Rhett trabajó mucho para convertirse en un cazador de criaturas de la noche, hasta que un día se entera que su compañero más leal es uno de ellos.
¿Qué hará ahora que tiene un vampiro a lado? Y aún peor, ¿por qué se ha enamorado de él?
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Daemon es un bicho raro
Rhett tardó meses en poder aprender los movimientos con la lanza, su espalda estaba fortaleciéndose y volviéndose más gruesa, sus brazos estaban cada vez más fornidos la igual que su torso. Los cambios eran buenos, con la excepción de que todo el tiempo tenía hambre.
La calma no tardó en irse cuando algo extraño sucedió, el entrenador apareció después de unos días sin dejar instrucciones claras fuera de entrenar la defensa.
Lucía enfadado, más bien siempre lo hacía. Subió a una de las grandes rocas del área de entrenamiento en un movimiento veloz y certero, "Deben trabajar el combate real, defensa y ataque. ¿Saben cuál es la mejor forma de hacerlo?", nadie contestó, no hubo ni un murmullo como al inicio de todo.
"Ir a misiones, pero ustedes llevan apenas un año dentro de la división junior, son bebés con cuerpos de adulto". Rhett le dio la razón, se sentía más fuerte, claro, pero todavía no tenía idea de cómo usar esa fuerza a su favor.
Raksa le rodeó los hombros con su brazo, era uno de los muchos pretendientes de Sophie que terminó haciéndose cercano a ambos, ahora eran inseparables y entrenaban todo el tiempo juntos. Se había sentido celoso cuando Sophie empezó a pasar más tiempo con Raksa que con él, pero el sentimiento ha ido bajando mientras lo conoce cada vez más. Ahora no queda otra cosa más que un sentimiento de amistad y comodidad.
"Sophie me ha dicho que la división se reunirá dentro de diez días después del entrenamiento para beber algo" Raksa susurró cuidando el tono para que el entrenador no escuchará ni una solo palabra. A Rhett no le parecía demasiado divertida la idea, aunque perderse de una reunión así suponía que no volvería a haber otra en meses.
"¿Tú irás?", le preguntó a Raksa, él asintió en respuesta al ver que el entrenador se acercaba a ellos con paso firme. Rhett casi puede jurar que vio a su amigo temblar en su lugar.
"¿Dónde está la señorita Sophie?", Rhett se sorprendió por la pregunta del entrenador, ni él mismo se había dado cuenta de que Sophie se fue de su lado. Hace un momento estaba allí y al siguiente ya no.
"En el baño, señor", lo rescató Raksa. Probablemente, él sabía dónde estaba su compañera junior. Esa respuesta pareció no agradarle al gran hombre porque frunció sus cejas más de lo común.
"Cómo sea", chasqueó la lengua el entrenador, "Tomen a una pareja para entrenar".
Rhett estaba seguro de que Raksa sería su pareja, incluso se imaginó blandiendo su lanza contra él y ganando frente a la suya. Eso hubiera pasado si un extraño no lo hubiera tomado por el brazo y llevado a rastras hasta el otro lado de la zona, casi al límite de dónde podían entrenar.
Rhett parpadeó con fuerza, ¿qué pasó? ¿Sophie desapareció de la misma forma? Un loco la arrastró fuera de todos con una fuerza increíble que apenas pudo poner resistencia.
Levantó la vista buscando al culpable, se lamentó de no reconocer al sujeto. Eran demasiadas personas las que estaban dentro de la división junior y su memoria no era muy buena. Lo que sí podía decir es que era demasiado apuesto para ser real, pálido también, como un muerto viviente.
"¿Qué crees que haces?", casi grita Rhett, su sorpresa queriendo tomar las riendas de sus acciones.
"Entrena conmigo", pidió el joven desconocido, Rhett tenía que alzar la vista porque le ganaba por unos cuantos centímetros.
"No te conozco siquiera", trato de oponerse Rhett, esta situación era muy extraña para él. Quería volver con Raksa y Sophie, que probablemente ya había vuelto y estaba siendo regañada por el entrenador.
"Soy Daemon, y tú eres Rhett. Entrenemos juntos", repitió como si fuera lo más obvio del mundo y él fuera un idiota.
"¿Y si no quiero hacerlo?", Rhett no iba a dejar que este tipo se saliera con la suya tan rápido. Le pondría la situación difícil y lo haría rendirse, estos bichos raros están por todas partes.
"Puedo ayudarte con la lanza, te he estado observando, tus movimientos son muy malos", la honestidad con la que lo dijo hizo que Rhett diera dos pasos hacia atrás, ofendido. "No es cierto", respondió rápidamente Rhett.
"La lanza se sujeta así para tener mayor fuerza", Daemon se acercó, invadiendo su espacio personal, tal como lo había hecho antes, para tomar sus manos y corregir la altura en la que sujetaba su propia arma.
Su tacto era frío, helado, y provocó que un camino de electricidad subiera desde sus manos, hasta su pecho. La situación se volvía cada vez más extraña para él.
Rhett se rindió, tal vez sí necesitaba la ayuda de alguien más experto que él, alguien que pudiera darle lecciones personales, de esa forma mejoraría mucho. Resignado, se volvió hacia Daemon con la clara intención de empezar el entrenamiento.
Cada golpe que intentaba clavar en Daemon, este lo esquivaba con rapidez o lo frenaba con su propia lanza, después de cada fallo él le diría qué es lo que tenía que mejorar para asestar el ataque. Fue una tarde pesada y el cuerpo le dolía, mientras tanto, Daemon no permitió que descansará y en su lugar le dijo que debía esforzarse más.
Rhett estaba harto de fallar una y otra vez, con voz agotada soltó "¿Irás a beber con la división en la reunión que planearon?", Daemon lucía como alguien popular, atractivo, fuerte e incluso muy inteligente. Tenía curiosidad por conocerlo un poco más.
"Si tú vas, entonces tendré que ir también", la respuesta confundió a Rhett y lo expresó "¿Por qué tendrías que ir conmigo necesariamente?".
Daemon quitó su postura de pelea y se relajó en su lugar, limpiando una fina gota de sudor que caía de su frente. No se comparaba al estado de Rhett, empapado de pies a cabeza.
"No puedo decirlo porque te asustarías", su voz sonó como una advertencia diciendo: No me preguntes más o podría golpearte.
Rhett tragó duro "Tengo que irme, Sophie y Raksa están esperando por mí".
"Ah, tus amigos" Daemon soltó, no supo cómo interpretar el tono que usó.
Con un asentimiento Rhett se fue, palmeó el hombro de Daemon y se dirigió con sus compañeros. Podía sentir la mirada de Daemon seguirlo con cada paso y lo entendió. Siempre había sido él, el dueño de aquel sentimiento extraño.
(a que tienen malos sentimientos hacia él o hablan a espaldas de él)