Seducida por un Mafioso

Continúa...

Llamo a casa y le pido a Joana que la ayude a prepararse, no quiero que me retrase, ya sé cómo son las mujeres.

Beatrice

Después de que saliera de mi habitación, yo estaba anestesiada, oía el crujir de la puerta de su habitación, mi cuerpo no me respondía, era duro tener que pedirle que parara, cuando lo único que quería era ser suya, este sentimiento es nuevo para mí, los deseos que despierta en mí son anormales, pero aun así me niego a ser de alguien que me está arruinando la vida

Voy al baño y me meto bajo la ducha, estoy ardiendo, me quemo por dentro, me paso la mano por el cuerpo pero no es lo mismo, son sus manos las que necesito, termino de ducharme y me cambio, no tardo mucho y Joana me llama para comer, Comemos juntas y hablamos un poco, es agradable tener a alguien con quien hablar, terminamos y la ayudo con la limpieza, no le gusta mucho, tiene miedo de que Matteo nos vea, pero la ayudo de todos modos, termino todo, subo a mi prisión, también conocida como mi habitación, me acuesto y pronto me quedo dormida, y sueño con él

En el sueño todo era muy real, sus manos recorrían mi cuerpo, su boca estaba por todas partes, cuando se quitó los pantalones yo estaba lista para él, hasta que...

Toc Toc, Toc Toc

Me despierto asustado

Beatrice: Sí

Joan: Puedo entrar

Por supuesto, Juana.

Joana entra y ve lo sudada que está Beatrice

Joan: ¿Estabas teniendo una pesadilla?

Mírate, estás muy sudoroso

Beatrice: Sólo he tenido pesadillas últimamente

Dice, intentando cambiar de tema, pero qué pesadilla, señorita Beatrice, si Joan lo hubiera sabido (risas)...

Beatrice: ¿Qué necesitas?

Joana: El Sr. Matteo me pidió que le ayudara a prepararse.

Beatrice: ¿Para qué te preparas?

Joana: ¡Cena familiar!

Todavía es pronto, Joan.

Joan: Son casi las 6pm

Beatrice: ¿Qué, he dormido tanto?

Joanna: Será mejor que te des prisa, el Sr. Matteo odia los retrasos

Beatrice: ¿Qué es lo que no odia?

Joana sonríe

Joana: Escucha, él es una buena persona, lo que pasó con la señorita Aurora le ha cambiado

Beatrice: ¿Cómo era antes?

¿Y cómo murió?

Joana: Bueno, él no sonreía las 24 horas del día por supuesto, pero era feliz, ella lo hacía muy feliz, siempre encontraba la manera de reavivar su amor, hasta que se quedó embarazada, él siempre estuvo loco por los niños, quería tener su propia familia y ella siempre quería complacerlo en todo, eran casi lo opuesto, tú y él son muy similares, de todos modos, un día ella se fue y nunca regresó, su coche fue encontrado irreconocible, unos días más tarde enviaron su cuerpo con una nota diciendo que estaba embarazada, el Sr. Matteo los persiguió uno por uno y los mató...

¡Qué horror!

Joana: No dejará que te pase nada, quería a la señorita Aurora, pero tú eres diferente.

Beatrice: ¿Diferente?

Joan: Está celoso de ti, viene a tu habitación...

Beatrice: ¿Él qué?

Joana: No le digas eso, ya lo he visto en tu habitación, y cuando estabas encerrada ahí atrás, aquí es donde pasaba las noches, ya está bien, vete a bañarte, yo te arreglo el pelo

Se va y pronto vuelve, Joana le hace un moño en el pelo, dejando algunos mechones sueltos, Beatrice se maquilla de forma básica con un pintalabios un poco más oscuro, cuando se levanta Joana ya tiene el vestido en sus manos, el vestido es por encima de la rodilla, rojo con vuelta, sus tirantes caen sobre sus hombros, Joana le ayuda a ponerse los tacones, negros con algunas piedras, Joana le ofrece un collar, ¡pero Beatrice se niega a quitarse lo que le dejó su madre!

Joana: Es precioso

Beatrice: Gracias Joa, ¿puedo bajar ahora?

Joana: Sí, vamos, el Sr. Matteo te está esperando.

***

Matteo

Llego a casa y corro a mi habitación, oigo voces en la habitación de Beatriz pero sé que es Joana, me doy una ducha y me arreglo rápidamente, me pongo un traje, me peino, me perfumo, me pongo el reloj de bolsillo y bajo a esperarla, no tarda en bajar y wow está estupenda, trago en seco, camino hacia las escaleras y le ofrezco la mano, me la coge, contaba con que no me rechazara

Te ves hermosa - digo

Ella sonríe y yo la conduzco al coche.

Sigue...