Fin A Nuestro Matrimonio

La persistencia de Elena en intentar separar a Valeria y Lucas no solo ponía a prueba su relación, sino que también comenzaba a entrar en terrenos más oscuros y peligrosos. Decidida a salirse con la suya, Elena empezó a jugar juegos cada vez más riesgosos que amenazaban con destruir cualquier avance que la pareja había logrado.

Elena, dispuesta a todo, comenzó a investigar profundamente en la vida de Valeria y Lucas. Usó sus contactos para obtener información personal y, de manera sigilosa, planeó cómo usarla para su beneficio. Su objetivo era claro: sembrar la desconfianza y el caos en la vida de la pareja.

Una noche, mientras Lucas trabajaba hasta tarde en la oficina, Elena aprovechó la oportunidad para intentar acercarse nuevamente. Decidió esperarlo en el estacionamiento, sabiendo que tendría que enfrentarlo en algún momento.

—Lucas, por favor, solo escúchame —dijo Elena, interceptándolo cuando salía del edificio.

Lucas, visiblemente frustrado, trató de mantener la calma. —Elena, esto tiene que parar. No puedes seguir interfiriendo en mi vida.

—Solo quiero hablar, nada más —insistió Elena, con una mezcla de desesperación y manipulación en su voz—. Sé que aún sientes algo por mí.

Lucas negó con la cabeza, decidido a no caer en sus juegos. —No, Elena. Lo que tenía contigo terminó. Por favor, respétalo y sigue adelante.

Pero Elena tenía otros planes. Decidida a hacer que Lucas dudara de su decisión, comenzó a dejar pistas y mensajes que insinuaban que Valeria no era tan inocente como parecía. Comenzó a enviar correos electrónicos anónimos a Lucas, sugiriendo que Valeria tenía secretos que le estaba ocultando.

Lucas, aunque inicialmente escéptico, no pudo evitar que las dudas comenzaran a surgir. Cada vez que recibía uno de esos mensajes, se preguntaba si había algo de verdad en ellos. Decidió hablar con Valeria sobre sus inquietudes.

—Valeria, he estado recibiendo estos mensajes —dijo Lucas, mostrando los correos en su teléfono—. Sé que es Elena, pero no puedo evitar preocuparme. ¿Hay algo que me estés ocultando?

Valeria, al ver los mensajes, sintió una mezcla de indignación y tristeza. —Lucas, sabes que no tengo nada que ocultarte. Esto es solo otra táctica de Elena para separarnos. No podemos dejar que logre su objetivo.

A pesar de las palabras de Valeria, las dudas de Lucas persistieron, y Elena aprovechó cada oportunidad para avivar esas inseguridades. Incluso llegó a falsificar pruebas que implicaban a Valeria en situaciones comprometedoras, intentando hacer que Lucas creyera en su narrativa.

La situación se tornó aún más peligrosa cuando Elena comenzó a seguir a Valeria y a Lucas, apareciendo en lugares inesperados y enviando fotos de ellos en momentos privados. Valeria empezó a sentirse acechada, su seguridad y la de su familia amenazada.

Un día, Valeria decidió que era hora de tomar medidas más drásticas. Fue a la policía y presentó una denuncia por acoso, llevando todas las pruebas que tenía contra Elena. Lucas, al ver la determinación y el coraje de Valeria, decidió apoyarla sin reservas.

—No podemos seguir viviendo con miedo —dijo Valeria, mientras llenaba los formularios en la comisaría—. Necesitamos protegernos y proteger a nuestra familia.

Lucas asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. —Tienes razón. Haremos todo lo necesario para mantenernos a salvo y detener a Elena.

La denuncia y la intervención de la policía pusieron fin a los juegos peligrosos de Elena. Aunque no fue fácil, Valeria y Lucas lograron obtener una orden de restricción contra ella, asegurándose de que no pudiera acercarse ni contactarlos nuevamente.

A pesar de los desafíos y el peligro, Valeria y Lucas encontraron en esta experiencia una nueva fortaleza y determinación para luchar por su relación. Aprendieron que, aunque el camino estuviera lleno de obstáculos, su amor y compromiso podían superar cualquier adversidad.