Emma, una chica carismática con una voz de ensueño que quiere ser la mejor terapeuta para niños con discapacidad tiene una gran particularidad, es sorda.
Michael un sexi profesor de psicología e ingeniero físico es el encargado de una nueva tecnología que ayudara a un amigo de toda la vida. poder adaptar su estudio de grabación para su hija sorda que termina siendo su alumna universitaria.
La atracción surge de manera inmediata y estas dos personas no podrán hacer nada contra ella.
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capitulo 5
No puedo creer que me encuentre en la oficina de mi profesor, tomando una taza de té como si me encontrara en mi sala de estar.
Miro su escritorio pulcramente organizado, nada fuera de su lugar. A un lado hay una repisa llena de libros desde el piso hasta el techo, a un lado de esta la pared empapelada con colores cálidos presenta una serie de cuadros con diferentes diplomas mostrando la gran sabiduría de mi nuevo tío.
Detrás de la silla de su escritorio hay una pequeña mesa con marcos que guardan diferentes fotos, quiero levantarme de donde estoy y dar una mirada a ellas, pero creo que sería demasiado. Me hundo en mi lugar esperando a que llegue.
Michael fue muy atento conmigo, me dejó en su oficina luego de prepararme un té y luego de hablar con mi padre sobre lo ocurrido, se marchó para hablar con el profesor con el que tendría mi próxima clase.
Termino mi té y estoy más tranquila, pero sé que de ahora en más todos me verán y no verán a una chica normal, verán una chica con problemas, una discapacitada, una chica carente de la audición que pretendía ser normal.
No quiero que sientan lástima de mí, no quiero que me miren como si tuviera un quinto ojo o algo por el estilo.
Suspiro y vuelvo a dirigir la mirada nuevamente al pulcro escritorio de mi nuevo tío y me gustaría desordenarlo solo para llamar su atención.
Sería como actuar como una chiquilla malcriada que quiere llamar la atención del chico que le gusta. Dejando de lado el detalle de que no es un niño, no, es un hombre y aunque la noche anterior pude sentir algo recorrer mi cuero estoy más que segura que nunca se fijaría en una chiquilla virginal como yo. Una chica que no tiene idea de nada, que ni siquiera se atreve a complacerse por miedo a lo desconocido.
Con la mirada perdida en un punto sobre su escritorio, de pronto viene una imagen de mi sobre el mueble y mi profesor sentado en su silla mientras acaricia mis piernas, tocando mi piel desde las rodillas hasta por debajo de mi falda sin llegar a mi ropa interior.
El calor que de pronto siento me hace estremecer y debo mover la mirada hacia otro punto para borrar esa idea loca de mi mente.
Mala idea.
Al dirigir la mirada hacia la pequeña biblioteca de mi profesor me lo imagino parado detrás de mí, susurrando en mi oído, mientras yo trato de ordenar alfabéticamente sus libros.
—¡Mierda! —chillo y espero que mi voz haya sonado baja.
Volteo y grito, aunque no escuche nada, mi garganta arde. Parado frente a mí, se encuentra Michael que corre para tapar mi boca con su enorme mano.
No haber notado su presencia me dio un susto de muerte. En el momento en que lo ví parado ahí, observándome como si yo fuera una presa lista para ser devorada y por extraño que parezca ahora que me tiene acorralada contra su pecho, su mano impidiendo que salgan de mis labios más gritos, hacen que desee con todo fervor ser su presa y que me devore todo lo que quiera.
Mi pulso acelerado llega a un pico devastador que se concentra en el centro de mi feminidad, sin dejar de ver sus ojos oscurecidos, sigo su respiración hasta que me calmo de la fuerte impresión. Solo así me suelta.
—Lo siento —murmura para que lea sus labios, niego.
Tenerlo tan cerca, hace que quiera seguir así pegada a su cuerpo, a su fortaleza. Como la misma noche anterior en la que me sentí protegida entre sus brazos.
Mi mente desesperada por algo desconocido me proyecta una imagen de él besando mi cuello, justo aquí donde lo tengo entre mis piernas.
Parece notar mi incomodidad porque se levanta de su confinamiento entre mis pies, su alta figura se muestra sobre mi como un Dios al que debo alabar, al que le debo toda mi devoción y respeto, solo necesito saber qué papel firmar para rendirme a sus pies.
Mis ojos no se apartan los suyos mientras me ve desde su gran altura y cuando se mueve para alejarse de mí, siento el dolor que produce el vacío de su lejanía.
Rodea su escritorio y se acomoda en la silla, junta sus manos sobre el escritorio y concentra toda su atención en mí. Casi suelto un suspiro de agonía.
Una agonía desconocida, es como si todo mi ser pidiera ser reclamado por él, como si toda mi fuerza vital dependiera de lo que él tenga para darme, y lo necesito como nunca necesité algo, solo que no sé cómo hacerle saber de ello.
—Emma... —murmura y siento un odio crecer en mi interior.
Nunca había odiado mi condición, pero en este momento quiera escuchar su voz, escuchar como mi nombre suena en sus labios, como sería escucharlo decirme cosas hermosas, calientes, feas. Cualquier cosa que salga de sus labios los escucharía con gusto, así me guste o no lo que tenga que decir.
—¿Sí? —me siento como una idiota.
—Te sientes mejor, te noto algo...
—Si, ¡me siento genial! —respondo antes de que termine su oración, por temor a que diga algo diferente a lo que siento.
¿Qué diría? ¿Qué me nota nerviosa? Yo diría que me siento caliente, necesitada, desesperada porque me toque.
—Te noto excitada —murmura de todos modos.
¡Bingo! la palabra justa.
Excitada.
Nunca me había sentido tan excitada en mi vida como ahora. Quisiera que fuera diferente, pero sería negar lo que me hace sentir y la verdad es que cuando lo tengo cerca me siento por demás de excitada.
No respondo, solo lo miro.
Luego de un momento, debo tomar aire. Mi pecho agitado me dice que había estado conteniendo la respiración, él se levanta de su lugar, rodea el escritorio tan rápido que casi no lo veo venir. Esta sobre mí en lo que tardo en parpadear, me levanta desde mis brazos y su boca aplasta la mía.
querida autora eres genial escribiendo
me encantaron todas tus novelas
Inmadura totalmente dejar pasar 4 años sin verse
increíble por más que sospecha que algo pasa entre ellos me parece horrible el accionar del padre
Pero lo más importante es que es su profesor ya maduro kn mucha experiencia y ella tan solo tiene 20 años sin haber vivido nada de nada kn cero experiencia y poca madures.
No me gusta queda esa sensación de que él al ser el mayor se aprovecha de la situación