Me obligaron a casarme con un hombre que no amaba ni el a mi, habia aprendido a vivir como la esposa del segundo principe de Cassttle, resignada a morir como la princesa despreciada. Hasta que llego el, estaba segura que no volveria a verlo nunca y ahora resulta que esta aqui y que es el hermano mayor de mi esposo. El primer principe de Cassttle!!
Amarlo de la manera en que lo hacía era un pecado, uno dificil de no cometer, controlar el deseo que sentia por el era un desafio en el que irremediablemente habia perdido, fue imposible no caer en su juego... de Seducción!
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18. Jugando al buen Príncipe
Los rumores de Guerra se escuchaban en todo el palacio, las chicas me habian informado que Alejandro habia enviado las cenizas de la princesa al emperador de Roux, eso me hizo reir. De verdad queria enfurecer a el emperador, al dia siguiente llego una carta de Roux pidiendo dejaran ir a su hijo, quien era el príncipe heredero de Roux, se les respondio que lo verían en la guerra, me imaginaba su cara de sorpresa cuando viera a su hijo convertido en una estatua de hielo.
Habian pasado 5 días desde el accidente y hoy retomaría mis tareas, cuando entre a mi oficina, me lleve una sorpresa, todo habia sido movido.
- Clara.
La escuche venir corriendo hasta que llego a mi lado.- Que necesita princesa?
- En donde estas los libros de cuentas?
- Su esposo se los llevo princesa, dijo que tomaría sus obligaciones de ahora en adelante.
- Dios pero que intenta este hombre.
Me di la vuelta y comence a caminar hacia la residencia del principe, el no sabia nada sobre cuentas, deberia dejarlo que se estrellara y mostrara su poca inteligencia, pero el imperio no tenia porque pagar por su negligencia. Caminaba rapido por los pasillos cuando llegue a la entrada de la residencia del principe, vi que traian muchos baúles, al parecer habian hecho unas grandes compras y ya me imaginaba quiénes.
- Oh hermana no sabia que ya estabas mejor.
- Viniste a ver nuestro esposo, lo siento ya se arrepintió de las estupideces que te dijo y se dio cuenta que solo nosotras podemos amarlo como lo merece, bueno prueba de eso es todas estas cosas que nos compro.
- Si, salimos paseamos y nos compro todo lo que quisiéramos como compensación por su tonto desliz contigo.
Una risa salio de mis labios, sabian ellas que nada de lo que habia comprado el para ellas le habían costado un penique de su bolsillo, eso era lo que las mujeres Interesadas creían que era el amor, me daban mucha vergüenza. Escuchamos unos pasos que venían asi acá.
- Oh ahi viene.
Ellas se apresuraron a el y cuando el subio su rostro y me vio, su cara cambio a una de sorpresa.
- Esposa que inesperada tu visita necesitas algo.
- Si, que me devuelvas los libros de cuentas. Los dos sabemos que no sabes nada sobre llevar las cuentas.
Sus ojos me miraron con molestia.- Originalmente era mi trabajo solo lo tome de vuelta, te dije que tomaría mis obligaciones de vuelta.
- Tambien dijiste que te divorciarias de tus concubinas y miralas aqui colgadas de tu brazo.
Sus ojos me miraron con vergüenza, mis hermanas tenian cara de molestia.
- tu nunca lo vas a amar el no tiene porque...
- Silencio... Tu... Tu tambien dijiste que nunca me ibas a querer, acaso tus sentimientos cambiaron.- El dio un paso hacia adelante y se solto de mis hermanas, quienes me vieron con molestia.
- No, no han cambiado, solo queria hacerte ver que aunque digas que vas a cambiar algo, no puedes hacerlo de un dia para otro, hoy es miercoles y hay que administrar los pagos de los caballeros que sirven en el palacio y la servidumbre y en vez de estar haciendo eso, estabas malgastando el dinero que no te pertenece en comprar el amor de tus interesadas concubinas.
- Ya tengo a alguien trabajando en eso, ademas el dinero del imperio me pertenece soy el segundo principe de Casstle.
