EL DESTINO LA HACE DE CUPIDO
Melinda, una chica que estaba cumpliendo 19 años, ya había pasado por una gran tragedia a sus 15 años. Su familia perdió todo, su padre cayó en un engaño empresarial donde perdió todo. Fue a la cárcel donde cometió suicidio, no soportó la crítica social. Nunca supo quién lo traicionó y el dolor de que su hermosa hija como su esposa fueran humilladas y echadas de todos los ámbitos sociales, como sus amigos le dieron la espalda… La madre de Melisa no pudo soportar la presión y las emociones la mataron de un ataque al corazón.
Didier (novio de Melisa) compró una casa a las afueras de la ciudad para que ella pudiera vivir; ella por ser menor de edad tuvo que escapar de los oficiales para no ser llevada a un orfanato, ya que no tenía quien viera por ella. (Didier era un hombre tres años mayor que ella, sus familias eran amigos, los dos se conocían desde la infancia) los padres de Didier al igual que todos le dieron la espalda, pero él se negó a alejarse de ella.
Melinda tuvo que dejar la escuela y buscar un trabajo; no le costó trabajo, ella era una chica alegre, muy positiva; a pesar de todo lo que vivió y la pérdida de sus padres no se dejó vencer, Didier fue el único que se quedó a su lado dándole ánimos y apoyo. Ella sacó fuerzas para seguir adelante y empezó a trabajar en una repostería, le encantaba hornear pasteles, galletas y otros postres.
La repostería tenía un área grande donde vendían pan, pasteles y dulces para llevar o para comer ahí mismo. El lugar era grande y lo manejaba una hermosa señora que se llama Sara; al principio dudó en contratarla, pero Melinda le mostró que a su corta edad ella sabía de repostería. Ella siempre cocinaba con su madre que le enseñó recetas de la familia y técnicas para que todo quedara perfecto, esa habilidad que tenía para la decoración era única de ella.
Sara se convirtió en una persona muy importante para ella, después de un tiempo trabajando con ella le contó una parte de su historia (Sara era una mujer que vivía sola, su hija falleció a la edad de 9 años por una enfermedad, su esposo la dejó; había algo más que no quiso contarle). Sara decidió adoptarla como hija de ella, para cuando cumplió 16 años la adopción se había dado, el lazo que las dos formaron fue muy fuerte.
Sara la mandó a que terminara sus estudios, por las mañanas estudiaba y por las tardes ayudaba en la repostería. Tenía sus propias recetas que las metieron entre las ventas, las cuales se convirtieron en un éxito; más de una vez sus pasteles fueron pedidos para fiestas, también eran muy vendidos por porciones entre sus clientes.
El tiempo pasó, la relación con la señora Sara era muy dulce, salió de la preparatoria, logró entrar a la universidad a estudiar gastronomía, era su pasión. La relación con Didier iba bien, aunque él nunca quiso convivir con sus compañeros de la universidad, ni con la señora Sara, siempre menospreció a todos a su alrededor; tres meses después de entrar a la universidad Melinda cumpliría sus 18 años, Didier le pidió que lo festejara con él y sus ex amigos, mismos que cuando pasó su tragedia le dieron la espalada.
Didier le dijo que todos querían verla y que estaban arrepentidos, que ese era su mundo del cual ella nunca debió salir, le dio tantas excusas y explicaciones que terminó convenciéndola.
Melinda tuvo que cancelar la fiesta que Sara le tenía preparada para ella y sus compañeros de la universidad para festejar su cumpleaños, aunque a Sara nunca le cayó bien Didier ella solo quería que Melinda fuera feliz, sin decir nada, solo la apoyó.
Melinda se hizo de una muy buena amiga en la universidad, su nombre era Carola, era su confidente y la que le ayudaba en la escuela, la escuchaba y hacían casi todas juntas.
Melinda le dijo a su amiga que no la podían invitar, ni festejar con ella porque su novio le tenía una sorpresa, aunque a Carola no le caía bien; le gustaba que su amiga fuera feliz, así que la animó a que se la pasara bien y disfrutara.
Didier le pidió que no llevara a nadie de la universidad, para que pudiera disfrutar de sus viejos amigos y de él.
