El Corazón De La Bestia

Alana logró llegar hasta afuera de aquella mansión, se metió el dedo en la boca y se provocó el vómito, sentía amarga su boca después de vomitar, pero también sentía que recuperaba la consciencia.

- ¿Alana? – Preguntó Barrett llegando\, ella lo miró con el ceño fruncido- Vamos adentró\, nena- Tomo su mano\, pero Alana se soltó molesta.

- ¿Qué carajos es esa bebida? – Preguntó amenazante\, comenzaba a sentir que se recuperaba\, el hombre la miro con el ceño fruncido y después sonrió.

- Vaya\, dijeron que sería fácil llevarte a la cama- Suspiró y la miro de pies a cabeza.

- Si claro\, Jodete – Soltó molesta y cruzo los brazos.

Barrett se acercó amenazante a ella, Alana sintió su cuerpo pesado, soltó una maldición, ese hombre era un hechicero y estaba usando su magia en ella, no, no era eso, era aquella bebida, a pesar de haber vomitado la mayor parte, aún había en su cuerpo y eso era suficiente para que su cuerpo comenzara a paralizarse, ¿La drogaron? Era posible, miró a Barrett quien sonreía, esa sonrisa daba miedo, aquellos ojos oscuros la miraba de manera inexplicable, sentía que su cuerpo se doblegaba ante él, cayó de rodillas, comenzó a temblar, no dejaría que se apoderaran de ella, no sin dar batalla, comenzó a expulsar su magia, el vapor se convertía en fuego azul, Barrett comenzó a retroceder ante aquel ardiente fuego, pero solo fueron unos breves segundos y el fuego se desvaneció, Alana miró sus manos con sorpresa, no entendía que pasaba, pero no podía sentir su magia, miró a Barrett y comenzó a sentir demasiado miedo, a sentirse indefensa.

Barrett, la obligo a ponerse de pie, Alana trato de forcejar, pero incluso ya no tenía fuerzas, suspiró, estaba perdida, ni siquiera sabía a quién le mando ese mensaje, tampoco si había entendido lo que quiso decir con esa bandera roja.

- Mierda\, mierda\, mierda- Soltó una y otra vez\, intentando zafarse del agarre de ese hombre.

Barrett y Alana miraron un coche estacionarse justo en frente de ellos, Alana miro sorprendida, lo reconocía o eso creía, pero ese hombre no podía estar ahí ¿O sí?  Se abrió la puerta del piloto y sintió un gran alivio al verlo, realmente era él, o ¿Solo su imaginación?  Del lado del copiloto salió otro hombre, no lo conocía, pero era guapo y sexy, a pesar de la situación se fijó en aquello.

- Suéltela – Ordeno Maximiliano ya estando junto a ellos\, Barrett incluso era un poco más bajo de estatura y frente a ese hombre parecía nada.

- Vete a la mierda- Soltó Barrett- Vamos\, perra- Jalo a Alana\, pero ella trato de poner fuerza\, eso fue inútil y cayó al suelo de rodillas\, sintió dolor.

- Ay\, imbécil\, eso dolió\, hijo de perra- Gruño Alana\, se había lastimado sus rodillas.

Maximiliano sonrió, aquella chica no parecía estar totalmente en sus cinco sentidos, pero seguía siendo la misma, le gustó, se acercó a ese imbécil que trató de levantarla por la fuerza, lo tomo del cuello de la playera con una mano y con la otra, agarro la mano con la que sostenía a Alana y la apretó con fuerza, Barrett grito de dolor y soltó a Alana, al momento Maximiliano lo lanzó por los aires, Alana miró con la boca abierta por la fuerza que tenía se hombre.

- Ugh\, ¿Sigue vivo? – Preguntó el otro sexi hombre llegando al lado de Maximiliano\, era de cabellos claros y ojos miel\, vestía jeans oscuros y una sudadera negra.

- ¿La drogaron? – Preguntó Maximiliano mirando a Alana aún en el suelo\, ella se puso de pie con esfuerzo\, sus rodillas estaban lastimadas.

- Eso creo…pero ese perro me dio una bebida azul\, no sé qué mierda sea\, pero hasta siento que perdí mi magia – Gruño mirando a Barrett tratando de escapar. Maximiliano frunció el ceño y miro al hombre a su lado.

- Me haré cargo…tu puedes irte- Dijo con pereza\, mientras comenzaba a caminar hacia aquella mansión.

