.
— Pero no sigas entretenidome. Necesito terminar esté proyecto o Sandra me hará la vida imposible. — Me separé de él y fuí hacía la mesa.
— ¿Qué te hace falta.?
— Estoy bloqueada en cuanto a la piscina. No quiero la típica que está cuadrada, o una redonda. Tampoco debe ser algo tan extraño. ¿Alguna idea.?
— Hazla en forma de corazón. — Lo miré con desaprobación.
— Se nota que no eres arquitecto.
— Lo se.
— Mejor ve a preparar tu exposición. Nos vemos en la noche.
— Ya no vivo en tu casa.
— Cierto. Entonces cenemos hoy.
— De acuerdo. — Salió y yo me sentí con ganas de abrazarlo. ¿Y porqué contenerme si lo tengo tan cerca.?
— Cristian. — El se detuvo y yo fui a darle un último beso. — Sólo quería despedirme.
— Me gustan tus despedidas. — Sonrió y salió. Yo me asomé por la puerta y ví a Linda limpiando.
— ¿Qué estás haciendo.? — Ella se quedó de piedra. — no es tú trabajo limpiar.
— Es que yo soy una chica muy responsable.
Observé lo que limpiaba y la miré con desaprobación.
— ¿Es enserio.?
— ¿Qué cosa.?
— Me estabas espiando y para colmo te pusiste a comer palomitas.
Ella sonrió con inocencia.
— Lo siento.
— Eres el colmó.
— Es que no me resisto a las peleas de protagonista contra antagonistas. Son demasiado buenas.
Negué con la cabeza.
— Ya que eres tan responsable debería ir a limpiar con el conserje.
— No hablas enserio.
— Si me vuelves a espiar ya sabes cuál será tu castigó.
— No lo haré. Lo prometo.
— Más te vale.
Volví a mi oficina y traté de desbloquear mi cerebro. Aunque con todos los problemas que tengo no sabía si eso era posible.
Mi teléfono sonó y respondí. Era Alejandra. Me pidió que la acompañará a hacerse un ultrasonido. Yo acepté encantada. Quería conocer a mi sobrino.
Fuí a recogerla y la llevé al hospital. Ella se emociono tanto que tiró una lágrima de felicidad.
— Ojalá tú hermano estuviera aquí.
— Yo también quisiera eso.
— Me preguntó si el estaría feliz.
— Claro que lo estaría. ¿Porqué piensas que no.?
— Es que... Unos días antes de accidente el...
— ¿El que.?
— Terminó conmigo.
— ¿Qué.? — Eso era imposible. Fabián la adoraba. — No creó lo que dices.
— Es la verdad. El vino a visitarme y dijo qué ya no me amaba. Qué había encontrado a alguien más y ya no quería nada conmigo.
— ¿Después que pasó.?
— No tuvimos comunicación hasta el accidente. En el hospital me llamaron porque mi número era el que aparecía primero.
¿Había encontrado a alguien más.?¿Y si esa fue la tipa que causó su accidente.?
— ¿Sabes quién es ella.?
— El no me lo dijo.
— Entiendo. — Salí de la habitación y llamé al detective. Ahora tendría que investigar a esa mujer que no se quién será pero si ella tuvo algo que ver lo pagará muy caro.
...Cristián....
Fuí al restaurante dónde Sonia me citó. Cenamos pero la veía en otro mundo.
— ¿Pasó algo.?
— No es nada.
— Amor, tenme confianza.
— Es qué... Alejandra me contó algo que me dejó pensativa.
— ¿Qué cosa.?
Sonia me contó y yo estaba igual de sorprendido que ella. Decidimos no hablar más sobre el tema y esperar noticias del detective.
Dos días después.
Sonia.
Por fin terminé el proyecto y lo mostré en la junta directiva. A todos exepto Sandra les gustó.
Después de la junta esa loca entró a mi oficina.
— Ya estaras contenta.
— Siempre estoy contenta.
— Quítate esa máscara de niña buena.