Se llegó el día de su cumpleaños. Llegó de la universidad, se fue directo a su cuarto, se metió a bañar, al salir tomó su hermoso vestido de noche (era cerrado de la parte de arriba, manga larga y la espalda descubierta, un cinturón grueso en la cintura, la parte de abajo era una falda que llegaba a media pierna era un poco suelta, era de color negro, unas zapatillas cerradas, su peinado fue un poco recogido).
Una vez que estuvo lista salió del cuarto, Sara ya la esperaba con un hermoso regalo, era una caja pequeña; Melinda la abrazó y abrió su regalo, era una hermosa cadena bien detallada con un dije con la letra de su nombre M no muy grande, Sara se lo puso.
Melinda se despidió de Sara, tomo un taxi y fue directo al lugar que Didier le dijo. El lugar era un karaoke, un lugar muy elegante con precios muy altos; al llegar se fue directo a la sala que Didier había reservado para festejar su cumpleaños, estaba por entrar, medio abrió la puerta cuando escuchó la voz de uno de los invitados que tenía una conversación con Didier:
Mujer – ¡Didier! Vamos dinos, ¿Por qué haces todo esto? Todos sabemos que estás a punto de casarte con la hija del cuarto empresario más poderoso, ¿Por qué pierdes el tiempo así y te burlas de esa pobre?
Hombre 1 – ¡Cierto Didier! Mira que hacernos venir a festejar el cumpleaños de esa mujer, nunca nos cayó bien; si tú preguntas a cada uno de los que estamos aquí, te diríamos que le hablábamos porque convenía que su familia estuviera del lado de la nuestra, pero para todos era un fastidio estar con ella.
Didier se burla con una gran carcajada, dice con voz burlesca – Qué les puedo decir, es más por orgullo, esa mujer nunca ha querido estar conmigo y lo único que quiero es tener su cuerpo, una vez que lo logre; podré dejarla. Quiero saber qué se siente estar con una virgen y esta noche será el último día que tenga que estar con ella, nunca más regresaré a ese barrio bajo que me fastidia tanto.
Mujer 2 – ¿Como es eso posible? ¿Aún no logras tenerla? Tú, el hombre seductor, el gran Didier, tantos años para lograr acostarte con una mujer tan ordinaria como ella. Didier me desilusionas.
Didier – Bueno, qué te puedo decir, esa mujer es tan orgullosa y digna, que me la pone muy difícil; pero hoy no podrá evitarlo, mira este pequeño frasco que conseguí, es un afrodisíaco que pondré en su bebida. Ella misma me pedirá estar con ella, me rogará y suplicará que la haga mía.
Hombre 3 – ¡Qué asco tener que conseguir a una mujer de esa manera! Deberías dejarla ¿No crees que ya fue suficiente daño lo que tu familia le hizo? La dejaron en la calle, perdió a su familia, el desprestigio que le hicieron a su padre y todavía quieres hacerle más daño. Yo me largo, no me quedaré a apoyarte en tal bajeza.
Melinda al escuchar todo y como ese hombre iba a salir, se retiró de la puerta varios pasos, fingió que apenas iba llegando, el hombre salió del cuarto cuando la vio; Melinda lo mira y le dice con su voz dulce. -Hola, Humberto ¿Cómo estás?
Humberto la mira algo sorprendido con voz insegura, le dice – Hola Melinda, feliz cumpleaños, pásatela bien. Me retiro, me salió un problema, discúlpame y Melinda no tomes mucho.
Melinda lo mira y con una sonrisa en su rostro, una voz calmada le dice – Gracias Humberto, tú también cuídate, que todo te salga bien con tu problema.
Humberto no dijo más y pasó de largo dejándola ahí; Melinda se quedó parada sin saber qué hacer, se sentía muy molesta, frustrada, pero lo que más la inquietó fue lo que escuchó sobre la familia de él, eran los culpables de su desgracia; quería saber a qué se refería.
Tomó aire y decidió entrar y fingir que no sabía nada. Al entrar Didier fue el primero en levantarse, la abrazó y le dio un beso, ella lo aceptó, aunque rápido se quitó, todos los que estaban ahí la felicitaron de una manera tan seca que la incomodidad se sentía en el lugar.
