EL DESTINO LA HACE DE CUPIDO

Carlos suspira profundamente, trata de controlar su enojo, era lo primero que le había pedido y ahí estaba haciendo todo lo contrario a ser prudente; molesto le dice. – Sara, ¿qué parte de ser prudente, no has entendido?

Melinda, preocupada, le dice. - ¿Cómo que Vladímir está herido? Y ¿qué casi lo matan?

Bael tensó su quijada, preocupado y molesto le dice. – ¿Quién diablos se atrevió a tocar a uno de mi familia? No me interesa con quién estaba mi sobrino, tienen que respetar los acuerdos, nuestras reglas y leyes; esto no se va a quedar así, alguien me tiene que responder por la ofensa.

Neymar, tranquilo, le dice. – cálmate, tío, primero vamos a hablar con Vladímir y su amigo, ellos nos explicarán.

Hermana, aprende a dar las noticias de manera prudente, mira como pusiste a mi tío y a nuestra madre, tú no cambias, no entiendo de que te sirve tanto entrenamiento, si sigues siendo la misma impulsiva.

Melinda, desesperada, dice. – Carlos, ¿puedes decirnos qué pasa?

Carlos, tranquilo, le dice. – Creo que venían por Antoni, el hermano del superior, que es el amigo de Vladímir, no estoy seguro, pero creo que lo querían usar para obligar a su hermano a que pierda la guerra.

Que el joven amo Vladímir estuviera ahí fue coincidencia, pero es solo suposición, porque hay algunos detalles que no terminan de convencerme.

Ahora que sea cierto o falso, fue bueno que hayamos rescatado al hermano del superior, si él fuera dañado en nuestros terrenos, el superior la hubiera tomado contra nosotros y nos obligarían a participar en su guerra, tomando algún lado.

Melinda intranquila le dice. – Carlos, hay que proteger al hermano del superior, no podemos permitir que nada le pase y Bael hay que reunir a las 5 familias; el golpear y casi matar a Vladímir es una ofensa que han hecho a nuestra familia, sea el motivo que sea, no la dejaremos pasar, alguien violó las reglas, nuestras leyes, tiene que responder por la ofensa.

Bael molesto dice. – los dos tienen razón, si alguien quiere romper las reglas, será un problema.

Los que renunciaron a los nombres y al poder estarán en peligro, eso significa que abra una ruptura de respeto entre las 5 familias, un desequilibrio, todos tendremos que participar en la guerra para protegernos.

Melinda, convocaré la reunión de todas las familias, quiero que me acompañes; después del entierro de Luis, me encargaré de eso.

Melinda sería dice. – Está bien hermano, vamos a ver a Vladímir y de ahí bajamos con todos, como si nada pasara.

Carlos reprendió a Sara por la forma en que manejó el problema, ella lo entendió y prometió que no volvería a pasar. Melinda, Bael y Neymar fueron con Vladímir.

Al entrar, Melinda mira a Antoni, se queda congelada, no podía creer lo que miraba, en ese momento pensó: “¿Cómo es posible? El hombre con el que estuve, el padre de mis hijos está frente a mí; a pesar de los años, él no ha cambiado mucho, si me reconoce o saca cuentas con la edad de mi hijo, es su amigo, seguro sabe su edad, ¿qué voy a hacer?”

Melinda estaba congelada, se quedó parada en la entrada del cuarto, Bael y Neymar entraron, fueron directo con Vladímir.

Bael lo abraza con cuidado para no lastimarlo. Neymar solo extiende su mano en saludo, no quería lastimarlo; tranquilo le dice. – hermano, qué bueno que estés bien.

En la forma en que nuestra hermana nos dijo las cosas, parecía que estabas peor.

Vladímir, disgustado, le dice. – Nuestra hermana es una exagerada, no sé a quién salió, pero si uno de los tres es adoptado, seguro es ella, nada que ver con nosotros dos.

Hermano, deja te presento a mi amigo y jefe, Antoni, él es mi hermano Neymar, el mayor de los tres, claro con minutos, solo por eso es el mayor, pero es el más tierno y dulce, comprensible.

Neymar le extiende la mano para estrecharla en un saludo; tranquilo le dice. – Hola, gusto en conocerte, espero que mi hermanito no te dé muchos problemas.

Antoni, tranquilo, le dice. – El gusto es mío, tu hermano es una gran persona, me ha ayudado mucho desde que lo conocí, es como si estuviera en familia con él.

Vladímir, alegre, le dice. – Antoni, mira, él es mi tío, el amo Bael, el mejor padre que pude tener.

Bael serio y frío, le dice. – Mucho gusto, Antoni, por favor, siéntete como en casa.

Vladímir, les voy a pedir un favor: no salgan de la casa sin escolta ninguno de ustedes dos; después de lo que pasaron no puedo permitir que nada te pase, Antoni, ¿si me comprendes?

Antoni, nervioso, le dice. – sí, amo Bael, entiendo, no se preocupe, yo no saldré de la vista de sus hombres, no quiero perjudicarlos, haré lo que usted ordene.

Vladímir, disgustada, le dice. – Yo no estoy de acuerdo, quiero llevarlo a varios lugares y hacer varias cosas, además mañana llega un amigo, tenemos que ir a recogerlo.

Vamos a ir a darle el último adiós a Luis, yo no quiero estar encerrado.

Antoni, serio y tenso, le dice. – Vladímir, hay que entender al amo Bael, tal vez en otra ocasión se pueda; no pongamos a tu tío en una posición incómoda.

Vladímir, suplicante, le dice. Y si nos pones a mi hermana como protectora, es buena en vigilancia, en todo.

Bael muy serio le dice. – hablaré con Carlos y con tu hermana, no les prometo nada; pero mientras decido que vamos a hacer, ustedes me hacen caso, Vladímir.

Vladímir, dulce y tranquilo, le dice. – está bien tío. (volteó a ver a Melinda, que aún seguía parada en la puerta y con una voz inquieta le dice) Mamá, por qué estás ahí parada en la puerta, vamos ven o acaso no tenías ganas de verme.

Melinda, al escuchar la voz de su hijo, trata de controlarse, trata de disimular su tensión, aunque estaba muy nerviosa, le dice algo tensa. – Verte así, me ha puesto mal hijo.

Se acerca a su hijo, lo abraza con cuidado, le da un beso en la frente. Vladímir le dice dulzura. – Mamá, mira, él es mi jefe y amigo, él me ayudó mucho.

Melinda mira a Antoni, extiende su mano con inseguridad, lo observa, pero no ve en sus ojos o en su actitud que la conociera, pensó: “realmente me olvidó o simplemente no me reconoce; Cómo deseo preguntarle, salir de la incertidumbre o, ¿a qué está jugando?”

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