Luana Martínez es una joven de 23 años que ha dedicado su vida a la repostería, siguiendo los pasos de su madre en la pastelería familiar. A pesar de ser sociable y tener un fuerte vínculo con su hermano Mike, Luana es reservada y prefiere la tranquilidad de su hogar a las fiestas. Su vida da un giro inesperado cuando recibe una invitación a la fiesta de Logan Harris, un atractivo empresario de 27 años conocido por su vida social agitada y su carisma.
A medida que Luana se adentra en el mundo glamuroso de Logan, comienza a cuestionar sus propias limitaciones. Él, con su espíritu aventurero y despreocupado, es todo lo contrario a ella. A través de encuentros inesperados y conversaciones profundas, Luana se encuentra cada vez más atraída por su manera de ver la vida. Luana debe enfrentar sus miedos y abrirse a nuevas experiencias, mientras descubre que el amor puede florecer en los lugares más inesperados.
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Capítulo 10: Un Nuevo Rumbo
Logan
El aroma a madera recién pulida y a pino inundaba la cabaña, una fragancia que me transportaba a mi infancia. Los recuerdos de veranos felices, de tardes jugando con mi hermano en el bosque y de noches estrelladas bajo el cielo despejado, me inundaban con una sensación de nostalgia.
Estábamos celebrando el cumpleaños de nuestra madre, un fin de semana de paz y tranquilidad en la cabaña que ella tanto amaba. David, mi hermano menor, se encargó de la sorpresa, y la alegría en el rostro de nuestra madre al llegar al lugar fue la mejor recompensa.
La cabaña era pequeña, acogedora, con una chimenea que crepitaba alegremente y una vista espectacular del bosque. Era el lugar perfecto para desconectar del ajetreo de la ciudad y conectar con la naturaleza y con los que más queríamos.
Talia, mi amiga de toda la vida, estaba sentada en el sofá junto a mi madre, charlando animadamente. Su risa contagiosa llenaba el espacio, y su energía siempre positiva me hacía sentir tranquilo y feliz.
— ¿Y tú, Logan? — preguntó Talia, con una sonrisa pícara. — ¿Cómo te fue con la chica de la pastelería?
La pregunta me tomó por sorpresa. Había estado tan absorto en el momento, disfrutando de la compañía de mi familia y de la paz del lugar, que no había pensado en la cita con Luana.
— Bien, fue una cita agradable. — respondí, con una sonrisa. — Es una mujer encantadora, con una energía especial.
— ¿En serio? — preguntó Talia, con un tono de voz curioso. — ¿Y te gustó?
— Sí, me gustó mucho. — respondí, sintiendo que una sonrisa se dibujaba en mi rostro. — Es diferente a las mujeres que he conocido antes. Es auténtica, sencilla, y tiene una pasión por la vida que me atrae.
— ¿Y qué te hace pensar que es diferente? — preguntó Talia, con una ceja alzada. — ¿Acaso todas las demás son falsas o pretenciosas?
— No es eso. — respondí, sintiendo que debía explicar mejor mis sentimientos. — Es que las mujeres que he conocido antes, en el mundo de los negocios, en las fiestas, siempre han estado buscando algo más que una simple conexión. Siempre había una agenda oculta, un interés por mi dinero o mi posición. Luana no. Ella es auténtica, y eso me atrae.
— Me alegro por ti, Logan. — dijo Talia, con una sonrisa. — Pero no te emociones demasiado. No todas las mujeres son iguales, pero tampoco todas son diferentes.
— Ya lo sé. — respondí, con un tono de voz más suave. — Pero tengo una buena sensación.
— ¿Y qué te hace pensar que esta vez será diferente? — preguntó Talia, sabía que solo intentaba entender mejor lo que sentia,y por eso se debía su curiosidad . — ¿Acaso no te han decepcionado otras mujeres antes?
— Sí, me han decepcionado. — respondí, sintiendo un nudo en el estómago. — Pero creo que con Luana es diferente. Ella no busca nada de mí, solo quiere conectar, y eso es lo que me atrae.
