No Quiero Amar

Darío la volvió a recostar en la cama y la cubrió con la manta, después de media hora salió del departamento, bajo las escaleras y al salir encontró al guardia dormido se agachó para poder pasar por la pluma vehicular, al llegar al su departamento salió al balcón las brisas frías azotaba su rostro y aun así él, no dejaba de mirar al departamento de Paulette.

Darío---: No entiendo nada, porque si estás casada no hay nadie en tu departamento no hubo rastro de un hombre ni siquiera de un niño.

Aunque Darío no podía dormir por pensar en Paulette, pero aún así lo intento hasta que el cansancio lo venció y durmió por dos horas.

Siendo las 11 de la mañana, Paulette despierta con mucho dolor de cabeza y ganas de vomitar, bajo de cama y fue directo al baño, después de un minuto se percata que solo tiene puesto un camisón y no tenía brasier y todo su uniforme estaba en el piso.

Paulette----; Dios como llegue aquí.

Paulette cerro sus ojos y recordó que ella veía a Darío, su imagen era borrosa, pero sabía dentro sí que era Darío Mieles solo era una alucinaciones, se levantó de golpe, puso su mano en el pecho porque su recuerdo era tan real.

Paulette----: No, eso fue una alucinación, debo estar loca... Si muy loca él jamás estuvo aquí.

Paulette abrió las cortinas y aprovecho el tiempo libre para ducharse, en sí todavía no asimilaba que Darío Mieles estuvo realmente dentro de su departamento y que estuvo con ella, Paulette cree que todo lo que vivió fue producto de su imaginación, por ese motivo no se preocupó más.

Sin imaginarse que en el edificio de enfrente, Darío Mieles su alucinación estaba mirándola a través de sus binoculares, mientras bebía una taza de té.

Darío---: Disculpa que te observé de esta manera, se que es un delito... Es tu vida privada, quiero saber que es lo que esconde, porque dentro de mi, pienso que hay algo oculto.

Darío sonreía mientras observaba la rutina de Paulette, solo esperaba ver algo que lo desanime y así poder de una vez por toda, cerrar ese capítulo y dejarla ser feliz, pero el timbre de su departamento no lo dejo ver lo que él quería probar con sus propios ojos.

Darío---: Porque tocas así.

Hugo---: Amigo, pensé que estarías en una cita o algo así, ¿oye que te pasa? estás pensativo.

Darío---: Que harías, si llegas a encontrar a tu exnovia.

Hugo---: Yo recordaría viejos tiempos, no crees.

Darío---: (ríe) Talvez, pero ella está casada.

Hugo---: Mejor ser amante ha de ser algo emocionante, imagínate tú en un hotel con ella mientras el marido la espera en casa, no crees que será divertido.

Darío---: Para nada, cuando estoy con una mujer tiene que ser solo mía, pero hay que no me cuadra fui a su departamento.

Hugo---: Espera fuiste a su departamento y el esposo.

Darío---: Eso es lo raro no había rastro de un hombre en ese departamento, parece que ella vive sola.

Hugo---: No está casada, oye si nunca lo tuvo.

Darío---: Mi madre nunca me engañaría diciéndome tal mentira, ella sabía que estaba muy enamorado de ella, y también me vio sufrir, ella no iba a hacerme sufrir.

Hugo---: Si no la quería como nuera, talvez mintió para alejarte de ella aprovechando que no estabas ahí, bueno eso se ve en las novelas.

Darío---: Esto es la vida real.

Hugo---: Yo de tí, investigo porque si ella está soltera y tú la amas o todavía hay una atracción entre ustedes deberías estar seguro antes de tomar una decisión, lo digo porque si ella está soltera la puedes perder pero para siempre.

Darío---: Tienes razón, una amiga de infancia está con ella, investigare ella despejará mis dudas.

Hugo---: Y de paso me la presentas.

En la mañana, en la base área del Norte, Sabrina Rojas hablaba del amor, para ella un no de Darío era un desafío, desde que conoció a Darío Mieles él siempre le gustó y ahora que ya lo estuvo entre sus sábanas no lo dejara a si fácil.

Melina---: En que piensas, últimamente estás distraída.

Sabrina---: En Mieles, desde que lo conocí él se ha vuelto en mi locura.

Melina---: Si, pero Mieles es la locura de todas aquí, si vez como lo miran.

Sabrina---: Yo hablo en serio, no dejaré que Mieles se interese en otra mujer, sabes su cuerpo es como una adicción para mí sus labios, sus manos quiero volverlo a tener en mi cama.

Melina---: Y que vas a hacer.

Sabrina---: No lo sé, ya se me ocurrirá algo, pero este año no pasa él será mío y me casaré con él.

Melina---: Estás como loca amiga y si él ya tiene novia.

Sabrina---: No la tiene, por eso yo aprovecharé esa soltería, hace siete años fui a su casa y parece que le caí bien a su madre, aprovecharé a esa señora.

Por su parte Darío Mieles estaba realizando su práctica de maniobras, necesitaba dar una prueba para ser seleccionado para un curso alternativo en la ciudad de México, sin imaginar que Sabrina Rojas planeaba para retenerlo.

Hugo---: Excelente maniobras, estás listo para la guerra (ríe).

Darío---: Cúbreme en el almuerzo, necesito ir por Dalila solo ella me puede ayudar a despejar esas dudas.

Hugo---: Claro amigo, oye tienes que tener cuidado con Rojas ella no está bien de la cabeza.

Darío---: No exageres, Rojas sabe que lo único que sucedió ese día, es solo sexo... Rojas no es mi tipo.

Hugo---: Hace tres años, ella se obsesionó con un compañero, lo persiguió como un depredador sigue a su presa, como a él no le gustó y la rechazó lo acusó de acoso sexual y lo dieron de baja, por eso nadie se mete con Rojas todos sabemos su historia cuando tú caíste en su cama tuve miedo por ti.

Darío sonrió con mala gana, él no sabía lo que había sucedido con su compañero, pero de algo estaba seguro de que no volverá a involucrarse con ella.

En horas del almuerzo, Dalila fue por su amiga para almorzar, pero Paulette tenía mucho trabajo que solo pidió algo ligero para ingerir.

Dalila----: No puede ser amiga, últimamente no te estás alimentando bien.

Paulette----: Solo tengo mucho trabajo, ve y almuerza, traeme algo delicioso (ríe).

Dalila salió de la oficina para dirigirse a su almuerzo cuando llegó al restaurante, una figura conocida para Dalila se sentó en frente de ella, su sonrisa y sus miradas profundas la tensaron.

Dalila----: ¿Que haces aquí?

Darío---: Quiero que me digas la verdad.