— Dentro de esta oficina solo hay dos personas. Y cero espejos. ¿Con quién estás hablando.?
— Eres una...
— Hey. A mí no me vas a insultar. No sé que te pasa y tampoco me interesa. Fuera.
— ¿Qué me pasa.? Me pasa que me quitaste a mi novio. Eso me pasa.
— Yo no te quité nada.
— Lo hiciste. Por tú culpa Dante me dejó.
— A. ¿Por eso te tomaste unos días.? ¿Estabas depre.? — Reí con satisfacción.
— Maldita. — Intentó golpearme pero detuve su mano.
— Mira Sandra.
— Señorita...
— Hay ya cállate. Yo te digo cómo quiero. — La empuje. — Yo no te quité nada. Seguramente Dante descubrió la clase de porquería que tenía a su lado y por eso te mando a volar.
— Tú...
— Yo no hice nada. Si Dante está enamorado de mí no es mi problema. Es el tuyo. Fuera o llamó a seguridad..
— A mí nadie me puede hacer nada.
— Claro que puedo. Tengo mayor parte de acciones que tú. Quieras o no en esta empresa eres inferior a mi. — Ella me miraba con irá. — O mejor dicho en todos los aspectos eres inferior a mi. — Ella se enojó tanto que me levantó la mano de nuevo. Pero está vez no fui yo quien la detuvo.
— Déjala en paz. — Dijo Dante.
— Por favor llévate a esta loca. Me está agrediendo.
— ¿Loca.? La única loca aquí eres tú. — Se me vino encima y yo me puse detrás de Dante.
— Ya viste la clase de loca con la que saliste. Pobre de ti. — El no dijo nada. Sólo la sacó y yo fui a cerrar la puerta. Iba con una enorme sonrisa. Ver a esa "mujer perfecta" perder los estribos era muy satisfactorio. Mientras cerraba la puerta ví a Linda limpiando el piso..
— Otra vez me estabas espiando.
Ella se sobresaltó.
— Por favor no me envíes con el conserje. — Suplicó.
Negué con la cabeza.
— ¿Cuál es tu justificación está vez.?
— Bueno. Yo... Yo estaba preocupada de que te arrancara ese precioso cabello que tienes.
— ¿Y por eso te pusiste a comer palomitas.?
— Pensaba lanzarlas en su cabeza.
— ¿Y porqué no entraste para hacerlo.?
— Es que...
— Déjame adivinar. La pelea estaba mejor que tú novela de las 8.
Ella sonrió.
— Te salvas está vez sólo porqué fue divertido ver a Dante llevarse a esa loca.
— Muchas gracias.
— Pero no pienses que te pasaré una tercera vez.
— No habrá. Está vez no habrá.
Dante.
Saqué a Sandra y la llevé a mi oficina.
— Nunca imaginé que te pondrías así.
— ¿Y cómo quieres que me ponga.? Me terminaste por esa perra.
— No la llames así.
— Y ahora la defiendes. Dime. ¿Porqué me guardas tanto rencor.? Se que te abandoné pero me arrepentí.
— ¿Y creés que con sólo tú arrepentimiento es suficiente.?
Haciendole esa pregunta entendí porqué Sonia no quiere tenerme cerca.
— Dante te amo.
— Yo te amaba. Te iba a proponer matrimonio. Pensaba pasar el resto de mis días a tu lado, pero fuiste tú la que acabó con eso.
— ¿Me ibas a qué.?
— Lo que oyes. El día de mi accidente iba a proponerte matrimonio. Y si no le hice en estos años es porque no estaba totalmente convencido. Ahora entiendo porqué. Tú y yo no debemos estar juntos.
— ¿Quieres estar con esa.?
— Si. Si quiero estar con Sonia.
...Sonia....
Días después.
El detective me dió información. Dijo que mi hermano rentó un departamento a nombre de Alejandra.
Fui con Cristian a ver ese departamento y al ver a la persona frente a mi me desmayé.