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Ya No Te Amo

Ya No Te Amo

Status: En proceso
Genre:Mujer poderosa / Traiciones y engaños / Matrimonio arreglado / Amor-odio / Mujer despreciada / Divorcio
Popularitas:1.7M
Nilai: 4.7
nombre de autor: Nix Agriche

Estuve diez años casada con el amor de mí vida, aún sabiendo que el amor de mí vida, amaba a mí hermana.

NovelToon tiene autorización de Nix Agriche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 22

...Dakota....

Vivir mí infancia fue como ser una princesa de cuento de hadas.

Mamá me ponía vestidos de los mejores diseñadores, las criadas me hacían peinados preciosos; Y papá me compraba todo lo que mí mente inocente de aquél entonces pudiera desear.

Yo era la princesa de la familia y no me avergonzaba admitirlo.

Mamá, papá, Luke y yo.

Así todo era perfecto.

Hasta que supe que mamá estaba embarazada de otra niña.

Ambos estaban extasiados.

Es más, la familia entera lo estaba, hasta yo.

No me malinterpreten, ser la única niña en la familia Voinescu era fabuloso. Pero, tener una hermanita con la que jugar, era un sueño hecho realidad.

Al menos eso era lo que pensaba.

Recuerdo el baby shower de Aspen, faltaba apenas una semana para que mamá diera a luz.

Mis tías estaban en la cocina de la mansión; bebiendo.

Y yo pasaba por ahí, ellas no me notaron.

Aún recuerdo sus voces en mí cabeza.

<>

Ante aquéllas palabras, me paralicé.

Era una niña, pero claro que comprendía las cosas que decían.

Decidí ignorarlas, porque ni mamá ni papá me harían aún lado, ¿Verdad?

Después de todo, soy su princesa.

Pero, luego de nacer Aspen, me di cuenta de varias cosas.

Papá dejó de cumplirme los caprichos; y mamá sólo compraba cosas a la bebé.

Antes, siempre que papá volvía del trabajo, iba a verme y tomábamos el té juntos.

Cuándo Aspen nació, cada que papá volvía del trabajo, iba a su cuna, la tomaba en brazos y le tarareaba canciones.

Aún así, no me rendí.

Preparaba mí té imaginario, e iba hacia donde ellos estaban.

—¡Papí, es hora del té! –Exclamé con emoción–.

Él sonrió y negó.

—Shh... –Se llevó su dedo índice a los labios, en señal de silencio–. No hagas ruido, princesa. La bebé está durmiendo. –Continuó acariciando el cabello de Aspen–.

Hasta lo había pillado llevando a la bebé a su oficina, un lugar que estaba prohibido para Luke y para mí.

Mamá no fue la excepción, siempre estaba mimando a Aspen con diademas; muñecas; peluches, etc.

Tuve suficiente una noche, en la cuál me desperté, debido a una pesadilla.

Bajé las escaleras en busca de mí familia. Pero, al llegar a la sala, pude ver a mí padre sentado en el sofa, meciendo a Aspen. Mí madre a su lado y Luke en su regazo.

Eso fue todo, lo entendí.

Mis tías tenían razón, Aspen estaba tratando de usurpar mí lugar y lo estaba logrando.

Desde ese día, incluso siendo una niña pequeña, mí odio hacia mí hermanita sólo se fomentó.

Y juré que nunca dejaría que ella me arrebatara lo que es mío, porque yo soy Dakota Voinescu y nadie es mejor que yo.

Desde entonces, comencé a hacer comentarios despectivos hacia la bebé.

—¿Por qué Aspen tiene el cabello negro y todos aquí somos rubios? Se ve fea. –Comenté con desprecio–.

Esa fue la primera y única vez que mí padre me abofeteó.

—Aspen es una bebé preciosa. –Defendió, mí padre–. Y tiene el cabello negro por nuestra sangre, tenemos antepasados que han nacido con ese color de cabello, así que no insultes a tu hermana. –Ordenó y yo salí huyendo–.

Sólo podía pensar; <<¿Por qué papá la defiende?>>

<<¿Ya no me ama?>>

<<¿Ya no soy su princesa?>>

Debido a ésto, me concentré únicamente en ser perfecta. Aspen seguía siendo una bebé, asique debía esperar a que creciera.

Me enfoqué mucho en mí apariencia y estudios. Siempre fui la mejor de mí clase.

Gracias a mí esfuerzo, la familia extendida no hacía más que elogiarme por mis logros.

Y papá y mamá, volvieron a mirarme sólo a mí.

—Estoy orgulloso de ti, princesa. –Dijo papá, acariciando mí cabello–.

—¡Nuestra princesa es la más hermosa de todas! –Exclamó mí madre–.

Sí, esos eran ellos.