- y yo la segunda princesa y no me ves gastando el dinero del imperio. Devuelveme los libros de cuentas y anda a seguir perdiendo el tiempo con mis hermanas.
El me tomo fuerte del brazo, habia herido su ego de hombre, parecia que iba a explotar de rabia.
- No vuelvas a hablarme asi soy tu esposo, acaso tengo que diciplinarte.
- No podrias aunque quisieras, no eres rival para mi y lo sabes.
Lo mire a los ojos y me solto asustado, se miro la mano y la metio en su bolsillo.
- no voy a devolverte los libros de cuentas, este es mi trabajo y yo voy a...
No termino de hablar porque se escucharon unos pasos venir hacia acá, por el pasillo, venia Alejandro, tan precioso como siempre, su cabello rojizo brillaba con la luz del sol, mechones rebeldes sobresalían de la corona y le caían a los lados de la cara, llevaba una camisa blanca y una capa azul cielo, se veia celestial, su mirada se poso en mi y sonrio, me habia atrapado mirándolo mas de lo que debía, me aclare la garganta nerviosa cuando el llego a nuestro lado. Mis hermanas inmediatamente hicieron una reverencia y saludaron. Yo simplemente no podia dejar de verlo ni el a mi, mientras saludaba, sus ojos no se despegaban de los mios, me miraba con una sonrisa juguetona. Se volteo hacia mi y quedamos frente a frente.
- Larga vida al sol del imperio.
Yo hice una reverencia, su mirada se poso en mi escote, sus ojos se veían oscuros, me sonreía juguetonamente.
- Princesa, justo iba a sus aposentos.
- Oh no sabia que tendría visitas, necesita algo su majestad.
- Si, tenemos que hablar de lo que se avecina, tengo algunos planes pero quería consultarlos contigo princesa.
- Claro vamos.
Me di la vuelta y comence a caminar cuando escuche a Remus.
- Alicia.
Su grito de reproche, se escucho en todo el pasillo, me voltee y lo mire.
- Esposo te dejare que sigas jugando al buen principe si eso es lo que quieres.
El abrio los ojos de sorpresa.
- Cuando sea demasiado para ti, puedes buscarme y devolverme mi trabajo.
Me di la vuelta y salimos de hay cuando llegamos a mi residencia pedi que nos sirvieran el te en la terraza y caminamos alla.
- Me alegra ver que ya esta mejor.
- Me recupere rápidamente gracias a su fuerza y vitalidad, muchas gracias su majestad.
- Es un placer para mi.
Trajeron el te y tomamos en silencio.
- Entonces que era lo que queria hablar conmigo
- La verdad solo queria verte.
Su mirada me escaneo con deseo. Mi corazon comenzo a latir desbocado, mi piel ardia del calor y enviaba una corriente eléctrica a mi sexo, pero que me pasaba. De mis labios se escapo un pequeño y inaudible gemido, el me miraba con conocimiento de lo que sentia.
- Que me haces Alejandro.
- Nada, solo sientes lo que yo siento. Estamos conectados lo recuerdas.- El tomo un cuchillo de la mesa y se hizo una cortada en la palma de la mano, mi mano ardio inmediatamente y cuando la vi, hay estaba la cortada, el junto su mano con la mia y el ardor paso, cuando me solto ya no tenia nada y el tampoco.
- No es impresionante.
- Mucho.
nuestras miradas seguian entrelazadas mientras mi respiración disminuía.
- Podemos reunirnos en privado.
Mis ojos se agrandaron y mi mente se lleno de recuerdos de cada vez que habíamos estado solos en mi oficina.
El rio y hablo.- Solo vamos a hablar Alicia.
Mis mejillas se tornaron rojas, el sabia en lo que estaba pensando. Me levante y lo invite a mi oficina, habia mucho de que hablar.
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JEJEJEJEJEJEJEJEJEJEJEJEJEJEJE...
Esto se va a poner más que mega bueno....
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Siiiiii, que bien....
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