En un mundo de secretos y mentiras, Rose se enfrenta a una vida llena de incertidumbres. El pasado regresa para asecharla.
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Capítulo 4
Samuel sonrió con confianza mientras mostraba su arma secreta. Era un dispositivo que emitía una frecuencia especial, capaz de debilitar a los vampiros y hacerlos vulnerables a la luz del sol.
"Con esto, podré destruir a todos los vampiros de la ciudad", dijo Samuel, triunfante.
Rose, Alexander y Elijah se miraron nerviosos. Sabían que debían actuar rápido para detener a Samuel y destruir el dispositivo.
Pero antes de que pudieran hacer algo, Valois se acercó a Samuel y le arrebató el dispositivo.
"No lo harás, Samuel", dijo Valois, sonriendo. "Este dispositivo es demasiado poderoso para que lo uses tú solo".
Samuel se enfureció. "¡Devuélveme eso, Valois!", gritó.
Pero Valois simplemente se rió. "No creo que lo haga", dijo. "Voy a usarlo para destruir a mis enemigos y dominar la ciudad".
Rose, Alexander y Elijah sabían que debían actuar rápido. Atacaron a Valois y Samuel, intentando recuperar el dispositivo y destruirlo.
La batalla fue intensa. Los vampiros lucharon con ferocidad, usando toda su fuerza y habilidad para tratar de derrotarse mutuamente.
Pero justo cuando parecía que iban a ganar, Valois activó el dispositivo. La frecuencia especial llenó el aire, debilitando a los vampiros y haciéndolos vulnerables a la luz del sol.
Rose, Alexander y Elijah se cubrieron, intentando protegerse de la frecuencia. Pero sabían que no podrían aguantar por mucho tiempo.
De repente, Elijah tuvo una idea. Recordó que había un dispositivo que podía neutralizar la frecuencia, un dispositivo que había sido creado por un científico vampiro.
"Elijah, ¿qué haces?", gritó Alexander.
"Voy a buscar el dispositivo", respondió Elijah. "Es nuestra única esperanza".
Elijah se dirigió al laboratorio del científico, mientras Rose y Alexander luchaban para mantener a raya a Valois y Samuel.
Pero cuando Elijah regresó con el dispositivo, se encontró con una sorpresa. Valois había traicionado a Samuel y lo había matado.
"Ahora soy el dueño del dispositivo", dijo Valois, sonriendo. "Y voy a usarlo para destruir a todos los vampiros de la ciudad".
Valois, con el dispositivo en su poder, se sintió invencible. Se dirigió al corazón de la ciudad, listo para destruir a todos los vampiros que se cruzaran en su camino.
Rose, Alexander y Elijah se unieron para detenerlo. Sabían que era su última oportunidad para salvar a su pueblo.
La batalla fue intensa. Valois utilizó el dispositivo para debilitar a los vampiros, pero Rose, Alexander y Elijah lucharon con todas sus fuerzas para resistir.
En un momento crucial, Elijah logró destruir el dispositivo, pero Valois ya había liberado una gran cantidad de energía que amenazaba con destruir la ciudad.
Rose, con un acto de valentía, se sacrificó para absorber la energía y salvar a la ciudad.
Alexander y Elijah se quedaron devastados, pero sabían que tenían que seguir luchando para proteger a su pueblo.
Y así, la batalla continuó. ¿Quién saldrá victorioso? ¿Qué pasará con Rose? ¿Qué nuevos desafíos enfrentarán Alexander y Elijah?.
Rose se sacrificó para absorber la energía liberada por Valois, salvando a la ciudad de la destrucción. Alexander y Elijah se quedaron devastados, pero sabían que tenían que seguir luchando para proteger a su pueblo.
Valois, enfurecido por la pérdida de su dispositivo, atacó a Alexander y Elijah con todas sus fuerzas. Pero los dos vampiros lucharon con valentía, determinados a detenerlo.
En un momento crucial, Alexander logró herir a Valois con una estaca de madera, pero el traidor vampiro se las arregló para escapar.
Elijah se acercó a Rose, que yacía en el suelo, débil y herida. "Rose, no te vayas", le suplicó. "Por favor, no te vayas".
Rose abrió los ojos, sonriendo débilmente. "Lo siento, Elijah", dijo. "Tenía que hacerlo. Tenía que proteger a la ciudad".
Y con esas palabras, Rose cerró los ojos y se fue, dejando a Alexander y Elijah sumidos en la tristeza.
Pero la batalla no había terminado. Valois todavía estaba suelto, y Alexander y Elijah sabían que tenían que detenerlo antes de que fuera demasiado tarde.