Flores Del Destino

Emiliano y Angy están en la ruta. Él va manejando y de repente siente un dolor terrible en el pecho que lo deja sin aire, tiene muchas ganas de llorar y no le encuentra sentido o no sabe el porqué pero está muy angustiado.

Estaciona el auto en la banquina y le pide a Angy regresar a su casa, ella se acomoda detrás del volante y aunque no tiene demasiada experiencia conduciendo hace lo posible por llegar al pueblo. Cuando están a unas cuadras de la tienda de flores, frena de golpe porque una señora mayor va distraída buscando algo en su bolso y no ve el auto. Angy la reconoce enseguida, es Gloria, entonces se asusta cuando la ve caer al suelo y se dobla el tobillo, sus cosas están desparramadas por el piso y ella intenta recogerlas pero el dolor es muy fuerte. Todo pasó muy rápido, así que se bajan y le dice

⎯ Gloria, disculpa. ¿te encuentras bien?

⎯ Si corazón, esta vieja es dura como un roble.⎯ dice pero al intentar levantarse nuevamente, un dolor agudo se apodera de la mujer y la hace trastabillar y le impide apoyar su pie.⎯ Creo que me torcí el tobillo.

⎯ Nosotros vamos al hospital, mi novio no se siente bien.⎯ dice Angy y él la mira sorprendido.⎯ Ven te ayudaré a levantarte.

⎯ Gracias pequeña, yo justo estaba yendo a ese lugar, mi sobrina entró en trabajo de parto.

Al escuchar esas palabras el dolor de Emiliano se agudizó y se llevó la mano al pecho. Ve cómo las mujeres se suben al auto y van rumbo al nosocomio.

A Emiliano lo atienden enseguida, el doctor que lo revisa le dice que solo sufre de un ataque de ansiedad, nada de que deba preocuparse, seguramente producto del estrés. Solo le recomienda descansar y evitar tener situaciones que lo alteren o emocionen por lo menos dentro de las cuarenta y ocho horas. Están esperando a Gloria que sigue en el traumatólogo, al parecer se quebró el tobillo y deben colocarle un yeso. Todo es silencio, el lugar está prácticamente vacío, cuando desde el pasillo el joven escucha el llanto de un bebe, no sabe porqué pero una lágrima rodó en su mejilla y el dolor desapareció completamente.

⎯ Amor ¿te duele algo más?¿por qué lloras?

⎯ No se. Pero ya no siento dolor. Estoy feliz

Angy lo mira sin entender qué le sucede, pero prefiere no seguir preguntando y solo le toma la mano.

Por suerte la señora estaba bien, solo debía descansar pero se sentía algo triste de no acompañar a su sobrina entonces la llevaron hasta su casa y se ofrecieron a hacerle compañía un rato.

Con Angy emprendieron el viaje nuevamente a la capital, aunque no deja de pensar en ese llanto y en lo raro que fue todo, como de la nada se comenzó a sentir bien nuevamente y la felicidad que siente en su pecho.

Llegaron a la casa de los padres de Emiliano, Angy le entrega el presente a Claudia, ella lo recibe encantada pero se da cuenta que su hijo no está bien, algo le preocupa. La cena fue muy agradable, es muy tarde así que Claudia la invita a quedarse a dormir y le ofrece una habitación al otro extremo del pasillo. El joven sabe muy bien lo que significa y obedece pero de igual manera ellos todavía no han estado juntos íntimamente. Él aún no se siente preparado para estar con otra persona, el recuerdo de Lara está muy presente en su piel y no quiere borrar esa sensación.

⎯ Emiliano ¿podemos hablar?

⎯ Sí mamá ¿qué pasa?

⎯ Esa chica es muy linda y parece de buena familia pero no te veo realmente interesado en ella.

⎯ Recién nos estamos conociendo, no es que me vaya a casar o algo por el estilo, pero tenía ganas de que la conozcan así no voy tanto a su pueblo y pasó más tiempo con ustedes. A veces extraño mi casa y últimamente no puedo venir.

⎯ Me parece bien, nosotros también te extrañamos pero no la ilusiones, se ve que te quiere.

⎯ Está bien, lo pensaré.

Entra a su cuarto y le pone seguro a la puerta. Nunca lo hace pero quiere estar solo y sabe que Ángela es capaz de venir a su habitación, ya le ha pasado antes estando en su casa y durmiendo en la habitación con Andrés. No entiende que no quiere tener relaciones con ella, que aún es muy joven para entregarse a él. Se quedó dormido y soñó con Lara, una vez más como todas las noches desde que se separaron, otra vez su beso lo despierta pero esta vez ella en su mirada tiene un brillo especial

⎯ Amor. Despierta, gracias por este maravilloso regalo. Es hermoso

⎯ ¿De qué regalo hablas?

⎯ Ya lo sabrás. Te amo.

⎯ Espera. Yo también te amo.

⎯ Te estamos esperando.

Se despierta agitado y tiene su frente sudada, necesita tomar un vaso de agua, sale despacio y va a la cocina.

Son las tres de la mañana, ve la llave del auto de su madre, las toma del estante y sale.  No le importa estar en pijama, necesita encontrarse con ella.

Hace unos meses que averiguo donde vive Lara y cada vez que puede pasa por su calle, por las dudas si se la cruza, estaciona frente a su puerta. Pasan un par de horas y no hay movimiento. Ya está amaneciendo y regresa a su mansión.

⎯ Hijo ¿de donde vienes?

⎯ De dar una vuelta.

⎯ Es tarde para que andes solo y en pijamas.

⎯ No me di cuenta de la hora ni de la ropa.

⎯ Ve a cambiarte, te esperamos para desayunar.

⎯ Está bien.

Cuando baja ya está duchado y listo para un nuevo día. Hoy llevará a Angy a la estación y él tomará un vuelo de regreso a Córdoba. Estaban desayunando y la mamá le comenta

⎯ Sabes Emiliano, el otro día  me encontré a los padres de Julieta, al parecer esperan su primer nieto, estaban comprando una cuna.

⎯ Que bueno, me alegro por ellos, aunque no sabía nada del embarazo.

⎯ Espero pronto ser abuelo, esta chica es muy hermosa.⎯ dice mirando a Angy. ⎯ Ya me imagino lo bello que serán mis nietos.

⎯ Es muy pronto para pensar en esas cosas, yo no quiero hijos.⎯ por lo menos no de ella piensa mientras mira como su padre lo observa confundido .⎯ Tengo  mis objetivos muy claros, recibirme, trabajar y después formar una familia. Antes ni loco.

⎯ No te enojes, solo te decía por si sucede, quiero que sepas que tendrás mi apoyo.

⎯ Gracias. Pero prefiero evitarlo.

Emiliano sube las escaleras y piensa que las últimas veces que vio a Julieta no tenía vientre de embarazada, se deben haber confundido. Seguro era algún regalo para alguien más.

Ángela lo miraba con odio, tarde o temprano ella sería su mujer cueste lo que cueste. No pensaba esperar tanto tiempo, ella tenía también sus planes.