"Amaya Dalys, única hija y heredera del Ducado Dalys es caprichosa y casi toda la nobleza la odia por ser una megalómana justificada"
Esa es la conclusión a la que llega la nueva Amaya Dalys, sin embargo, esto no es lo que realmente le causa problemas. Si no su irrompible matrimonio con el Marqués Axel Hackett.
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¿CON QUIÉN ME CASÉ?
Artur despertó lentamente, parpadeó los ojos de forma encantadora pues había dormido estupendamente.
[Me gustaría dormir así más a menudo]
Se dijo así mismo volviéndose a acurrucarse entre sus mantas.
[Tengo tanta pereza- ¿Huh?, ¿Pereza?, yo nunca he tenido pereza]
Se levantó de la cama y miró la hora en el reloj.
«¡!» [¡¿11:00 am?!]
Soltó su reloj y se cambió rápidamente, corrió por los pasillos sin peinarse ni estar tan arreglado como de costumbre.
Fue directo a recepción y preguntó:
«¿El Marqués y la Marquesa, a dónde fueron?»
«¿Qué?, ellos, todavía no han despertado, ni siquiera pidieron comida para el desayuno»
Esto calmó un poco a Artur.
«Ya veo, gracias»
Soltó un suspiro de alivio y volvió a subir las escaleras con lentitud hasta el piso más alto, cuando llegó al frente de la puerta la tocó, después de todo, primero estaba la sala y luego el dormitorio.
«Mis señores, estoy entrando»
Dijo y abrió la puerta, todo estaba en orden, como recordaba dejarlo el día de ayer.
[No parece que hubiera pasado algo, los otros vigilantes tampoco reportaron algo]
Se acercó a la puerta del dormitorio y acercó su oído.
[No sé oye nada-¡¡!!]
Decidió abrir la puerta cuando escuchó un "¡Mm!, ¡Mm!", cómo cuando alguien tiene un trapo en la boca que le prohíbe hablar.
Cuando miró dentro, su cara oscureció al encontrar sobre la cama al guardia de turno noche, con sogas atandolo al espaldar de la cama y su boca con un trapo dentro.
«¿Qué demonios?»
Se acercó rápidamente y lo primero que hizo fue quitarle el trapo de la boca.
«¡Líder!, ¡Esto no es bueno, alguien se llevó a la princesa!»
Los ojos de Artur temblando.
«Estaba vigilando la habitación cuando alguien me golpeó la nuca y quedé inconsciente, para cuando desperté, estaba atado aquí y no ví a la princesa»
Artur se enojó y le dio un cachetada a su caballero.
«En otras malditas palabras, no viste nada ¿Verdad?»
«L-lo siento líder»
Soltó las manos del caballero.
«Busca a los demás y diles que encuentren a la princesa, no pudo simplemente desaparecer»
«¡Si!»
El caballero corrió y Sir Artur afiló la mirada.
«Debe faltar algo, debe haber una pista»
Abrió los armarios encontrando que ni las joyas ni los vestidos habían sido robados.
«Quién sea que haya secuestrado a la princesa-¡¡!!, ¿Y el Marqués?»
Frunció el ceño y abrió la caja de roble en dónde sabía que guardaba su lanza, ahí dentro no estaba la tan preciosa lanza, pero si que había una nota con una carita feliz.
..."¿No es descortés revisar las cosas de otras personas, Sir Artur?, pero dejando eso de lado, deberías preparar mejor a tus soldados, realmente no fue difícil encontrarlos. Bueno, que tengas un gran y lindo día \=)"...
Artur aplastó la nota muy enojado.
«Me las pagarás, Marqués Axel Hackett»
***
Una hermosa mariposa blanca pasó volando cerca de una cabellera negra que se cubría del sol con una capucha.
Sus ojos como dos hermosos citrinos la vieron y levantó su mano intentando ofrecer su mano para que la mariposa posara, pero el animal la ignoró y se fué.
Aún así, Amaya sonrió en paz y relajó su cuerpo hacía atrás en dónde el pecho de su esposo la sostenía.
«¿Estás bien?»
Amaya asintió.
«Ya no está haciendo tanto frío»
«¿Segura?»
Amaya miró a un lado y nerviosa abrazó a su muñeca.
