Analia al saber de la dolencia que sufría su hija Lorena de 13 años, busca desesperada a su esposo para que la ayude, descubriendo su infidelidad al llegar sin avisar, estando ahí recibe la dolorosa noticia del deceso de su hija. Ante él torbellino de emociones que la atormentan, no se puede darse el lujo de decaer, tiene a su hijo de 15 años que está lidiando con él duelo de perder a su hermana querida y los cambios repentinos en la vida de su familia. Juntos, madre e hijo, emprenden un camino de superación y resiliencia. Analia busca reconstruir su vida, encontrando fuerza en el amor por su hijo. Angel buscará la manera de que su madre sea feliz impulsando a que se de una oportunidad en el amor. Analia se siente en Jaque mate en el amor. ¿Encontrará quien la valore?
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Capitulo 5 FERNANDO CANEPA
FERNANDO CANEPA
Soy Fernando de 35 años de edad, muy bien parecido, cabellos oscuros, ojos color café, tes tostada por el sol, de 1.80 metros de estatura.
Siempre fui un ganador con las mujeres, ellas caían a mis pies como moscas a la miel.
Hasta que conocí a Analia, su llegada a mi vida fue como una brisa fresca en primavera.
Me atrajo su inocencia, su risa fresca y sincera. No sé parecía en nada a las mujeres con las que me gustaba frecuentar.
Era muy inteligente, joven inicio la carrera universitaria de profesorado en Matemáticas.
Decidí que debía ser mía, sentí que era la mujer que busque toda mi vida.
La conquiste, logré que sea solo mía, me sentía en las nubes. Quedó embarazada y estaba seguro que era mío, fui el primero, hasta en eso me saque la lotería con ella.
Ella al saber del embarazo quiso tenerlo, hasta estaba decidida que si yo no lo quería ella no me obligaba en nada.
No la iba a perder, recién la disfrutaba, no dejaría que se me escape.
Le dije que me casaría con ella si fuera necesario. Y más me convencí de ello al saber de que familia provenía, su padre era dueño de las empresas más grandes de la ciudad. Ya no tendria que trabajar, tenía el futuro asegurado.
Fue espléndido todo, en un principio, marchaba como me lo imaginé. Mi suegro me consiguió un puesto digno en su empresa, acepte gustoso, no significaba mucha responsabilidad, y debía ocultar mi verdadera intensión de querer vivir de arriba.
Hasta que sufrieron ese accidente. Los padres de Analia fallecieron, para no tener perdidas en la empresa empezaron hacer recortes. Los inversionistas empezaron a retirar su dinero al no confiar en quien tomaría el puesto de jefe.
Me ilusione en que el elegido sea yo, pero no fue así, en la junta directiva votaron por uno de los socios en quien creían mantendría la empresa en la cúspide.
Lo que hizo fue escapar con todo el dinero, la empresa vino en quiebra, tuve que buscar otro empleo. En poco tiempo todo mi mundo se vino abajo, ahora debía trabajar en serio, luchar por un ascenso, no tenía a mi suegro que me apañe.
Me arrepentía de haber dicho a Analia que ella solo se ocupe de los chicos y la casa, que yo sería el que provea el dinero.
Al ser orgulloso no quería reconocer ante ella mi error, por lo que seguí manteniendo ese acuerdo.
La tensión de conseguir dinero cada día, de mantener el estilo de vida a la que le acostumbré a mis hijos con sus clases extracurriculares, de ir a un colegio privado, me estaba estresando.
Estaba hundido en deudas, las tarjetas sobregiradas, sacaba préstamos, para únicamente cubrir las necesidades basicas.
Me puse a trabajar de Uber en mis tiempos libres, límite salidas, fiestas, gastos que consideraba innecesarios, estaba atento a ofertas, yo que antes no me fijaba cuánto salían las cosas que solo iba y las adquiría si quería, ahora debía hacerlo.
Analia se mostraba siempre comprensiva, no se quejaba, ante mis acotaciones o quejas ella solo se limitaba en ayudarme para evitar producir gastos extras. Hasta en eso era una mujer increíble.
Reconozco que muchas veces descargaba mi frustración contra ella, siendo que no tenía la culpa de la situación.
Pero ella me escuchaba, no se mostraba ofendida, entendía por lo que pasaba.
Hasta que un día la directora de mi área se mostró interesada en mi. Ignore sus insinuaciones.
Hasta que una vez surgió la posibilidad de que podía recibir un ascenso.