- Espera…- Alana trató de caminar\, quería darle unas cuantas patadas a ese bastardo\, pero sintió su cuerpo débil\, antes de caer Maximiliano la sostuvo de la cintura.

- No está en condiciones\, Señorita Rosental- La miro con profundidad\, sin pensar la cargo sobre sus hombros.

- Ay\, no joda\, bájeme- Comenzó a patearla\, pero al hacer eso solo recibió un fuerte azoten en su trasero\, gimió de dolor y maldijo por dentro porqué también sintió placer.

Maximiliano subió a Alana del lado del copiloto y después el subió al coche, arranco sin pensar en aquel hombre que había dejado en aquella mansión, sabía que podría arreglar aquella situación.

- Ay\, qué asco- Dijo Alana moviendo su cabeza de un lado a otro. - ¿Qué hacía ahí? – Preguntó mirándolo.

- Usted me mandó un mensaje- Respondió sin rodeos\, cuando recibió el mensaje estaba cenando con aquel hombre\, no dudo en ordenar a sus hombres que la buscaran\, solo para saber que estaba en una fiesta clandestina\, la miró de reojo- ¿Cómo carajo llegó a ese lugar? – Preguntó molesto.

- Me llegó la invitación- Dijo frotando sus dedos sobre su frente comenzaba a doler la cabeza.

- Estaba una fiesta clandestina- Soltó\, ella lo miró con sorpresa- Quiero que me envié la invitación y el contacto – Ordeno\, Alana puso los ojos en blanco\, pero no podía negarse gracias a ese hombre estaba bien\, hizo lo que le pidió y después su teléfono comenzó a sonar.

- ¡¿Dónde carajos estabas metido Sebastián? ¡Casi me matan! – Gritó molesta al contestar la llamada. – Olvídalo\, estoy bien ya- Dijo más relajada\, miró de reojo a Maximiliano el conducía con su ceño fruncido. – Te veré mañana\, estoy cansada- Dijo y colgó la llamada- ¿Podría llevarme a mi casa? – Preguntó con una leve sonrisa\, Maximiliano ni siquiera respondió continúo manejando\, hasta llegar al estacionamiento de aquel edificio. – Está no es mi casa- Dijo nerviosa.

- Ya lo sé\, ya que nos reunimos\, podemos divertirnos un rato- Dijo con una maliciosa sonrisa.

- Voy a morir a este paso- Se lamentó\, Maximiliano sonrió ante su comentario.

Alana trató de caminar hasta el elevador, pero aún sentía su cuerpo débil, Maximiliano tuvo que llevarla sobre sus hombros, al llegar la bajo en el sofá, ella miraba su teléfono, efectivamente había sido a él a quien le envió ese mensaje, lo miró, estaba un poco sorprendida de que haya entendido su mensaje y pudo llegar a tiempo, de lo contrario ahora quien sabe que estaría pasando con ella, miró sus manos, sentía que volvía a recuperar su magia, sonrió aliviada.

- Tome- Dijo dándole una botella de agua\, mirando su celular\, Alana le había enviado aquella invitación y el número de quien la invitó\, envió los datos a ese hombre para que investigara.

- ¿Quién era el tipo sexi que llego con usted? – Preguntó\, Maximiliano le dirigió la mirada con el ceño fruncido. – Es mi tipo- Dijo sin pensarlo.

- Parece que ya está mejor- Dijo mientras dejaba su teléfono sobre la mesa de centro y se quitaba el saco\, Alana tragó en seco y trato de alejarse\, pero Maximiliano fue rápido\, la acostó sobre el sofá y él se colocó sobre ella\,

- Espere… - Trato de evadirlo\, pero ese hombre atrapo sus labios en un apasionado y feroz beso\, Alana no tardó en responder\, sentía las caricias de ese hombre sobre su cuerpo\, sentía como su humedad crecía en ella\, jadeo entre el beso\, separo sus piernas y las rodeo en la cintura de él\, atrayéndolo hacia a ella y sintiendo su dureza rozar en su sensibilidad.

- ¿Ansiosa? – Terminó el beso y la miró con su prepotente sonrisa. Alana soló lo miró y lo atrajo a ella para besarlo de nuevo\, realmente deseaba a ese hombre dentro de ella\, tenía que aprovecharlo pues sabia que en algún momento el sexo con él llegaría a su fin.