Mis dos seguidores más fieles.

Pero, esa maldita bebé comenzó a dar sus primeros pasos aquél día. Y tanto papá como mamá, se volvieron locos.

Papá tomó a Aspen en sus brazos, abrazándola en su pecho.

—¡Esa es la bebé de papá, mí pequeña princesa perfecta!

Ese día, algo se rompió dentro de mí.

Y nunca más volví a sentir cariño por mí hermana.

Cuándo Aspen fue un poco más grande, comencé con mis planes.

Comencé a robar cosas importantes de la mansión y a ocultarlas en el cuarto de Aspen, cuando los sirvientes los encontraban papá se molestaba, pero rápidamente la perdonaba luego de verla llorar.

También rompía cosas caras justo cuando Aspen pasaba por algún lugar, pero mamá también la perdonaba.

No fue hasta que robé el collar de perlas de mí abuela y lo oculté en el cuarto de Aspen, que papá tuvo una reacción real.

Todavía lo recuerdo, el llanto incesante de Aspen cuando papá la abofeteó.

Cómo gritaba y golpeaba la puerta del cuarto oscuro, rogando que la dejen salir, pero papá no cedió.

Una semana había pasado y ella había dejado de gritar y llorar.

Cuando la sacaron, estaba delgada, pálida y asustada.

Esa fue la primera vez que gané.

Luego de aquél incidente, la familia entera sólo pensaba en mí. Y veían a Aspen como un ser malvado.

Yo crecí para ser una reina, nunca quise hijos porque arruinaría mí figura.

No quiero trabajar, es por eso que puse mucho empeño en mí apariencia.

Porque ningún hombre puede resistirse a un rostro bonito.

Cuándo tenía 15 años, conocí a Aziel Bradford.

Yo iba a preparatoria y él a la universidad, ya que él tenía 20 años de edad.

Supe que era hijo de una familia acomodada que poseía una fortuna y, algún día, eso sería para Aziel. Así que, comencé a salir con él.

Fue fácil ya que él se enamoró de mí a primera vista.

A los 16 años, lo llevé a mí casa. Y ahí conoció a mí familia y, en consecuencia, a Aspen.

Mí querida y estúpida hermana, se quedó embobada ante mí hombre. Un hombre que sólo la miró con desprecio ya que me había encargado de hablarle de ella.

No puedo decir que lo amaba, simplemente me gustaba ser tratada como una reina por él. Además, era divertido ver el dolor en los ojos de Aspen al ver a Aziel conmigo.

Cuando cumplí 20 años, fuí a una fiesta exclusiva con amigas. Una fiesta donde sólo asistían magnates.

No soy idiota, las chicas iban ahí para poder escalar en la sociedad. Yo venía de una familia adinerada, pero no era suficiente, quería más.

Estando ahí, conocí muchos hombres pero ninguno llamó mí atención realmente.

Hasta que escuché el nombre de uno que sí lo hizo.

Xénorix D'Agostino.

Ese es el nombre del hombre de mis sueños.

Un hombre al que no conozco. Pero, conocía perfectamente el apellido de la familia D'Agostino.

Una familia italiana que poseía una fortuna inalcanzable.

Nunca lo había visto, ya que nunca se muestra si no es por negocios. Así que, no sé cómo se ve.

Sí sé, por rumores, que es muy atractivo.

Tenía claro que Xénorix nunca venía a éste tipo de lugares, por eso me sorprendió escuchar su nombre. Pensé que era mí día de suerte, el día en que me convertiría en una verdadera reina.

Me escabullí a la habitación dónde Xénorix estaba.

Al entrar, lo ví.

Un hombre atractivo, musculoso, con tatuajes en el cuello y en las manos. Y su cabello, un cabello color rojizo.

Éste era el pez gordo que estaba buscando.

Tan pronto como me vió, sus ojos verdes se dilataron.

—¿Quién eres? ¿Qué hacés aquí? –Indagó–.

Sonreí, quitándome el vestido, enseñándole mis tetas expuestas mientras caminaba hacia él.

Dejó de respirar, me dí cuenta.

—Llámame Tiffany o, mejor aún, tu esposa.

Lo besé, y no pasó mucho para que tuviéramos sexo.

A la mañana siguiente, desperté y Xénorix se había ido. Me hirvió la sangre, ahora conocía su rostro así que no lo dejaría escapar.

Regresé a mí casa, armé mís maletas para ir a Italia en busca de aquél hombre.

Aziel intentó detenerme, pero no lo logró. Ni él ni nadie me impediría lograr mis objetivos.

Pronto supe, que Aspen se acostó con Aziel. Me fui y apenas unos meses más tarde ella ya estaba embarazada de mí ex, es una zorra astuta.