— Bueno, espero que tengas razón. — dijo Talia, con un tono de voz más suave. — Pero recuerda que el amor es un juego peligroso. Y a veces, las personas que parecen más inocentes son las que más daño pueden hacer.
— Lo sé. — respondí, sintiendo que la advertencia de Talia me calaba hondo. — Pero estoy dispuesto a correr el riesgo.
— ¿Y qué planes tienen para la próxima cita? — preguntó Talia, con un tono más suave.
— No lo sabemos aún. — respondí,pensado en aquella despedida luego de la cita. — Pero quizás podríamos ir a un concierto o a un museo.
— ¡Qué romántico! — exclamó Talia, con un tono de voz soñador. — ¿Y ella qué piensas? ¿Qué le gustaría hacer?.
— No lo sé. — respondí,pues aún no habíamos hablado desde la cita del día anterior.Pero mi mente se llenaba de posibilidades. — Me gustaría que fuera algo especial, algo que nos permitiera seguir conociéndonos mejor.
— Ya pensarás en alguna idea para la cita — contesto con una sonrisa.
—Se me ocurren muchas cosas en este momento,pero no sé cuál sería buena para la ocasión — admití.
— ¿Y qué piensas hacer con tu vida, Logan? — preguntó Talia,de repente cambiando de tema,con un tono de voz más serio. — ¿Sigues pensando en expandir tu imperio hotelero?
— Sí, sigo pensando en expandir mi imperio hotelero. — respondí, sintiendo que una nueva energía me invadía. — Pero ahora, con Luana, siento que hay algo más, algo que me impulsa a buscar un nuevo rumbo.
— ¿Un nuevo rumbo? — preguntó Talia, con un tono de voz curioso. — ¿Qué quieres decir?
— No sé. — respondí, sintiendo que las palabras me salían con dificultad. — Siento que hay algo más que el dinero, que el éxito, que la fama. Siento que hay algo que me falta, algo que no he encontrado en mi vida hasta ahora.
— ¿Y qué es? — preguntó Talia, con un tono de voz más suave. — ¿Qué es lo que te falta?
— No lo sé. — respondí, sintiendo que la duda me invadía. — Pero creo que Luana tiene algo que ver con eso.
— ¿En serio? — preguntó Talia, parecía sorprendida por mis palabras — ¿Crees que ella puede ser la respuesta a tus preguntas?
— No lo sé. — respondí. — Pero tengo una buena sensación.
— Bueno, espero que tengas razón. — dijo Talia, con un tono de voz más suave. — Solo cuídate —.
— Lo se,lo haré . — respondí.
David, que estaba sentado en un sillón cerca de la chimenea, se incorporó y se acercó a nosotros con una sonrisa. Talia se levantó de su asiento y fue a la cocina,para acompañar a mi madre.
— Parece que estaban teniendo una conversación interesante. — dijo, con un tono de voz divertido. — ¿De qué se trata?
— De Luana. — respondí, sintiendo que una sonrisa se dibujaba en mi rostro. — Talia está un poco preocupada por mí.
— ¿Por qué? — preguntó David, con un tono de voz curioso.
— Porque cree que estoy demasiado ilusionado. — respondí, sintiendo que la duda me invadía. — Y me recuerda que el amor es un juego peligroso.
— Bueno, Talia siempre ha sido una persona precavida. — dijo David, con un tono de voz comprensivo. — Pero no te preocupes, Logan. Si sientes algo por Luana, no hay nada malo en eso.
— Gracias, David. — respondí, sintiendo que las palabras de mi hermano me reconfortaban. — Necesitaba escuchar eso.
— Además, si Luana es tan especial como dices, no hay razón para tener miedo. — dijo David, con una sonrisa. — Confía en tu instinto.
— Tienes razón. — respondí, sintiendo que la confianza volvía a mi corazón. — Confío en mi instinto.