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«El Secuestro» Unidos Por El Destino

«El Secuestro» Unidos Por El Destino

Status: Terminada
Genre:Completas / Equilibrio De Poder / Poder equitativo
Popularitas:1.4M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Ana de la Rosa

Dos jóvenes de la misma clase social, pero con diferentes personalidades. Se verán envueltos en una difícil situación. Ambos serán secuestrados, para beneficios de otros. ¿Qué pasará con ellos? ¿Lograrán salir ilesos luego de pasar un proceso traumático? Los invito a leer

NovelToon tiene autorización de Ana de la Rosa para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 13

Qué relación existía con esa joven y sus familiares. Claramente, Samuel no lo conocía, entonces, por qué ella.

Madolyn salió del baño y notó a Edgar mirándola fijamente. Sintió una incomodidad y una repulsión por ese hombre, ya que por él, según ella, estaba ahí.

La joven tenía puesta una diminuta bata de seda de color gris, que se la proporcionó la señora que se encargaba de llevarles los alimentos. No tenía sostén, ni braga, puesto a que eso querían sus secuestradores, que ella intencionalmente provocara a Edgar. Sin embargo, él no la miraba con deseo, no le prestaba atención a sus atributos y no pretendía tocarla.

— ¿Puedes dejar de mirarme?— preguntó la joven, secándose el cabello con una toalla.

Edgar no emitió palabras algunas, era más fácil hablar con la pared que con esa señorita de mal genio. Él se puso de pie para entrar al baño, y sintió todo su cuerpo entumecido, debido a la falta de movimientos y de descansar cómodamente. Llevaba tres días durmiendo en el frío piso de un sótano, eso sin contar que estaba encadenado.

Por suerte, las cadenas eran lo bastante largas como para poder ir al baño, aunque no podía cerrar la puerta. Obligatoriamente, tenía que hacer todas sus necesidades con la sensación de ser vigilado.

— Se puede mover, por favor.— le pidió a Madolyn

Ella rodó los ojos y se movió de lugar.

A la hora del desayuno, Madolyn no quería nada de comer. Para ella era muy extraño todo el montaje del bendito secuestro. Silenciosamente, observaba a Edgar, y él probaba diminutas porciones de frutas.

— Señor, Lewis, ¿no le parece que los secuestradores son muy condescendientes con nosotros?

— ¿Por qué lo dices?

— Nos suministran alimentos, agua, y trapos limpios.— explicó la joven.

— Es el buen trato que vamos a recibir hasta conseguir su objetivo.

— Que sería lograr que usted y yo nos acerquemos íntimamente, yo quede embarazada, luego que nazca el bebé nos matan a los dos, ¿cierto?

— Supongo que sí.

— Escúcheme bien, señor Lewis, jamás voy a tener relaciones sexuales con usted. Prefiero morir antes que tener un bebé. Hable con su primo y dígale que le consiga otra incubadora humana y a mí me mate de una buena vez.— expresó exaltada, y se metió en la cama.

Edgar la miró con los ojos entrecerrados, él no tenía planes de tocarla.

— Yo jamás obligaría a una mujer a estar conmigo. Le prometo que no la voy a tocar. No sé cómo lo voy a hacer, pero nos iremos de este lugar.

Ella volteó a mirándolo.— ¿Puedo confiar en usted? ¿De verdad no me vas a tocar?

— Le voy a aclarar un algo, señorita. Me considero un hombre respetuoso, dentro de mis límites. No se las razones por las cuales la eligieron a usted, porque evidentemente no tenemos nada en común. No quiero que un hijo mío venga a este mundo por una bendita herencia, y menos en estas condiciones. Tocarla sexualmente, no está en mis planes.

Los minutos eran una eternidad en ese pequeño cuarto de poca luz. Dos días después, había llegado el momento de poner en marcha el plan de “Procrear un bebé”. Madolyn empezó sus días fértiles y había que aprovechar esas fechas.

Samuel, Alondra y el doctor, analizaban cuál era el mejor método para provocar que ellos estuvieron juntos sexualmente. El doctor le sugirió varios afrodisíacos y unas drogas efectivas, para convertir a Edgar en un animal salvaje en busca de su presa.

Alondra puso objeciones, no lo quería ver sufrir, pero Samuel, abrió los ojos con júbilo, era exactamente lo que él quería que hiciera su primo.