Pero, no me importa. Porque cuando atrape a Xénorix, nadie estará por encima de mí.

Lo busqué por mucho tiempo y, cuando lo encontré, volvió a caer en mis redes.

Me llevó a vivir a su mansión y todos los sirvientes me trataban como a la reina que soy.

Así pasaron diez años, nunca pensé en Aziel ni en nadie más.

Estaba segura de que Xénorix me pediría matrimonio, así que, para apurar las cosas; decidí ir a su trabajo a llevarle el almuerzo.

Al llegar, él me recibe con los brazos abiertos.

—¿Qué haces aquí, nena? –Indagó–.

—Vine a traerte el almuerzo. –Sonreí–.

Todo era perfecto, hasta que escuché a un anciano detrás nuestro hablar.

—Kendric, ven a ayudarme.

Fruncí el ceño, no había nadie más ahí aparte de nosotros.

¿Kendric? ¿Quién era él?

Observé a Xénorix y noté que se tensó.

—¿Quién es Kendric? –Curiosidad–.

Él dudo y sonrió.

—No es nadie. –Respondió con una sonrisa–.

Pero entonces, un hombre rubio gritó.

—¡Kendric, vamos a beber!

Algo andaba mal, me di cuenta.

Así que, fingí demencia y besé su mejilla.

—Voy a casa, cielo.

Él sonrió y asintió.

Al llegar a la mansión, comencé a investigar.

Busqué y busqué por cada rincón del lugar y lo encontré.

Un acta de nacimiento, perteneciente a Kendric Maynard.

Contraté un investigador privado, quien me trajo resultados en pocos días.

Kendric Maynard, el hijo adoptivo de Lalo y Maya Z'Oller.

Dueño de una línea de floristerias en la ciudad.

Éste idiota me había engañado con respecto a su identidad, y yo como una idiota, caí.

Armé mís maletas y Kendric llegó.

—¿Nena? ¿Adónde vas?

Lo abofeteé.

—Maldito bastardo mentiroso. –Escupí–.

Él me observó en shock y confusión.

Vió la información y trató de explicarse.

—Nena, déjame explicarte. –Intentó tomar mí mano–.

—¡¡NO ME TOQUES!! –Grité y salí del lugar–.

Ese mismo día, luego de diez años, regresé a la mansión Voinescu.

Y tan pronto como Aziel se enteró, vino por mí.

Aziel era más rico que Kendric, así que era una mejora.

Fingí ser frágil y débil. Fingí arrepentirme de haberlo dejado y, actué como si no me importara que se haya casado con Aspen y que haya tenido un bastardo con ella.

Sólo le dije; <>

Y él se divorció, proponiéndome matrimonio. Acepté, claro está.

Porque, después de todo, ese lugar era mío.

La señora Bradford soy yo.

Y luego de una decepción tan grande con el supuesto Xénorix, no hay nada más placentero que volver, y mostrarle a Aspen que no importa cuánto tiempo pase, Aziel siempre vuelve a mí.

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...Que fuerte....

...¿Qué les pareció el capítulo de hoy? Háganmelo saber en los comentarios. ;)...

1
Liliana Gonzalez
que linda historia no puedo dejar de leer me emociona cada capítulo autora te pasaste /Smile//Smile/
Patricia Rangel
Excelente
Conchis Becerra
esta novela est muy bonita
Killo
muy buena actitud
Obdulia Fontela
q bien, me encanta
Myyrnna Almaguer
Gian, pero que chismoso jajajaja
Martha Rodríguez
Bueno
Martha Rodríguez
Malo
yamil@
autora actualize xfa...en la mejor parte quedo/Chuckle/
arisbet
increíble ☺️☺️☺️☺️
Rosy Rey
Excelente
Pamela Arroyo
Bueno
Epifanio Cruz lopez
muy bonita historia de amor, pero no correspondida. muy triste x falta de amor y valores en su familia.
Mari Cruz Robles Leon
cómo pa cuando el final es muy buena pero no tiene fin
Mari Cruz Robles Leon
muybuena
Marisol Morales
Buenísima historia pero falta el final
Gladys Yolanda Muñoz Gutierrez
bueno pero ella ya se divorcio , sabía a qué se enfrentaba llendo dónde su familia yo por respeto a mi misma por orgullo me alejó y no voy por allá que se queden con su hermosa Zorra Dakota y no me hago daño yo misma
coraly Torres
JAQUE MATE PARA LAS ZORRAS MADRE E HIJA, EL PADRE UN DEPREDADOR ASQUEROSO, PEDOFILO, NARCOTRAFICANTE, AZIEL ES OTRO ASQUEROSO PEDOFILO. TREMENDAS JOYITAS
Irene Crespo
Bueno
Diana Angelica Diaz
Excelente
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