"Claro que puedes tener un ascenso", respondió.
Se incorporo sentándose en su escritorio y se abrió de piernas enseñando que no tenía puesto ropa interior.
"Solo hay una cosa que debes hacer" me dijo.
Esa vez me incorpore saliendo de su oficina, no engañaría a mi esposa.
Hasta que en una reunión de trabajo, con posibles inversionistas, debía convencerlos para que se unan a la empresa.
Uno pregunto por mi esposa, antes de responder ella se auto nombró, se presentó como mi esposa, con solo ese gesto los hombres accedieron a invertir, ella tenía una manera única de convencerlos.
Los directivos al recibir la información de que conseguí a los inversionistas, estaban convencidos en darme el ascenso que tanto anhelaba.
Mi directora de mi área debía dar el visto bueno, informar sobre mi desempeño.
"Maldición", grite en mi mente.
Pero como me gusta ganar, y tenía una meta accedí a su petición, sobretodo me convenció el hecho que mis hijos tenían un viaje de estudios y no quería que queden sin ir.
Al estar con ella cerraba los ojos imaginando estar con mi esposa, era un sacrificio que debía hacer por él bien de mi familia.
Volvía a casa me bañaba como queriéndome sacar esa sensación de estar con ella, era todo artificial, tenía más cirugías encima, no como Analia que era natural.
La muy cínica de mi directora no conforme con someterme a que este con ella, me obligaba a que en cada reunión con nuevos socios la presente como mi esposa, y para asegurarse que no hablaba mal de ella se unia a todos los grupos de la empresa y ante una mínima crítica los despedía inventando cualquier escusa.
Busque otro trabajo, me resultaba muy tensionante todo, había veces que debía cumplir en casa con mi esposa, pero la situación tensa que pasaba no me permitía cumplir con ella como debía, me sentía agotado, no podía tener intimidad, eso era el colmo.
Me levantaba furioso, enojado conmigo mismo, me anoté en varios lugares buscando trabajo, presente mi hoja de vida en varios sitios, quería salir de esa empresa, ya no me importaba si era en un puesto de bajo nivel, pero siempre me anotaba para ser gerente general o liderar un grupo de personas basado en mi experiencia.
La directora de mi área no mostraba intenciones de que tenga el ascenso, solo me usaba como su consolador con patas.
Hoy iba ser la última reunión a la que asistiría, por fin conseguí pasar las entrevistas de un nuevo trabajo, tenía preparada mi hoja de renuncia, solo debía aguantar un mes.
La tuve que pasar a buscar para ir a la reunión, como siempre me come la boca a besos, se cree mi dueña, pero se llevará una gran sorpresa.
Al ser la hija del dueño de la empresa se cree con libertad de hacer lo que se le plazca, los que presentaron quejas en torno a ella perdieron sus trabajos, esa era otra razón por la que no la podía exponer, y por el hecho que como quedaré como hombre si se sabe que solo accedí por un ascenso, estaba atado de pies y manos, solo me quedaba renunciar.
Lo que menos esperaba que me descubra Analia. No sabía cómo, pero apareció en la reunión. Me mostré molesto, hice creer que era una ex despechada. Después hablaría con ella y le explicaría. Sabía que se sentiría mal, lloraría, se quejaría, pero era su única familia y no tiraría quince años de matrimonio a la basura.
La saqué antes que arme un escandalo.
Seguí en la reunión y recibí un llamado de mi jefe que debía ir al sanatorio, mi hermano había ido a buscarme porque mi hija estaba enferma.
No podía creer eso, Analia siempre armaba un escándalo por un simple raspón, era muy exagerada.
" Será mejor que regreses enseguida", me dijo Caribel, mi directora.
Suspiré hondo molesto, me dirigí al sanatorio, mientras Caribel me enviaba fotos de sus partes con el título " Tendrás que comer" " Te cobraré tres orgasmos ".
Lance mi celular molesto en el asiento del copiloto, culpa de que Analia sea tan alarmista por nada, debo estar con Caribel.
Llegué y la vi hablando en administración del sanatorio. Le reclamé, me sentía frustrado por toda la presión que me sometía Caribel.
Escuchar que Lorena, mi bebé falleció fue muy duro, maldije a todos por ello, a mi trabajo, a mi directora, a mi esposa, porque siempre es tan alarmista por sus hijos.
Me desvivía por mi familia, hacia todo, hasta sacrificarme metiéndome con esa golfa.