— Si le damos el afrodisiaco y también el doctor lo inyecta, quizás le provoque un paro cardíaco, o algo más.— dijo Alondra, nerviosa.

— Señora, Alondra, no pasa nada, únicamente parará la noche con una erección. Es imposible que después que le suministremos las dosis él no se acerque a ella.— habló el doctor.

Acercarse a Edgar era difícil, él no se iba a dejar inyectar y menos se iba a tomar ningún afrodisíaco. Samuel lo conocía bien, sabía que ver en peligro a Madolyn lo haría flaquear, por el sentimiento de culpa. Entonces, armó un teatro para lograr su hazaña. 

Alondra negó con la cabeza y prefiero no seguir escuchando a su cómplice.

Empezó a caer la noche, Edgar y Madolyn estaban en sus respectivos lugares. De pronto, se abrió la puerta. Ambos levantaron la cabeza y vieron a los cinco hombres entran al sótano. Tres de ellos armados, Samuel, y el doctor con jeringa y poción en las manos.

— Arriba, bellos durmientes. — dijo Samuel, entre risas.

— ¿Qué diablos quieres?— preguntó Edgar, Madolyn se encogió en la cama, queriendo desaparecer. 

— Mis hombres se vinieron a divertir con la señorita un rato.

Dos de los hombres se acercaron a Madolyn, la sacaron al pasillo y empezaron a tocar. Ella gritaba desesperada, una y otra vez. — No, por favor. No me hagan daño. 

Edgar estaba nervioso, alterado, sintiéndose culpable e impotente. — Déjenla, desgraciados. No la toquen.— gritó Edgar, lleno de rabia.

— Bien. Ellos la van a dejar, pero tú deja que el doctor te pongas estos analgésicos.— dijo Samuel.

— No necesito ningún analgésico.

— No, no por favor. — siguió gritando Madolyn.

Edgar estaba reacio a dejar que le suministren algo en su cuerpo, pero los gritos de Madolyn hacían eco en su cabeza. No podía soportar que abusaran de ella. Era un hombre que pocas cosas le afectaban emocionalmente, ver una mujer maltratada era una de ellas. Sin importarle las consecuencias, gritó fuerte. — Ok, has lo que quieras conmigo, pero déjala a ella.

Samuel chasqueó los dedos y el doctor se acercó a Edgar. Le inyectó la droga y le dio a beber el afrodisíaco. Los hombres soltaron a Madolyn y ella entró corriendo a la habitación.

— Ahora sí, los dejó solos, para que se relajen.— dijo Samuel.

— Te juro que me la vas a pagar, infeliz.— expresó Edgar, mirando fijamente a Madolyn, quien se encogió en la cama asustada y llorando.

Minutos después, Madolyn seguía en la misma posición.

— Señorita, ¿Le hicieron daño?

Autora; Al parecer no les gusta la historia, no veo comentarios, ni me gusta, ni voto, ni regalo. Jajaja 🤣

1
Marta Perez
Malo
Marta Perez
Muy malo
Lourdes Villafranca
La estoy procesando va por buen camino me Está atrapando
Yailyn Mugica Oña
Hermosa novela me gustó mucho
MARILYN CLARETH TRIANA DELGADO
Excelente
Luz Daira Rodrigez
estubo buena de cosas malas yegaron buenas 🌲😄
Tulia Elena Calvo Fajardo
Excelente
Luz Daira Rodrigez
cedes pidieron tanto que que les quedó el recuerdito
orneidy soto
felicitaciones escritora gracias por regalarnos tan excelente novela.. Éxitos
Miriam Gaby
Normal
orneidy soto
Excelente
orneidy soto
Normal
Luz Daira Rodrigez
Muy malo
Naylux Amanad
me encantó felicidades muchos éxitos más para ti
Arsel Sánchez 🏳️‍⚧️
ojalá no aparezca en la boda Samuel
Arsel Sánchez 🏳️‍⚧️
bebe a bordo
Estela Garduño Vázquez
Muy emocionante, xq lleva intriga, suspenso, y sobre todo amor, mucho amor. Me encanto, fue una historia diferente a todas las que he leido. Felicidades autora.
Diana Castillo
X favor q no sea la protagonista la tal malgonia esa
Yolanda Garcia
Excelente
Yolanda Garcia
Muy malo
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