Didier la dirigió a un gran sofá donde se sentaron los dos, estaban tres de las que en un tiempo se consideraban sus amigas, mismas que le dieron la espalda y 5 hombres que eran de su grupo de compañeros.
Melinda estaba furiosa, quería desquitarse, se quedó sentada; cuando le entregaron una bebida, hizo como que bebía, pero no la probó, empezó a observar a cada uno de ellos discretamente, quería saber dónde estaba la droga, ¿Quién la tenía?
Después de un rato Didier propuso a todos ir a un cuarto de hotel para seguir disfrutando y darle una gran sorpresa que le tenía, todos aceptaron; Melinda aceptó ir con ellos, quería hacerles pasar un mal rato, desquitar su coraje, salieron del lugar, se fueron a sus carros, ella se fue con Didier y otra de las mujeres, los demás cada uno tenía su carro. Lo siguieron y llegaron a uno de los grandes hoteles de la ciudad.
Al entrar uno de los amigos se acercó a recepción para solicitar una de las mejores habitaciones, todos estaban esperando en la entrada del elevador, pronto llegó con la llave del cuarto, todos subieron al elevador y se fueron a la última planta a uno de los mejores cuartos, al entrar todos se acomodaron, pronto llegó uno de los trabajadores del hotel con un pastel, champán, flores, vino, whisky y todo un servicio para festejar su cumpleaños.
Melinda sopló las velas y brindaron por su cumpleaños, ella no quería probar nada, solo fingía tomar. Después de un buen rato Melinda estaba sentada en uno de los sofás de la sala del hotel, cuando vio como Didier se levantaba y se acercaba a una de las mujeres que estaba en el minibar del cuarto, uno de los hombres quiso distraerla, pero ella vio como la mujer sacaba de su bolsa un pequeño frasco, toma una pastilla lo echaba en la copa de vino y se lo daba a él, regresó el bote a su bolsa que dejo en una silla.
Didier le entregó la copa a Melinda y la mujer le entregó unas bebidas a los demás para brindar, levantaron las copas para otro brindis; Didier estuvo muy atento a que ella lo tomara, ella hizo que tomara, todos la observaban.
Melinda se acercó lo suficiente a Didier haciendo un engaño para poder tirar la copa, todo le salió mucho mejor de lo que pudo haber planeado, la copa choca con la mano de Didier que le callo a una de las mujeres que estaba a un lado de ellos, chispeando a otro de los hombres, esto provocó que algunos trataran de hacerse a un lado chocando entre ellos y sus bebidas se derramaran en alguno de ellos.
Las mujeres corrieron al cuarto para limpiarse, cada uno de ellos busco como limpiarse, uno de ellos corrió al baño para tratar de quitar la mancha del vino, Melinda hizo que buscara algo para limpiar a Didier; en todo el caos aprovechó para acercarse a las bolsas y sacar el frasco de afrodisíaco y lo escondió entre sus ropas.
Tomó unas servilletas, fue a tratar de limpiar a Didier, después fue al minibar y sirvió unos vasos de whisky, unas copas de vino, para cada uno de ellos y le puso una pastilla a cada vaso, las revolvió hasta que se disolvieron, todos estaban tratando de limpiarse, distraídos.
Una vez que todos estuvieron juntos, Melinda se acercó con las bebidas y le dio una a cada uno, después regresó y se sirvió una copa de vino para ella, con una enorme sonrisa, emotivamente empieza a decir. - En disculpa les ofrezco estas bebidas, vamos a brindar todos juntos y hasta el fondo hay que bebernos todo como lo hacíamos antes, más que festejar mi cumpleaños; nuestro reencuentro como en los viejos tiempos.
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Comments
MARIA LUISA CAMACHO ANGULO
buen inicio de la novela, me gusta
2024-11-02
1
Blakshe
Que bueno que no es una niña tranquila , y sabe cómo defenderse
2024-06-28
1
Blakshe
estamos empezando una nueva aventura .. esto va pintando con mucha actitud
2024-06-28
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