Toda mi vida fue un cuento de hadas hasta esa noche, desde esa Noche mi vida cambio.
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capitulo 20
Anais
Esa noche no podía dormir quería sentir de nuevo sus caricias, que sus manos recorrieran cada centímetro de mi piel, ardía en deseos necesitaba tenerlo junto a mi, así que salí de mi habitación debía de estar con el por suerte Dayana estaba profundamente dormida, quería sorprenderlo pero la sorprendida termine siendo yo, ahí estaba esa bruja de Nicola semidesnuda y el se encontraba muy cerca de ella, no pude resistir esa escena así que no se lo que dije simplemente salí, entre a mi habitación tomé mi maleta y comencé a echar todas mis cosas en ella, Rodrigo se apareció no quería escucharlo por más que el insistiera , aunque cabe mencionar que si físico me desconcentraba llevaba el torso desnudo y un pantalón de chándal, si que se veía bien pero después en mi mente llegaban esas imágenes con Nicola lo que este par se habrá reído de mi, yo declarando mi amor y el ahí con ella revolcándose, salí de la habitación decidida a irme no soportaba estar en el mismo techo que el pero parecía que el universo estaba jugando en mi contra, no había ningún auto y el lugar más cercano era a miles de kilómetros y aunque el clima de la Toscana italiana es maravilloso esa no he estaba lloviendo, regrese con mi maleta hasta mi habitación y me encerré. A la mañana siguiente ya era tarde me había quedado dormida si no fuera por Dayana créanme que aún seguiría dormida
--- Anais es hora que bajes a desayunar---
--- ¡No quiero¡, No quiero ver a ese perro traicionero por qué soy capaz de matarlo con mis propias manos---
--- Será que bajes a desayunar por qué hoy regresamos a California---
--- Bueno por lo menos, ya no quiero estar en este lugar lastima que tenga que compartir avión con esté---
--- Ese como lo llamas te está esperando--- dijo Dayana baje y el estaba ahí sentado como si nada hubiera pasado.
--- Ya quiero irme--- dije muy enojada.
--- Desayuna primero son muchas horas de vuelo---
---No quiero---
--- TE HE DICHO QUE DESAYUNES--- El me acababa de gritar, nunca lo vi tan molesto, pero al parecer sus palabras tenían un raro efecto en mi tanto que me senté a desayunar y lo obedecí como una mujer sumisa la cual no era yo.
--- No quiero estar aquí, no quiero compartir la mesa con tu amante o tú a caso te crees jeque, que puede tener todas las mujeres que quiere yo no creo en la poligamia---
--- Nicola no está aquí, ni estará cuando tú o yo estemos en este lugar----
--- Yo no pienso volver a venir y mucho menos contigo por qué no confío en ti---
--- Claro que vendremos con nuestros hijos--- eso dijo el muy descarado, el se veía como si nada muy seguro de si mismo el muy idiota cree que me va a tener rendida a sus pies pero se equivoca quiere guerra, guerra tendrá.
--- El auto ha llegado señor--- dijo la señora de servicio, subimos al auto, el jet ya nos estaban esperando durante el transcurso del viaje dije no una palabra, esto era una guerra fría, Rodrigo se limitaba a trabajar, este viaje era de lo más aburrido incluso Dayana estaba muy callada, quería hablar pero no, ya que le estaría demostrando debilidad debía de contenerme, estaba a punto de quedarme dormida cuando el jet cuando la turbulencia se hacia cada vez mas fuerte tanto que tuve miedo
--- Yo aún no quiero morir--- grité muy desesperada --- Tengo mucho miedo---
--- Bambina todo estará bien no tienes nada que temer--- dijo Rodrigo mientras acomodaba mi cinturón de seguridad.