Mi hijo había filmado y subido en su historial lo que le dije a su madre.
En pleno velorio todos me reclamaban.
¿Por qué elegí a mi amante?
¿Por qué no hice caso a mi esposa?.
"Si lo hacía Lorena estaría viva"
Les decía que eso no era garantía.
Que tenía un tumor terminal.
Qué mi esposa siempre fue alarmista.
Entendía a mi hijo, estaba muy unido a su madre, por lo que entendía su dolor y que no quiera saber nada de mi.
Ahora no era el momento, pero después le explicaría, que uno al ser mayor debe tomar decisiones que nunca pensó hacer, por él bien de su familia.
Fue muy conmovedor ver cuánto querían a mi hija, todos los amigos que hizo en su camino.
Después hablaría con mi esposa, entendía lo dolorida que estaba, pero fue su responsabilidad, le hubiera hecho caso si no fuera tan alarmista, si por cada pequeña cosa que les pasaba a sus hijos, no hubiera hecho escándalo, estaría junto a Loren donandole sangre.
Sabía que me perdonaría, no tenía trabajo, no tenía ningún ingreso extra. Y no obtendría dinero de mi, así que no tendrá otra opción que aceptarme y perdonar todo.
Me fui con mi amigo a tomar, no respondí a los mensajes constantes de Caribel, los ignore por completo.
-¿Pudiste hablar con tu esposa?. Me preguntó mi amigo.
-Que te digo Raúl... No pude hablar con ella... Pero ya lo haré...Solo debo darle tiempo. Le respondo.
-Entiendo que este molesta... Enterarse que la engañabas. Me dice Raúl.
-Sabes porque lo hice... Le explicaré y quedaremos bien... Siempre ha sido así. Le afirmó.
-Me alegro por ti. Me dijo.
Me fui a un hotel, le daría a Analia su espacio, que se calme.
A la mañana me aliste dirigiéndome a la casa, hablaría con Analia y lo aclararía todo.
Llegué y la vi armando unos bolsos.
-Analia. La nombre.
-Llegaste. Me dijo.
-Me esperabas. Le digo con una sonrisa.
-Sabia que vendrías... Siempre lo haces... Aquí tienes tus cosas. Me dijo indicándome los bolsos.
-Te explique que lo hacía por nuestra familia... Para que sigan manteniendo el estilo de vida a la que estaban acostumbrados. Le dije.
-Ya no debes sacrificarte por nosotros ... Si lo haces de ahora en más será para vos. Me dijo sería.
-Siempre has sido alarmista por la salud de tus hijos... Por cualquier raspón hacías un escándalo como si sufrían un infarto. Le digo.
-Solo debías donar sangre a tu hija, para salvar su vida, no se te pedía más. Me dice sería.
-Era terminal... Me explico el doctor... No hacia la diferencia que done sangre o no. Le dije.
-No lo sabes... Solo quieres tener la razón como siempre y culpar a otros por tu error. Me dice.
-No es así... Te digo como son las cosas... Que tú no quieras aceptarlo es otra cosa. Le digo serio.
-Eso es irrelevante... Toma tus cosas y vete. Me dice sería.
-Estas siendo irracional. Le aseguro.
-Perdi a mi bebé... A mi niña... A mí compañerita... Por tu egoismo ya no la tengo... Si tienes un poco de consideración te irás y no volverás a molestarnos. Me dijo sería.
-¿Egoísmo?... Todo lo que siempre hice fue para el bien de esta familia. Le aclaró.
-Ya no es necesario que te sacrifiques... De ahora en más podrás velar por ti. Me dijo sería, no sonrió ninguna vez, no mostró en sus ojos la ternura con que me miraba hace tiempo.
-Si crees que me sacarás dinero... Te equivocas... Trabajaré en negro si es necesario... No te pasaré ningún centavo... Para que lo gastes por quién me cambias. Le digo decidido.
-Si buscas culpables apunta en tu dirección... Ya no me preocuparé por lo que hagas o dejes de hacer... Es muy hipócrita de tu parte decir que hay otro... A diferencia de ti... Siempre te he sido fiel... Aunque eso te tenga sin cuidado... Vete... Ya no quiero saber nada de ti. Me dijo indicando la salida.
La ví decidida, sin una gota de duda.
'El virus de los virus'... ¡Se pasó Analía!
😆😆😆
(desecho: basura; entreveros de las homófonas)