«Esta bien, a Enara le duele el trasero de estar horas montada en caballo»
«¿Enara?, ¿Le pusiste tu nombre a tu muñeca?»
«¿Algún problema? Es mi muñeca, le puedo dar el nombre que quiera. Además, ya me acostumbré a que me llamen Amaya»
«No hay ningún problema. Pero ¿No hubieras querido ver las auroras boreales?, estaba a solo dos días de que aparecieran»
«¿Cuántos años tengo como Amaya?»
«20»
«Tengo más de 50 años de vida para ir a verlo, no es urgente que lo vea ahora»
Amaya levantó sus manos a lo alto estirándose y al bajar tocó las mejillas de su esposo.
«Deberíamos descansar, tu cara se nota un poco cansada»
«Estoy bien»
«Vamos, paremos por aquí, es una bonita mañana, quisiera caminar un poco, ¿O es que hay peligro de que nos encuentren?»
Axel dejó caer su cabeza en el hombro de su esposa con un suspiro.
«Podemos descansar un par de horas»
Ella le acarició la cabeza con un...
«Genial»
Entonces el caballo se detuvo y ambos bajaron cubiertos por capuchas. Se notaba que ninguno traía ropa lujosa, sólo ropa simple que se denominaba como "ropa plebeya".
Axel miró a su esposa respirando el viento frío de esta mañana con naturalidad sin ninguna molestia en su rostro.
[Al principio estaba dudando de la ropa que le di, quiero decir, la parte que todavía duda de su historia me decía que jamás se pondría la ropa y me la tiraría en la cara, pero ahora, mi parte que le cree está diciendo algo como: "debes creerle, la Amaya original no sería tan linda"]
«Axel»
«¡!, ah, si, estaba un poco distraído, ¿Qué dijiste?»
«Te dije que deberíamos comer ya que estamos descansando»
«Si, tienes razón»
Axel volvió a poner su sonrisa amable y jaló las riendas del caballo para llevarlo a un escaso pastizal en dónde empezó a comer y beber el rocío de la hierba que aún se mantenía dado que todavía estaban saliendo de un territorio frío como Argotán.
«¿Y que trajiste para comer?»
«Pan; papa; algunas verduras; frutas y un poco de especias básicas»
«Excelente»
Declaró entusiasmada Amaya, cosa que dejó sin habla a su esposo que preguntó:
«¿Eso está bien?»
Amaya buscaba rocas pequeñas con la mirada.
«Por supuesto que está bien, tú tienes una lanza, así que debes saber cazar ¿Verdad?»
«Si»
Amaya encontró piedras perfectas según su crítica.
«¿Entonces puedes cazar algo de carne?, ah, ¿Dónde consigo agua?, ¿Hay algún río cerca, Axel?»
«... Está algo lejos, puedo ir si quieres»
«Esta bien»
«Pero, si traigo carne, ¿Qué haremos?, yo sólo sé ponerlo al fuego y darle vueltas»
Su esposa contestaba despreocupada mientras sacaba hierba con sus manos para hacer una hoguera.
«Te dije que vivía en un orfanato, así que no te preocupes, yo cocinaré»
«B-bien. Entonces vuelvo pronto»
«Ve con cuidado, no quiero terminar viuda»
«Si, está bien»
Alex estaba mareado ahora mismo. Miles de preguntas impregnaron su mente.
Agarró su lanza y avanzó hacía adelante, adentrándose en el bosque todavía en blanco, digiriendo estás nuevas acciones que escuchaba y veía.
No fue difícil encontrar un par de patos y agarrarlos del pescuezo ignorando sus aleteos, Axel sólo tenía un par de preguntas ocupado toda su atención...
[¿Con quién exactamente me casé?, ¿Con quién dejó mi madre que me casara?]
La oscura silueta de la exMarquesa Hackett apareció en la cabeza del actual Marqués.
Una hermosa mujer de cabellera rubia mostraba una sonrisa amable. Sus ojos parecían también sonreír de forma amable, pero para Axel, ver su amabilidad le hacía poner la piel de gallina.
Con cada uno de sus vellos crispandose como si estuviera en peligro....
[¿Por qué habrá sido?]
en esta novela no hay magia?